18 de julio de 2024

VUELTA A CASA: LA FILA 36

La vuelta a casa nunca tinene nada especial. O casi nuncs...

Volamos des de Shanghái a Barcelona vía Franfurkt. Nos levantamos con mucho tiempo porque estamos histéricos con la idea de perer el vuelo, y es que somo un poco gafes en general.  Pedimos un Didi para ir al aeropuerto. Fácil, ¿ no ? 

Para los que no lo sepan, Didi viene a ser nuestro Uber. Como ya explicamos en nuestro primer post de China, utilizamos la App Wechat para chatear ( especialmente con nuestros guías durante el viaje, hoteles y con el excelente servicio de China Train, para la reserva y compra de nuestros billetes electrónicos de tren , pagar nuestras compras, pedir la comida en algunos restaurantes... ). En esta misma aplicación se puede acceder otras apps, como Didi. El problema es que en idioma base es... el Chino. Menos mal que una de nuestras guías nos ayudó a convertirlo a Inglés, lo cual nos facilitó mucho las cosas. 

Para pedir un Didi necesitamos:

1.- Que funcione la conexión a Internet: reiniciamos tres veces el móbil para conseguir conectividad ( a pesar de nuestra SIM China con número de teléfono chino ). Problema 1 superado.

2.- Poner la dirección de recogida: fácil: Sólo hace falta que funcione la ubicación. Bueno, si no, yo ya me la sé, más o menos. Problema 2 superado. 

3.- Pagar el importe inicial del taxi vía wechat: sólo tengo que poder entrar en la app de mi banco para confirmar el pago. Mi banco no es chino. Problema 3. 

4.- Entrar en la App de mi banco: como es una app no china, necesitaremos que funcione la VPN. No funciona. Reinicamos todo varias veces. No sabemos por qué, pero los informáticos siempre dicen que eso funciona. Funciona. Problema 4 superado. 

Finalmente superamos las pruebas y conseguimos pedir el dichoso taxi. Una vez en el aeropuerto, check in y facturación. Como ha sido imposible el check in online, intentamos ser los primeros y lo conseguimos. Nos dan la misma fila en el primer vuelo y la fila 36 en el segundo. El primer vuelo va casi vacío, así que podemos descansar. El segundo vuelo, de Franfurkt a Barcelona, no tiene fila 36 y es un low cost. Problema 5. A pesar de todo, la suerte nos acompaña y nos asignan una nueva fila, la 26. Superado. 

Uff. Volvemos a casa. 

En resumen, sí, China es un país moderno, cosmopolita y muy desarrollado. En estos 16 últimos años las infraestructuras han superado mi imaginación. Ha mejorado x 1000 el transporte, la higiene y los servicios. La conectividad a internet no. Hemos visitado grandes ciudades, pueblos sacados de leyendas milenarias, parques naturales de película y sin duda, una de las maravillas del mundo, la Gran Muralla China. A pesar de todo, nos vamos con la sensación de que el turismo chino es bajar del autobús, hacer la foto rápido y volver a subir. En ningún caso hemos tenido sensación de contacto con la imponente naturaleza de sus parques ni tampoco nos hemos sentido transportados a la época de los antiguos emperadores. La esencia de un país tan increíble se ha visto diluïda entre sus millones de habitantes. 

Si quieres ver cosas impresionantes, ves a China. Pero ten claro que no será un viaje en línea recta. SI te agobian las multitudes... busca otros lugares o ves en temporada baja. En cuanto a la comida, es un reto. Decide qué quieres apostar :)




17 de julio de 2024

SHANGHÁI: ÚLTIMO DÍA EN FAMILIA

Día 17 de Julio del 2024

Es oficial: ya no podemos más. Después de 24 días en China ya tenemos ganas de volver. La verdad es que estamos hartos del calor y de las muchedumbres. La espalda de Jordi pide a gritos un descanso y los ánimos de los niños un día en familia lo más “divertido” posible. Y, aunque parece difícil, los papis tenemos un plan y si sale bien, SERÁ UN ÉXITO COMO COLOFÓN.

