Decidimos pasar nuestro último día en Zhang Jia Jie explorando la montaña de Tianmen. Vamos estudiados y decididos a hacerlo sin guía. El gran problema son las largas colas que se forman para tomar el funicular de acceso: son treinta minutos de recorrido y te sube directamente hasta la zona central de la montaña. Es el más largo del mundo. Conversamos con Rebeca y nos explica que, si queremos ir a Tianmen, lo mejor es EVITAR EL FUNICULAR. Y como vamos a subir? Rebeca nos explica que hay un segundo funicular más corto, que te deja al pie de las escaleras de la puerta del cielo y sin grandes esperas. Insiste en que evitemos el largo, que las colas pueden llegar a ser de 3-4 hrs. Decidimos hacerle caso. El día anterior nos compró los billetes: son 278 yuanes por adulto. Hay que pasar por la ticketería (que está junto a la entrada) y enseñar los pasaportes. Entonces nos dan los 2 tickets de los papis. Entonces (y sólo entonces) nos dan los tickets de los niños (entran “gratis”, pagando el precio simbólico de 3 yuanes cada uno). Para llegar a la montaña de Tianmen desde el hotel pillamos un Didi (nos cobra 65 yuanes, en un viaje de unos 40 minutos).
Llegados a este punto conviene aclarar que hay TRES tipos de billetes:
- el A: subida con el funicular LARGO y descenso con el CORTO
- el B: subida con el funicular CORTO y descenso con el LARGO
- el C: subida y descenso con el CORTO.
Nosotros hemos decidido hacer caso a Rebeca y cogemos el billete C. Es con el que hay que andar más, te pierdes el funicular más largo del mundo y vale lo mismo que A y /o B. Pero NO HAY COLAS. IMPORTANTE. Y damos fe de ello.
Para llegar al funicular corto, hay un pequeño tramo en autobús, de unos 15 minutos. Entra con la entrada del parque y es muy fácil de coger. Está señalizado en inglés; el tramo C. Realmente vamos viendo que es fácil hacerlo por tu cuenta y que no hacía falta guía.
Para subir al funicular hay que andar unos 10 minutos. Como todos los que vamos en el autobús tenemos el mismo destino, basta con seguir a la gente. Se pasa por un edificio con escaleras mecánicas y al lado de un teatro con un enorme zorro autómata que abre los ojos de tanto en tanto. Aquí es donde hacen la función de teatro cada tarde (nosotros pasamos porque ya vimos una en Fenghuang).
Podemos asegurar que no hicimos más de 5 minutos de cola para subir al funicular. La cabina es amplia: caben unas 20 personas y asciende por la montaña cruzándose con el largo (en el que sólo caben 8 personas). Las vistas son igual de espectaculares y se disfruta igual. El recorrido dura unos 10 minutos y es muy tranquilo. Se ve la sinuosa carretera desde arriba: antes se subía por ella en un autobús (ya no). Hace un día soleado y hay algo de niebla que enturbia las vistas.
Al bajar accedes a una amplia zona peatonal y a un sendero que te lleva directamente a los famosos 999 escalones hasta la puerta del cielo. La puerta es una enorme abertura que hay en la montaña, con vistas del cielo azul. Las escaleras parecen infinitas y los niños nos dicen que no las piensan subir ni en pintura. Optamos por no gastar fuerzas y dejamos el dilema de cruzarlas para la vuelta, que es más fácil. Y como pensamos subir? - pensaréis. Pues como estamos en China, ya podéis imaginar que hay una forma de hacerlo, de paganini. Efectivamente, pagando, accedes a un tramo de escaleras mecánicas que te suben sin esfuerzo. Eso sí, sin vistas. Se trata de un tramo cubierto; como si estuvieras en un metro. Es bastante lento y lleva su tiempo. Para entretener a la gente, en las paredes hay carteles que van cambiando con fotografías de paisajes de Tianmen y de hazañas realizadas (carreras de coches, saltos, caída libre, funambulistas, etc...).
Al llegar arriba, accedemos a una cueva donde hay mogollón de gente, justo delante de la famosa abertura de la pared rocosa. A sus pies hay un pequeño lago donde se refleja la luz. En esta zona Fani encuentra una estatua de Alain Robert, alias Spiderman. Todos lo recordaréis por ser el tipo que se dedicaba a escalar edificios y/o zonas naturales famosas SIN PROTECCIÓN y que era mundialmente perseguido. Pues resulta que aquí hasta tiene una placa conmemorativa de su hazaña: el 18.11.2007 escaló los 200 metros que faltan hasta llegar a la cima de la montaña, con tramos de más de 90º de pendiente, sin protección. China no deja de sorprendernos.
Pasado este tramo, se accede a otra zona de escaleras mecánicas: ahora son gratuitas y Fani cuenta hasta 9 tramos. Es idéntico al que había de pago antes: techado, con exposición fotográfica y lento y tedioso. Finalmente llegamos a la zona escénica de la montaña de Tianmen. Son las 11:00 hrs y hemos tardado cerca de 3 horas (taxi - ticketería - autobús - funicular - sendero - tramos de escaleras mecánicas). Y eso que lo hemos hecho sin colas.. Reto conseguido!
