13 de agosto de 2025

EXCURSIÓN NOCTURNA PASADA POR AGUA

Toca establecer una rutina matutina que, a partir de ahora, seguiremos cada día: solemos madrugar y desayunar a las 07:00 am con el resto de compañeros del grupo ( llamémosnos La Tribu ). Después toca terminar de preparar el equipaje y llevarlo al mini-bus, para que todo esté cargado a eso de las 08:00 hrs aproximadamente.  

Por la mañana toca conducción hasta el pueblo de Monteverde. En el mini-bus realmente vamos muy cómodos y vamos charlando con los demás y admirando el paisaje por las ventanas. Del país lo que más destaca es la abundante vegetación y que se ve todo bastante despoblado. Aquí no ha llegado el monstruo urbanístico de nuestro país. Hacemos una parada junto al río Tárcoles. Aquí hay un puente sobre el río, desde el que podemos ver cocodrilos y abundantes aves y alguna que otra iguana que se pasean peligrosamente cerca de ellos.  

Tras 3h de trayecto llegamos a Monteverde y nos alojamos en Cabinas Eddy B&B. El pueblo de Monteverde es claramente de ambiente "backpacker" con muchos hoteles, bed and breakfast y restaurantes. También tienen supermercado y farmacia. Nada más llegar, nos instalamos en el hotel y nos vamos a comer a un restaurante local ( Soda La Amistad ), donde probamos el famoso casado. El casado es como un plato combinado típico costarricense que consiste en una combinación de arroz, frijoles, plátano frito, ensalada, verduras y carne (pollo, cerdo, ternera) o pescado. También empezamos con las cervezas del país (no veas lo bien que entran fresquitas).

Acabamos de comer a eso de las 16:30 hrs pm. Después tiempo libre hasta las 18:00 hrs que aprovechamos para comprar en el supermercado y pasar por una cafetería donde nos tomamos un café y un chocolate riquísimos.

Hoy toca Tour nocturno. Nos llevan en el mini-bus hasta la finca Lantana. Allí pagamos la entrada de acceso y una visita guiada (en total 81 euros). Nos separan en grupos de 6: vamos nosotros cuatro con Mariel (mama) y Julieta (su hija de 5 años). Nos toca un guía muy amable que reparte linternas a quien no tiene ( auqnue llevamos 2 frontales) y nos hace la visita muy interesante. De noche todo cambia mucho. Recorremos distintos senderos y vamos haciendo distintas paradas para ir observando los diferentes animales del bosque. Los sonidos son impresionantes. 

Empezamos con un motmot o pájaro bobo; está en la rama de un árbol, bien tranquilo. Después toca ver arañas, mariposas diurnas (nos las encontramos con las alas plegadas y boca abajo escondiditas) y grillos con su música ambiental que nos acompaña durante casi toda la caminata. También vemos muchos ficus o árboles parásito. Estos crecen alrededor de un árbol y hunden a su vez sus raíces en la tierra; es entonces cuando le quitan los nutrientes al árbol central y éste se va descomponiendo con el paso de los años. Queda una cavidad central hueca que ocupan todo tipo de animales para guarecerse o construir sus nidos.


El recorrido nos lleva a hacer uno de los grandes descubrimientos del viaje: la rana de cristal o verde esmeralda. Nos la encontramos muy tranquila, encima de una hoja. Estas ranas de coloración dorsal verde, tienen el vientre claro, de tal manera que dejan ver los órganos internos debido a su transparencia. Son ranas arbóreas y habitan en el sotobosque y junto a arroyos de selvas tropicales.



Al poco de empezar la excursión empieza a llover bastante. No hay donde guarecerse, salvo el propio bosque. Afortunadamente llevamos los chubasqueros puestos y una buena dosis de resiliencia. Con lo que ha costado llegar hasta aquí, no pensamos darnos por vencidos tan fácilmente. El guía debe de estar acostumbrado a la lluvia porque ni se inmuta. Nos pregunta si estamos bien y sigue adelante. Empieza a hacer frío. Nosotros nos quedamos mirando a la pequeña y estoica Julieta que no emite ninguna queja. Más bien al contrario. Pues no hay excusas. ¡Si ella puede, lo demás también!

