24 de agosto de 2025

LOS BRIBRI: 5 HORAS CON LUIS

Nos despedimos de Cahuita. Hoy nos trasladamos a Puerto Viejo, también en la costa caribeña costrricense. Por el camino haremos una pequeña parada para conocer a los Bribri, una comunidad indígena que nos enseñará de dónde sale el chocolate ( en realidad, uno de los grupos indígenas más grandes del país ). Su organización es matrilineal ( sí, la filiación se trata por la linea materna ) y con una fuerte conexión con la naturaleza, como descrubiríamos más adelante. 

Llegamos a lo que se llama Ebais Rancho Grande, donde nos acoge Luis, un Bribri. No esperamos pasar aquí mucho rato aunque sí tenemos la impresión de que nos saltaremos todas las normas de sanidad que se le recomiendan al viajero. Lo primero es cruzar un viejo puente oxidado, con algún que otro socabón. 




                                                 

En el Rancho nos han dispuesto unos bancos al rededor de una mesa central ( en plan profesor de escuela ) que está llena de potingues y botellas con contenido misterioso. Tras las presentaciones y los juegos, Luis nos explica la historia de sus dioses y la relación que tienen con la comunidad indígena Bribri. Descubriríamos más tarde, que Luis es un verdadero showman. 



Al principio, nos parece muy interesante, pero cuando nos hace probar algunos de los contenidos de algunas de esas botellas misteriosas... bueno, si Julieta  (la más pequña del grupo ) aguanta, los demás también. Pra la tos, el dolor menstrual, el dolor de cabeza, las picadas, la leucemia y otros usos medicinales. Luego toca salir al escenario. Los niños y Nuria, acaban de conejillo de indias. Es difícil no reir a carcajadas. 


Saül

Julieta


Tras los juegos, las pinturas naturales, los collares mágicos y el calor, toca ir a preparar chocolate. Desde la planta ( que consigue abrir Jordi Orte con su superfuerza ), pasando por el tueste de las semillas ( que probamos en todas sus fases, pasando del sabor un tanto agrio de la semilla cruda y pringosa, al sabor del chocolate ), llegamos al proceso de molerlas, hasta conseguir una pasta que es...chocolate !!!!



Mario y Axel




Tras el calor del fuego y el olor a chocolate, nos toca comer. Nos presentan en una hoja de plátano que hace de plato, arroz con verduras y pollo, y zumo de guayaba. Muy resultón. 


Y son más de las 15h. Mientras comemos pienso que mañana todos tendremos diarreas, fiebre o dolor de estámgo, pero no, tranquilos, todos bien. Y es que tras la comida empieza otro juego: toca hace runa cata de chocolates. Jugamos a ver quíén adivina antes de qué es: coco, vainilla, jengibre, chile, piña... adivina quién quería repetir el de chile...Mario! El sabor más interesante fue el de cannabis ( sólo para adultos ). 

Como era de esperar, nos venden pequeñas porciones. ¿ Cómo resistirse ? 
Salimos de allí después de 5 horas con Luis y su familia, acalorados pero agradecidos por la peculiar experiencia. 


Giovanni nos espera en el bus para ir hasta Puerto Viejo donde nos alojaremos en el Hotel Bambutel, más lejos de la playa pero con habitaciones mucho más amplias y ésta vez sí, cuádruples. En la habitación de Alba, incluso tienen un deshumidificador y un pequeño tendedero. 

Lo primero es probar la piscina, claro. Luego nos arreglamos ( Alba guapísima con su vestido ajustado ) y salimos a dar una vuelta por el pueblo. La zona turística es un poco guiri, pero no deja de tener una esencia afrocostarricense que nos encanta. Nos desperdigamos un poco y tras unas compras algo impulsivas, cenamos en un bar frente a la playa. Una noche más en el caribe. Plan de mañana: ir por la mañana a la Reserva del Jaguar y después nada. ¿ Nada ? Pues a la playa !!!

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