22 de julio de 2023

AMBOSITRA Y ANTSIRABE Y TANA Y KENIA AIRLINES

19 a 22 de Julio del 2023

Inauguramos oficialmente el viaje de vuelta a casa. David y Laura están ya al límite y nosotros agotados de tanta intensidad. 

La vuelta  a Tana la hacemos en dos jornadas de unas 7h de coche: de Ranomafana a Antsirabe pasando por Ambositra y de Antsirabe a Antananarivo. Estos dos días transcurren sin contratiempos ( o como lo llamo yo, sin anécdotas ). Horas de coche viendo pasar paisajes de casas de ladrillos, terrazas de arroz y malgaches ajetreados en sus mercados y demás. 

Unos niños esperan en un mirador a que algún turista curioso se acerque y le haga una foto con un camaleón a cambio de algun ariari. Se me ocurre darles unas pastillas de jabón que confunden con caramelos. Una anécdota que contar.




Se nota que estamos en una zona más desarrollada, con más pueblos volcados a pie de carretera y más gente por todas partes. Más controles policiales ( hasta 6 en un mismo día ) y algunas obras para mejorar la carretera nacional. Las casas y aldeas o pueblos son muy diferentes a las que hemos visto el la costa oeste. Nos sentimos transportados al cuento de Los tres cerditos. Hemos pasado de casas de paja y ramas de árboles a casas de madera, y de casas de madera a casas de ladrillos. 

En Ambositra, centro de artesanía, paramos a comer en un hotel. Esta zona es más turística y nos cruzamos con más grupos que empiezan o acaban su ruta. En el hotel, un grupo de hombres y mujeres vestidos con trajes tradicionales bailan y cantan canciones malgaches. No les hacemos mucho caso, la verdad, pero agradecemos el esfuerzo y metemos algunos ariaris en el sombrero que tienen a sus pies.



Después de comer visitamos a un artesano que nos explica cómo trabajan la madera. David y Laura miran con curiosidad. Tras la demostración pasamos por una tienda más o menos grande, repleta de figuritas, cajas y demás, todo hecho de madera de diferentes tipos. Nos parece todo muy laborioso y no deja de sosprendernos que en lugares  tan remotos y con tan pocos recursos, el arte haya sabido encontrar un hueco.  

Llegamos a Antsirabe, al hotel Couleur Café y esta vez la chimenea de la habitación prende durante más rato y pasamos menos frío. Al día siguiente, pasamos por la oficina de Baba para despedirnos de él y darle las gracias por todo. Es un hombre emprendedor y esperamos que su agencia, que es una agencia local que compite con muchas otras extranjeras, continúe creciendo. Nos explica que en pocos días tendrán un nuevo presidente y espera que este invierta más en mejorar las infraestructuras del país. En mi mente se mezclan las imágenes de las pistas de arena, los boquetes en plan cráter de las carreteras y el ferry  que tuvimos que coger entre Manja y Morombe, con cuerdas que estiraban un puñado de hombres. El nuevo gobierno tendrá mucho trabajo, pienso. 

Tras 6h de viaje llegamos a Tana. 



Nuestra idea ( que era muy buena ) era comer en el Hotel donde nos alojamos para descansar más y dormir un poco antes de coger el vuelo de las 2:40h. Es el Hotel San Cristóbal,  a 5 min del aeropuerto. Pero no, comemos en ruta, porque Tana está más lejos de lo que recordábamos y llegamos al hotel de noche. Y es que ni el conductor ni Andry sabían donde está el hotel. 

Tras dar algunas vueltas ( muchas ) por Ivato, por sus concurridas calles y por su barrio Chino, y tras preguntar a varias personas, por fin llegamos al hotel. En qué estarían pensando ¿? A quién se le ocurre que el hotel pudiera estar immerso en las calles del barrio chino ¿? Y cómo hay un barrio chino aquí ¿? En la entrada al barrio dos estatuas de enormes leones protegen esa parte de la ciudad. El combo malgache- chino es muy curioso. Acabamos tardando una hora más de lo previsto en llegar al hotel. Una anécdota más.

En fin… menos mal que el hotel es una pasada. La habitación es espaciosa y la comida del restaurante muy buena. Dormimos dos horas. 

Nos esperan tres vuelos:

  • Tana- Nairobi
  • Nairobi- Londres
  • Londres- Barcelona

Cogemos el primer vuelo sin incidencias. Estábamos nerviosos porque teóricamente es el vuelo que nos habían retrasado del 20 al 23 y conseguimos cambiar al 21. 