Nos ponemos a ello sin madrugar. El plan es no coger ni taxis, ni metro, ni nada. Sencillamente caminar. La verdad es que estamos muy bien ubicados y es hora de sacar provecho. Nos acercamos a la NANJING EAST ROAD y, como nos pensábamos, está muy tranquila a estas horas. Nada que ver con los tumultos de gente del domingo por la noche. Son las 10:00 hrs y hay gente haciendo cola delante de un centro comercial que nos llamó la atención el domingo por ser de tiendas especializadas en productos manga - anime. Es muy fricky y nos recuerda a las de Tokyo. Hechamos un primer vistazo pero lo dejamos para la tarde.

Seguimos bajando por la large avenida hasta llegar al BUND. Está precioso de día y los edificos (bancos y hoteles) son imponentes. No hay casi nadie. Que diferencia! Nos acercamos a los embarcaderos: nuestro plan es hacer un crucero por el río HUANGPU, admirando el espectacular skyline, de día. Es el plan menos arriesgado y con la poca gente que hay será muy tranquilo, que es lo que buscamos. El crucero que encontramos sale a las 12:00 hrs y cobran 120 yuanes por adulto; David ya cuenta como tal y a Laura “nos la dejan” por 60 yuanes. Como queda una hora, nos vamos a tomar un café y unas pastas a una cafetería. Nos entretenemos un pelín demasiado (es que con el calor que hace fuera y los aires acondicionados de los locales de China, es tentador entretenerse la verdad). Acabamos llegando justitos de tiempo al embarcadero. Encima nos liamos un poco con el barco y, CON EL TIEMPO QUE TENIAMOS (SOMOS UN AUTÉNTICO DESASTRE), embarcamos cuando ya estaban retirando la escalinata. Ya nos vale!

Hacemos el crucero en familia: no llegamos a 40 personas y mira que es ENORME. Seguro que por la noches hay mogollón de gente. Pero así también mola. Tiene zona cubierta en la primera planta con aire acondiconado donde los niños se acomodan la hora que dura el trayecto. Los papis subimos varias veces a cubierta a hacer fotos y disfrutar de las vistas. Maravillosas! Y tranquilos, que era lo que buscábamos. Minipunto para los papis!



Después desandamos el Bund y empezamos a buscar un sitio para comer. Son las 13:30 hrs. Nos llama mucho la atención el hotel Peace justo al principio de la Nanijng East Road. El edificio es espectacular y hay un montón de gente fotografiándolo desde la calle. Tiene restaurante con vistas a la calle y nos da por mirar la carta. Tiene platos de pastas y ensaladas a lo occidental. Los precios están abultados pero es  nuestro último día en China y ya no estamos para reparar en gastos. Entramos en el lujoso hotel. La cerveza y el agua nos salen por 200 yuanes y la comida (contando el IVA) por 800 yuanes. Pero está todo tan bueno y el hotel es tan bonito que no nos da pena. Los niños disfrutan: son sus primeros espaguettis boloñesa del viaje y los últimos. 


Después de comer damos una vuelta por el impresionante hall del hotel con la escusa de que vamos al lavabo. Espectacular. De película. Habrá que alojarse aquí la próxima vez. Pero habrá próxima vez? Con lo grande que es el mundo parece complicado.

Después toca comprar REGALOS para los peques. Se lo han ganado. Remontamos la Nanjing East Road y entramos primero en la tienda POP MART. Es una tienda de figuras de juguete coleccionables que lo está petando en China. Es grande y recorrer sus pasillos y escalinatas es una aventura. Los niños van de un estante a otro como locos. Ambos escogen un par de figuras y salen supercontentos. La siguiente parada es el centro comercial manga - anime que vimos por la mañana. Dentro ya hay un gentío de miedo y cuesta moverse. Tiene 6 pisos y todos con la misma temática. Hasta los bares! Hay uno que David identifica como uno de los bares del anime de Naruto. Hay muchos jóvenes disfrazados de personajes anime (clientes) y el ambiente es muy fricky. También flipamos con las figuras de One Piece de la segunda planta y las cartas de coleccionista (ojo con las Pokemon) de la sexta. En la entrada queda para el recuerdo la tienda - mueso de Toei Animation y sus Caballeros del Zodiaco a precios prohibitivos. Laura y David también cobran su pequeño botín: 2 llaveros y otra figura coleccionable. Salen agradecidos. Este día SÍ MOLA! Superpunto para los papis!