La zona escénica de la montaña Tianmen es amplia aunque da tiempo de recorrerla si uno no se entretiene. Está muy bien señalizada y podemos asegurar que se puede hacer sin necesidad de guía. Abundan los mapas con la ubicación señalizada y es muy fácil orientarse. Aunque hay senderos que discurren por el centro del macizo (con una zona de telesillas) nosotros decidimos hacer el recorrido CIRCULAR que da la vuelta a toda la cima de la montaña. Ayer pasaron por aquí las catalanas del hotel y nos dijeron que son cerca de 8 kms. Tenemos tiempo de sobras. Aunque hay zonas que pasan por el interior (zona de bosque), la mayor parte del recorrido pasa por pasarelas exteriores con unas vistas espectaculares. Al principio hay niebla (cuando hacemos el trazado noroeste) pero a primera hora de la tarde sale al sol (vamos por el sureste) y tenemos el panorama despejado.
Del amplio recorrido circular destacaríamos (por orden de noroeste a sureste):
1. Templo Lingquan: pequeñito y en medio del bosque
2. Pasarela este: de pago (5 yuanes por persona): una de las 2 que hay. Nosotros sólo pasamos esta. No es nada del otro mundo y no tiene nada que envidiar a las que no son de pago. El suelo es transparente y la gracia está en que parece que estás suspendido en el cielo. En Suiza recorrimos uno más espectacular, la verdad.
3. Zona de restauración Cherry Bay: llegamos a eso de las 12:30 hrs. Uno de sus restaurantes funciona con 3 platos principales y tienes que escoger uno. No mata, pero uno de ellos NO está especiado (arroz o noodles con huevo y tomate), tienen coca cola fría y dispone de una amplia terraza con mesas donde hay sitio para todo el mundo. Muy resultón.
4. TEMPLO PRINCIPAL DE LA MONTAÑA TIANMEN: sencillamente espectacular, un sorpresón y de los más bonitos de nuestro viaje a China. El conjunto de edificios es ENORME y se respira paz y tranquilidad. Tardamos cerca de una hora en hacer la visita y estamos casi solos. Ojito con los pabellones (restaurados y con multitud de detalles) y el central con una enorme estatua de Buda que llega casi hasta la boveda. Flipamos.
5. PUENTE COLGANTE: aunque el tiempo amenaza lluvia justo cuando pasamos por él, apenas nos caen cuatro gotas. Es largo, ancho y oscila algo al pasar. Hay señales de evitar hacer el burro (saltar o ponerse a bailotear). Hacemos caso y los niños se comportan. De hecho están con el modo “a piñón y sin perder tiempo que queremos volver al hotel lo antes posible”. Es un modo en el que se confabulan y van juntos deprisita. Va muy bien porque no se pelean y van tranquilos. Va mal si quieres entretenerte a hacer fotos porque ellos siempre van delante, con prisa.
6. Zona de pasarelas sureste con la garganta Guigu: larga y con el “regalo” de pasar por una enorme zona de hendidura o fisura en la misma montaña. Como si le hubieran dado un tremendo hachazo, la pasarela entra en el interior de la misma fisura en un ángulo imposible de > 180º. Brutal.
7. Zona de llegada / salida del funicular LARGO. Se pasa por allí y hay un gentío de miedo. Ni nos acercamos a mirar la cola que hay para bajar de la montaña. Las catalanas ayer bajaron con él y, a pesar de pillar ticket (hay que coger número para saber cuándo te toca hacer cola), tardaron más de 2 hrs en subirse.
8. Corredor “Fairy Land”: son unas pasarelas de madera que nos regalan más vistas del valle. Espectaculares. Hay tramos literalmente suspendidos y mola mucho.
A eso de las 16:00 hrs, llegamos a la zona de llegada / regreso de las escaleras mecánicas. Paramos a descansar un poco (hay cafeterías y restaurantes). Laura no perdona unas patatas fritas de un Burguer King. Las más buenas salidas de una cadena de “fast food”, según ella. Habrá que tener en cuenta su opinión, que ya es una experta en la materia. Una vez llegamos a la cueva y como los niños van en modo “a piñón y sin perder tiempo que queremos volver al hotel lo antes posible”, resulta que se quedan mirando la zona de los 999 escalones, sopesando si bajamos por ellos o tomamos las lentas y tediosas escaleras mecánicas... Pues resulta que deciden bajar por ellas con la condición de que los adultos (nosotros) no les retrasemos ni les hagamos perder el tiempo “con nuestras dichosas fotos”. Aceptamos y empezamos el rápido y espectacular descenso. Hay que bajar con cuidado pues hay zonas de escalones estrechos y altos. La verdad es que tardamos apenas 15 minutos y se disfruta mucho. Queda claro que si hay que escoger (vas con el recorrido C) es MEJOR DE BAJADA QUE DE SUBIDA.
Lo que sigue ya no tiene ningún misterio. Es desandar lo realizado por la mañana: funicular corto, autobús hasta la ticketería y taxi. La parada de taxis está justo a la salida: nos intentan timar (para variar): la taxista nos pide 200 yuanes por una carrera que por la mañana no pasó de 70. Suerte que le pedimos a Rebeca que venga a “dialogar” con ella. La cosa queda finalmente en 200 yuanes y todos felices. No ha colado.
Estamos rebentados: hemos superado otra vez los 23000 pasos (17 kms). La excursión es espectacular, un must de la zona y del viaje y os diríamos que casi nos ha gustado más que explorar las montañas de Avatar aunque son experiencias diferentes. Mejor vivirlas todas.