En Nairobi cogemos el segundo vuelo. Cuando ya estamos dentro del avión,  y tras una espera de casi una hora nos dicen que por problemas técnicos y de seguridad debemos cambiar de avión. De avión ¿? Esto nos supone perder más tiempo. Aún así, subimos pensando en que si nos pegamos una carrera al llegar a Londres, podremos coger la conexión hasta Barcelona. Yo me imaginaba corriendo por el aeropuerto en plan Indiana Jones. Jordi está extrañamente tranquilo. Concienciados todos nos preparamos para salir del avión pitando y coger el último vuelo…pero no. En la puerta ya nos esperan dos agentes del staff de Kenia Airlines para decirnos que no llegamos al siguiente vuelo porque hay que cambiar de terminal y no da tiempo. Nos dan billetes para otro vuelo que saldrá al día siguiente por la mañana ( ni tan mal ) y nos trasladan a un hotel. Otra anécdota más.

El vuelo Londres- Barcelona también acaba saliendo 1h más tarde de lo previsto por problemas de comunicación con la torre. No sé si llamarlo una anécdota más o que alguien me ha hechado mal ojo.

Así que en lugar de llegar a casa el 20 por la noche, acabamos llegando el 22 por la tarde. David me dice mientras entramos al garaje: - mamá, gracias por conseguir traernos de vuelta a casa. :) Tengo que pensar qué significado oculto tiene esta frase. 

Las reflexiones sobre lo que ha supuesto este viaje para todos las estamos procesando todavía. Ha sido duro, pesado, intenso, chocante, emocionante e increible. Todo a la vez. Hemos tendio momentos de esos en los que te preguntas:  ¿ Qué hago yo aquí ? Y momentos en los que hemos sido conscientes de que nunca más volveremos a ver cosas tan espectaculares, cielos tan estrellados ni puestas de sol más intensas.

Una ballena ha pasado por debajo de nuestro barco. Hemos escalado rocas y montañas, hemos estado por encima de las nubes y hemos cruzado ríos. Hemos tenido que evitar que un lemur nos quitara la comida. Hemos dormido el la orilla de un río, tomado ron arropados por una fogata. Henos tenido una playa solo para nosotros, sin tenderetes ni restaurantes ni banderas rojas. Hemos pasado frío y calor. Hemos visto desiertos de rocas, selvas húmedas, cascadas, cuevas y baobas. Baobas de esos que conectan la tierra con el cielo. Y gente, gente que sonríe. 

Aquí enlazo nuestra ruta: https://www.polarsteps.com/fanimartinez/7709597-madagascarrrrrr

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


18 de julio de 2023

AVENTURAS EN LA SELVA DE RANOMAFANA

17 de Julio del 2023

Empieza nuestra aventura en la selva. Desayunamos impacientes. Café, leche con colacao, pan caliente con mantequilla, fruta, zumo y croissants. Brutal. Bajamos a recepción en plan turista cohibido, con los calcetines por encima de los pantalones. Al llegar al parque vemos que todos los turistas vamos con el mismo outfit, así que se nos pasa la tontería. Jordi es el único que va con calcetines cortos ( falta de previsión ). Esta vez Andry no nos acompaña. Vamos Joseph, nosotros y el ojeador ( el tipo que encuentra las cosas ). Antes de empezar la ruta, en la oficina del parque nos explican un par de cosas sobre el parque y la mujer que descubrió a la especie Golden Bamboo Lemur. Las fotos del descubrimiento y de su equipo son de película. 

Por fin nos adentramos en el parque. La ruta larga se llama Ruta ValohoakaLa ruta es exigente. Pasamos en 600m de altitud a 1500. Joseph, que parece un hombre práctico, la divide en tres partes ( yo los defino más como objetivos ):

- Llegar hasta el mirador.

- Llegar hasta la cascada.

- Llegar hasta el pueblo de Ranomafana ( y no morir en el intento ). 

Lo primero parece fácil. Nada más entrar al parque nos señalan es una hoja en un árbol. Nada especial, la verdad, aunque cuando vemos que se mueve y tiene cabeza, patas y cola nos flipamos. A mi tardan en convencerme que es de verdad. Es un reptil. 




Cruzamos un puente y tras un rato de senda más o menos marcada, nos adentramos en el espesor de la selva en busca de lemures. Ya estoy en modo bichos no me piquéis. Joseph nos va explicando cosas sobre las plantas, los árboles, las flores... de repente lo vemos; es un Golden Bamboo Lemur. Durante nuestra persecución nos encontramos con el grupo de franceses con los que nos hemos ido encontrando des de Tsingy. Las risas son tremendas. Creo que me los voy a llevar a casa. 
De entrada nos da la sensación de que no svamos a perder, de que caminamos entre los árboles y lianas de forma errática, pero no. Joseph sabe cómo recuperar el sendero... de repente lo vemos, es un Blak and White Rufo Lemur. Es endémico del parque. Joseph nos explica que son superdifíciles de ver. ¡ Qué suerte ! Es precioso. Laura dice que es como un peluchón y que dan ganas de achucarlo. 