El recorrido no da descanso: ahora tocan hurracas pardas, un "pequeño" saltamontes, bichos palo y un tucán norteño esmeralda (endémico de las tierras altas). De todas las explicaciones que nos da el guía, tal vez la de los métodos de reproducción y supervivencia del bicho palo, sea la que más nos llama la atención (especialmente a David). Uno de los sistemas incluyen una clonación exprés para escapar de sus depredadores. Tampoco tiene desperdicio la clase de diferenciación entre cienpies y milpies.


Las dos horas de recorrido se pasan volando (a pesar de la lluvia y el frío). Acabamos con otros dos "hallazgos" de gran interés. El primero es una tarántula de rodillas naranjas. Nos la encontramos en una hendidura de una pared rocosa. Y finalmente, damos en lo alto de un árbol, con un puerco espín de cola prensada luchando contra el viento allá arriba. ¡No veas que agarre tiene! Aquí Jordi se despista un poco y casi se pierde.

Volvemos al hotel cansados. Son más de las 20:00 hrs, todavía tenemos algo de jetlag y hemos acabado de comer tarde. Menos mal que hemos sido previsores y hemos comprado yogures, galletas y chocolatinas. Renunciamos a ir a cenar con la Tribu (no somos la única familia que lo hace) y nos zampamos nuestro tentempié en la misma habitación. Caemos rendidos.

PURA VIDA

Este año "decidimos" ir a Costa Rica, un sitio muy lejano a España y con mucha vegetación, palabras de Laura. Solemos preparar los viajes por nuestra cuenta, pero este añonos  aventurarnos a viajar en grupo. Vía instagram contactamos con LaTribuWorldSchooling. No se trata exactamente de una agencia de viajes. Está formada por una pareja ( mejicano + española ) que decidieron vivir sin normalidades. Tienen una peque de 7 años y viajan por el mundo. ¿ Suena loco ? Para ello trabajan organizando salidas para pequeños grupos de familias con niños. Nos pareció que podía ser emocionante y enriquecedor que los niños viajaran en grupo con otras personas. Y para nsosotros también. Al final, todos queremos lo mismo; ser felices. 

Por la logística del viaje, optamos por hacer escala en Madrid el primer día. Eli, nuestra taxista improvisada y a quien agradecemos de todo corazón el madrugón, nos vino a buscar puntual a las 06:45 hrs am. 

Ningún problema con el AVE. Llega puntual a las 08:00 am y estamos en Madrid a eso de las 10:30 hrs. Después taxi hasta nuestro hotel ese día, el Riu Plaza. Allí hacemos el check in y dejamos las maletas en consigna. 

Después toca café y pastas en un Starbucks y visita relámpago al Templo Debod, situado al oeste de la Plaza de España, en una colina donde antiguamente se encontraba el cuartel de la montaña. El Templo fue un regalo de Egipto a España en 1968 en compensación por la ayuda española recibida tras un llamamiento internacional de la UNESCO para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición tras la construcción de la presa se Asuán. Tiene una antigüedad de unos 2200 años. Hace mucho calor y no tardamos en buscar sombra para evitar la calcinación solar, palabras de Laura.  Vemos muchos guardias a caballo. De bajada nos hacemos la fotografía de rigor con el Monumento a Cervantes (con Don Quijote y Sancho Panza a la cabeza).

Comemos en el restaurante Ginos que hay en la Gran Vía. Lo escogen  David y Laura y está todo muy bueno. Pedimos un pizza y un par de platos de pasta y lo compartimos todo. Nos pedimos una sangría muy refrescante y de postre fruta y helado. Mención especial para el café con helado de pistacho que se pide Jordi. El ambiente es muy italiano y mola mogollón.  