Decidimos volver al hotel que hay que hacer las maletas y intentar hacer el chek-in del avión.  Fani lleva desde ayer con el tema y necesita sentarse tranquilamente delante del ordenador. A pesar de su experiencia y nuestra ayuda no lo conseguimos. Damos la web de Air China como imposible. Habrá que hacerlo en la terminal mañana.

A las 19:00 hrs nos vamos al centro comercial que hay cerca del alojamiento. Gastamos los últimos yuanes que nos quedan en cash en una tienda de detalles. Fani se compra unos colores y los niños (vaya día que llevan) nos acaban sonsacando una última figura coleccionable. Esta vez cae un Evee, de la serie Pokemon.

Cenamos en el mismo restaurante japonés de anoche. Pedimos lo mismo y lo disfrutamos igual. Buenísimo. Una cena tranquila y divertida para celebrar un día tranquilo. Ya tocaba!

Ya de vuelta nos regalamos unas últimas vistas del Skyline desde el puente que permite atravesar el afluente, delante de nuestro alojamiento. Nos sorprende una Cosplay china en plena sesión de todos con todo un batallón de fotógrafos e iluminadores (lo menos son cinco personas). La chica saluda Fani en castellano. Así es China, un país de contrastes.

16 de julio de 2024

SUZHOU: LA CIUDAD DE LOS CANALES Y LOS JARDINES

Todo el mundo habla de Suzhou como la pequeña Venecia China. Así que nos toca ir a conocerla. Nos resulta muy curioso pensar en nada que se pueda parecer a Venecia en China. Desde Shanghái se puede ir en tren ( media hora y con múltiples horarios ) pero calculando lo que nos podría costar, ir en Didi es solo14e más caro, así que sopesándolo, decidimos ir en Didi. Des del apartamento tendríamos que coger el metro para llegar  ala estación de trenes y acabaríamos tardando lo mismo. 

Cuando llegamos a Suzhou, nos dirigimos a los Jardines del Administrador Humilde. Nos cuesta un poco encontrar la entrada porque no hay mucha cola ( claro, están todos dentro ). Paseamos sin demasiado interés, a pesar de que los jardines son realmente bonitos, con canles de agua y preciosos pabellones. Hace mucho calor y hay miles de personas por todas partes, así que nos agobiamos enseguida y buscamos la salida. 







Nos dirigimos en busca de algún sitio para comer. A estas alturas del viaje sólo pedimos una cosa: ¡ que tenga aire acondicionado por favor! Salvamos la comida con arroz, dumplings y un pato asado que no se parece en nada al de la foto del menú. En el restaurante nos encontramos con una pareja de médicos y sus dos hijos con los que intercambiamos risas y anéddotas. 

Al salir del restaurante paseamos por la calle principal de Suzhou, patrimonio de la Humanidad, atiborrada de puestos de comida, té, artesanías y abalorios varios. Después de haber estado en Fenghuang y en Wanxiang Valley,, no nos parece tan excepcional, la verdad. 

Volvemos en Didi premium ( recibimos un mensaje en Wechat que nos avisaba que el conductor se examinaba cada mes )... la vuelta fue una auténtica aventura. El conductor tenía tics, eruptaba, chasqueaba la lengua y creemos que se dormía de vez en cuando. Qué hora más larga... 

Acabamos cenando en un japonés ( restaurante no chino ) del centro comercial que hay cerca de nuestro apartamento.




15 de julio de 2024

SHANGHAI Y EL CALOR

Tenemos tres días para visitar Shangaï y, como hay buen comunicación por metro, decidimos pasar de Tours y hacerlo por nuestra cuenta. Nuestra idea el primer día es visitar la Ciudad Antigua con su bazar y el jardín Yu Yuan. Nos ponemos en marcha después de desayunar en el apartamento: ayer conseguimos pan normal, nocilla, leche y croissants en el Aldi. La red de metro se usa igual que en otras ciudades chinas. Nos bajamos en la parada Yu Yuan Garden y no tardamos en plantarnos en el bazar de la Ciudad Antigua. Nos recuerda al de los callejones ancho y estrecho de Chengdú, sólo que es más grande y con infinidad de tiendas. Los edificios son muy antiguos y están decorados de forma tradicional. En las tiendas te venden de todo: recuerdos, té, medicinas naturales, ropa, pongos de todo tipo. Los venderdores salen a buscar clientes enfrente de las tiendas. Hay una enorme tienda de chocolate con figuras enormes a la entrada (parece un museo). Recorremos la primera planta en la que unos carteles indicativos señalizan que las figuras expuestas NO son comestibles (por si a alguien se le ocurría...).