Golden Bamboo Lemur


Laura la exploradora

Blak and White Rufo Lemur

Tardamos en llegar al mirador 4h. Las vistas de la selva son impresionantes pero estamos tan cansados que nos concentramos más en comernos los bocadillos de tortilla, los plátanos y los cacahuetes. 









Es increíble la cantidad de colores que hay. 
Cumplido el primer objetivo, vamos a por el segundo, llegar a la cascada. Ahora toca bajar, lo cual nos acaba resultando más difícil y pesado. Joseph nos explica qué significan unas piedras que encontramos cubiertas de musgo. Son para los recordar a los ancentros y a las almas de sus antepasados, que ya existían mucho antes de que el Parque fuera descubierto por los franceses. 


Pasamos por un segundo puente y salimos del espesor de la selva. Ante nosotros se abre un paisaje de plataneros y escalones que bajan hasta lo que parece el infinito. Tardamos casi 2h más porrrrr fin y llegamos a la cascada. 











Descansamos un poco y vamos a por la tercera parte: llegar al pueblo. Esta parte es bastante más llana y abierta. Nos vamos cruzando con locales que transportan kilos plátanos, cebús que rumian tranquilamente ajenos a nuestra presencia, niños ( hay siempre, en todas partes )...unos 40 min más 

Laura en plan: qué tardones sois !!!!


Viendo un bicho


Finalmente llegamos al pueblo. 8h. Antes de llegar al hotel pasamos por un mercado y no perdemos la oportunidad de comprar galletas de coco, unas bolitas de yuca y plátano y chips de plátano. 
Pasamos por delante de las piscinas de aguas termales el pueblo. Están llenas de gente. Y al lado hay un campo de fútbol y basquet donde juegan un pilón de niños. 

Estamos  muy cansados, así que cambiamos de planes y para mañana, en lugar de volver al parque a hacer más de lo mismo en menos tiempo, nos iremos a visitar una pequeña plantación de vainilla que hay por aquí cerca. No vamos machacar tanto a los niños porque llebamos una semana de treks intensos y auqnue han aguantado genial no queremos que nos odien para siempre. 








Descansamos un poco en la habitación y para recuperarnos del día nos ponemos el bañador y vamos a los baños termales del hotel. Bueno, más que baños, es como una pequeña piscina de agua a unos 25º. Nos sienta genial. Mañana repetiremos. 
Cenamos calamares con legumbres ( espaguetis los niños ) y vemos el penúltimo capítulo de la segunda temporada de Stranger Things y a descansar.

18 de Julio del 2023 

La noche ha sido algo movidita. David no se ha encontrado bien y ha tenido fiebre de hasta 38.9º. Hemos quedado con Joseph a las 11h para que nos acompañe a la plantación de vainilla y llueve a cántaros. Parece que vamos a tener que quedarnos en el hotel pero a medida que se acerca la hora, David mejora y la lluvia afloja. Como la plantación está cerca del hotel decidimos salir. Siempre podemos dar la vuelta cuando queramos. 

La visita nos resulta fascinante. No se trata de una turistada más. Emili, el responsable de la plantación, nos cuenta cómo y cuándo se cultiva la vainilla Resulta un proceso muy laborioso. Lo que más nos impresiona es que ahí donde lo ves, este hombre ha conseguido reinventarse tras la pandemia. Enseña a otros a cultivar la vainilla, los colegios consideran la plantación una visita cultural y tiene a 18 hombres contratados para que lo ayuden. Nos explica con pasión cómo ha tirado este proyecto adelante y habla inglés a la perfección, lo cual no debe ser fácil teninedo en cuenta el desarrollo del país en general. 

No esperes una gran tienda al salir de la plantación. Sólo una mesa con bolsitas de vainilla y otras especias por si quieres comprar, a muy buen precio. 

Al final de la visita, nos soprende con la imagen de un enorme camaleón que vive en la plantación. Es la especie más grande de camaleón que existe y existe en Madagascar. Al principio pensamos que se trata de una broma y que es un muñeco de plástico... hasta que vemos cómo se mueve. 

Le deseamos suerte. Es un gran ejemplo de perseverancia, inteligencia, fuerza y dignidad. 



Tras la visita volvemos al hotel a comer, descansar e ir al balneario ( más bien piscinita pequeña ). Como ya no llueve nos escapamos a dar una pequeña vuelta por el pueblo de Ranomafana. A pesar de ser nuestros últimas días del viaje, continúa impresionándonos todo lo que nos rodea. Estamos en xoc.