15 de julio de 2024

SHANGHAI Y EL CALOR

Tenemos tres días para visitar Shangaï y, como hay buen comunicación por metro, decidimos pasar de Tours y hacerlo por nuestra cuenta. Nuestra idea el primer día es visitar la Ciudad Antigua con su bazar y el jardín Yu Yuan. Nos ponemos en marcha después de desayunar en el apartamento: ayer conseguimos pan normal, nocilla, leche y croissants en el Aldi. La red de metro se usa igual que en otras ciudades chinas. Nos bajamos en la parada Yu Yuan Garden y no tardamos en plantarnos en el bazar de la Ciudad Antigua. Nos recuerda al de los callejones ancho y estrecho de Chengdú, sólo que es más grande y con infinidad de tiendas. Los edificios son muy antiguos y están decorados de forma tradicional. En las tiendas te venden de todo: recuerdos, té, medicinas naturales, ropa, pongos de todo tipo. Los venderdores salen a buscar clientes enfrente de las tiendas. Hay una enorme tienda de chocolate con figuras enormes a la entrada (parece un museo). Recorremos la primera planta en la que unos carteles indicativos señalizan que las figuras expuestas NO son comestibles (por si a alguien se le ocurría...).


Llegamos a la entrada al jardín, tras pasar por una imponente plaza con 2 enormes estanques y un puente en zigzag. No hay mucha gente... Nos empieza a extrañar. No tardamos en comprobar el porque: resulta que los jardines cierran en lunes. Chasco!


Nos vemos obligados a cambiar de planes. Después de una parada técnica en un Starbucks, volvemos al metro y nos vamos a visitar la Concesión Francesa (metro: Shaanxi Road South). La salida que tomamos nos deja justo enfrente del teatro Cathai, al oeste del casco antiguo. Empezamos el recorrido caminando por la avenida Huaihai Middle Road, llena de centros comerciales bien modernos, boutiques , restaurantes y hoteles. Nos acabamos metiendo en sus zonas residenciales que abarcan villas de estilo europeo, avenidas arboladas y cafeterías. Llama la atención (no parece China) pero tampoco es nada del otro mundo. Están habitadas y los porches llenos de coches, coladas y cajas amontonadas. SE nota que vive gente. Se nos ha hecho la hora de comer y empezamos a buscar restaurante. Tras varios intentos damos con uno repleto de chinos, especializado en noodles. Está a rebosar pero justo cuando entramos queda libre una mesa y nos podemos acomodar. Todo está en chino y hay que encargar por móbil. Pedimos un par de boles de noddles con cocido y verdura y unas tortiras de huevo fritas. No es nada del otro mundo. Nuestro camarero nos invita a añadir la salsa picante. Nosotros que ya hemos escogido los noodles que NO llevaban símbolo de picante en el menú del móbil, NO le hacemos ni caso. No es nada del otro mundo, pero salimos del paso. Otro día más pasando sin pena ni gloria por un restaurante chino.

Recorremos un rato más la zona de la Concesión pero sin grandes novedades. No deja de ser un barrio elegante residencial. No tardamos en aventurarbos de nuevo al metro para nuestra última parada (véase tentativa) de “salvar” el día. Decidimos ir sobre seguro y nos bajamos en la parada de metro que hay junto al Templo Jing´an, en pleno centro de la ciudad (parada: Jing´an Temple). Está a rebosar de gente. Para poder entrar nos “cobran” 200 yuanes (50 por cada persona). Es un templo budista y hay mucha actividad. En plaza central un montón de niños (y no tan niños) se entretienen a introducir monedas dentro de una escultura.




Volvemos en metro al apartamento no sin antes pasar por el supermercado a comprar la cena. Esta noche también cenamos en lo que los niños llaman " el refugio ". No nos complicamos demasiado pero consideramos un pequeño gran lujo poder hacernos la cena ( que no va a picar ). 

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