Llegamos a la entrada al jardín, tras pasar por una imponente plaza con 2 enormes estanques y un puente en zigzag. No hay mucha gente... Nos empieza a extrañar. No tardamos en comprobar el porque: resulta que los jardines cierran en lunes. Chasco!


Nos vemos obligados a cambiar de planes. Después de una parada técnica en un Starbucks, volvemos al metro y nos vamos a visitar la Concesión Francesa (metro: Shaanxi Road South). La salida que tomamos nos deja justo enfrente del teatro Cathai, al oeste del casco antiguo. Empezamos el recorrido caminando por la avenida Huaihai Middle Road, llena de centros comerciales bien modernos, boutiques , restaurantes y hoteles. Nos acabamos metiendo en sus zonas residenciales que abarcan villas de estilo europeo, avenidas arboladas y cafeterías. Llama la atención (no parece China) pero tampoco es nada del otro mundo. Están habitadas y los porches llenos de coches, coladas y cajas amontonadas. SE nota que vive gente. Se nos ha hecho la hora de comer y empezamos a buscar restaurante. Tras varios intentos damos con uno repleto de chinos, especializado en noodles. Está a rebosar pero justo cuando entramos queda libre una mesa y nos podemos acomodar. Todo está en chino y hay que encargar por móbil. Pedimos un par de boles de noddles con cocido y verdura y unas tortiras de huevo fritas. No es nada del otro mundo. Nuestro camarero nos invita a añadir la salsa picante. Nosotros que ya hemos escogido los noodles que NO llevaban símbolo de picante en el menú del móbil, NO le hacemos ni caso. No es nada del otro mundo, pero salimos del paso. Otro día más pasando sin pena ni gloria por un restaurante chino.

Recorremos un rato más la zona de la Concesión pero sin grandes novedades. No deja de ser un barrio elegante residencial. No tardamos en aventurarbos de nuevo al metro para nuestra última parada (véase tentativa) de “salvar” el día. Decidimos ir sobre seguro y nos bajamos en la parada de metro que hay junto al Templo Jing´an, en pleno centro de la ciudad (parada: Jing´an Temple). Está a rebosar de gente. Para poder entrar nos “cobran” 200 yuanes (50 por cada persona). Es un templo budista y hay mucha actividad. En plaza central un montón de niños (y no tan niños) se entretienen a introducir monedas dentro de una escultura.




Volvemos en metro al apartamento no sin antes pasar por el supermercado a comprar la cena. Esta noche también cenamos en lo que los niños llaman " el refugio ". No nos complicamos demasiado pero consideramos un pequeño gran lujo poder hacernos la cena ( que no va a picar ). 

14 de julio de 2024

SHANGHAI Y LAS LUCES

Esta vez no corremos riesgos con la salida del Wuanxiai Valley. Madrugamos y decidimos renunciar al desayuno del hotel para ir con la suficiente antelación a la estación de tren. Estamos a una hora como mínimo en taxi y no queremos repetir la experiencia vivida en Fenghuang. Aquí sí funciona Didi y a las 07:30 hrs ya tenemos un taxi en la entrada del hotel recogiéndonos.

La estación de Shan Graö ya nos la conocemos del día que llegamos. Conseguimos zumo de naranja para Laura, cafés paranosotros  y galletas y plátanos. Se trata de ir picoteando por las diferentes tiendas de la estación y comérselo mientras esperas en los asientos o ya dentro del tren. Esta vez vamos en primera clase, todos juntos y en primera fila del vagón. Una pasada! Hay espacio de sobras para tener las maletas justo enfrente nuestro y poder estirar las piernas. Son tres horitas de viaje y la verdad es que se nos pasan volando. Aprovechamos que son las 13:15 hrs para comer algo en la misma estación. Encontramos un restaurante con platos de noodles (para variar) y coca colas. Estamos en un lateral y hay sitio para tener las maletas junto a nosotros. Para salir del paso está bien.

Después vamos para la parada de taxis y subimos en uno. Le damos la dirección del hotel y nos ponemos en marcha (lleva taxímetro). Es domingo mediodía pero aquí da igual que día de la semana sea. Está la ciudad a rebentar de coches. Tardamos más de una hora en llegar. La ciudad es, a vista de coche, tan caótica como las que hemos visitado ya. Ni se nos pasaría por la cabeza conducir aquí. La carrera nos acaba saliendo por 200 yuanes.