Después nos vamos a descansar un rato al hotel. Tras pasar un rato en la habitación, Fani y los niños se aventuran a ver cómo está la piscina de la planta 21; bajan deprisa: es pequeña y está atiborrada de clientes. No vale la pena. Como ya son las 18:00 hrs y hace un poco menos de bochorno, decidimos dar un paseo por el centro de Madrid. Hacemos un recorrido circular que nos lleva inicialmente al Museo de la Luz. La entrada nos cuesta 54 euros (14 euros el adulto - David ya es adulto - y 12 euros el niño). Es pequeño pero tiene salas curiosas inmersivas. La visita dura una horita y nos sirve para pasar un rato fresquitos. Nos recuerda un poco al Teamlab de Tokio, en Odaïba.  

Pasamos el resto de la tarde caminando hasta la Plaza Mayor y regresamos por la Gran Vía. Hay mucho ambiente y gente por todas partes. Esta vez los niños se decantan por una brasería argentina, la Parrilla el Gaucho. La cena también es brutal, con empanadas, asado de tira Black Angus, patatas fritas y pimientos asados que compartimos entre todos. Pero lo mejor llega al final con Laura y Jordi compartiendo un delicioso brownie con helado de vainilla. ¡Para chuparse los dedos! 




A eso de las 22:00 hrs volvemos al hotel. Fani y Jordi hacen una tentativa de visitar la famosa azotea con sus vistas y su bar - mirador. ¡Hay mogollón de gente, con una cola inmensa para poder consumir! Hacemos un recorrido corto y no tardamos en irnos a dormir que mañana toca madrugón.

Tenemos el primer vuelo a Bogotá a las 09:40 hrs. Nos plantamos a eso de las 07:00 hrs am en el aeropuerto, tras un rápido trayecto en taxi. La verdad es que es tan pronto que hemos podido evitar el tráfico de primera hora (suponemos que también ayuda que sea mes de agosto).  

Volamos con la compañía aérea Avianca. Nos encontramos la desagradable sorpresa de que nos asignan todos los asientos separados en el avión (y eso que volamos con dos menores). La azafata que nos atiende nos dice que no hay nada que hacer, que el avión va a tope y que lo lamenta. La verdad es que es todo bastante penoso y lamentable. Una vez en el avión lo único que conseguimos es juntar a David y Laura, gracias a los pasajeros. En Bogotá hacemos enlace con un segundo vuelo de apenas 2 horitas a San José. Aprovechamos para picotear una empanadas y probar un café colombiano (riquísimo aun con envase de plástico). Conocemos a la primera familia con la que compartiremos tour guiado, la formada por Maite y el pequeñín Saul que lleva una energía encima que no veas. El avión, para nuestra sorpresa, va muy vacío; esta vez sí podemos ir juntos. Pero, entre que despega con retraso y que el avión sufre un percance en la maniobra de aterrizaje (nos dice el piloto que es bastante "habitual" que suceda) acabamos llegando con aproximadamente una hora de retraso. La diferencia con España es de 8 horas, por lo que si llegamos a las 17:00 am hora local, representa que en España son las 01:00 hrs de la madrugada. Nos encontramos con la agradable sorpresa de que la cola de inmigración es ágil (hay poca gente desembarcando) y que las maletas ya nos están esperando en la cinta. Nos da tiempo hasta de cambiar dinero en una oficina de cambio. Afueran nos esperan nuestro guía Abel y nuestro chófer Giovani. Y con ellos, un cómodo y espacioso mini-bus que es con el que haremos nuestro viaje. Poquito a poco vamos conociendo a los diferentes compañeros de viaje.

Son todo familias españolas, menos una madre mexicana que viaja con su pequeña.

Nos alojamos en el Hotel Bristol, en Alajuela, a 20 minutos en mini-bus desde al aeropuerto. Allí nos toca un apartamento familiar con hall - comedor, cocina, 2 habitaciones y 2 baños. Es sencillo y funcional. Estamos muy cansados y el hotel no tiene restaurante. Hacemos un pedido para llevar de uno de los restaurantes locales, a base de platos de pasta y arroz. Viene mucha cantidad y sobra bastante, pero nos lo comemos tranquilamente en el apartamento y no tardamos en irnos a dormir. Con el rollo del jetlag y el ruido de la calle (especialmente vehículos a motor a todas horas) cuesta bastante tener un sueño continuado. 

Mañana empieza nuestra aventura Pura Vida.