Nos alojamos en un edificio de pisos delante de un afluente del río Huangpu, que atraviesa el centro de la ciudad. El edificio se llama River House y en la recepción nos detiene su vigilante de seguridad. Nos pide esperar y se va a buscar a nuestro anfitrión, un chino que se llama Can y que nos atiende con una sonrisa y que chapurrea inglés. Subimos al 13er piso (tiene un total de 29) y llegamos al apartamento (lo hemos contratado con Booking). Enseguida vemos que es muy espacioso con a habitaciones con camas grandes, cocina - comedor, 3 aires acondicionados que van de lujo y unas vistas de impresión. La única pega es que la WIFI tampoco funciona (son 5G: lo más probable llegados a este punto, es que el problema seamos nosotros y el dichoso cortafuegos chino; ni VPN ni nada. También va justito de enseres de cocina y sólo hay 3 sillas. Cuando nos damos cuenta contactamos con Can y nos trae lo que le pedimos. Estamos alojados cerca de 2 paradas de metro y de un centro comercial con supermercados y una amplia oferta de restaurantes (algo pijos, pero ya nos viene bien). Nos toca estar aquí 4 noches y queda claro que estaremos de cine.

Una vez instalados los papis nos vamos al recorrer la zona y compramos en el supermercado del centro comercial (un ALDI) para hacer los desayunos y tener una primera cena tranquila. Al volver “chantajeamos” a nuestros peques: excursión de 2 horas por cena en el apartamento. Aceptan.

A las 18:30 hrs nos lanzamos a recorrer la famosísima NANJING EAST ROAD en dirección al Bund y al río Huangpu para contemplar el Skyline de la ciudad. Nada más llegar a la famosa avenida descubrimos en es un Passeig de Gracia - Plaza Catalunya pero a lo bestia. La avenida es muuuuuuy larga y ancha y está atestada de todo tipo de tiendas pijas de ropa. Como era de esperar (Shangaï no iba a ser una excepción), está atiborrada de gente. También hay mucha policía regulando el tráfico de vehículos (la avenida principal está cortada pero las restantes, en dirrección este, no). La marea d egente es tal, que podemos asegurar que si no hubiera policía, ningñun coche lograría pasar por allí. Bueno en verdad acaban siendo DOS MAREAS: una que baja por la derecha y otras que sube por la izquierda. Pronto descubrimos que la zona está acordonada para regular los flujos de ambas mareas (cada vez más denso, a medida que llegamos al río). Es flipante!

Jordi no puede parar de grabar videos, para dejar testimonio de esta locura. No nos entretenemos con las tiendas (las dejamos para otro día) y nos vamos abriendo paso hasta lograr llegar al Bund, que es el paseo que hay junto al río Huangpy y que está compuesto principalmente por una hilera de hoteles, bancos y oficinas con un look de época, símbolo majestuoso del poder occidental de finales del siglo XIX. No negaremos que en más de una ocasión estamos a punto de suspender la excursión. Se ha hecho de noche, los peques apretan para volver y hay demasiada gente. Pero llega un punto que la marea es tal, que es más difícil volver atrás que “dejarse llevar” por ella. Finalmente alcanzamos nuestro objetivo (con una buena dosis de paciencia) y nos plantamos, maravillados y con los ojos como platos, frente al Skyline iluminado de la ciudad. Es realmente asombroso (aquí mejor no ser epiléptico). Destacan tres edificios por encima de los demás: la torre Perla, el abrebotellas y la Torre de Shangaï (con el 2º mirador más alto del mundo). Por el río pasan un montón de cruceros también con sus luces: el espectáculo multicolor pasa ante nuestros ojos. Es agobiante por la gente? Sí. Es pesado llegar hasta aquí? Sí. Vale la pena? POR SUPUESTO.



Volvemos más deprisa de lo esperado (la marea calle arriba, se diluye tras 2 tramos) y es curioso comprobar que a la que te sales de la Nanji East Road, ya no hay ni el tate por la calle. Algún motorista y algún peatón perdido, pero poco más (son casi las 21:00 hrs). Acabamos regalándonos una cenita en el apartamento sencilla pero tranquila. Los peques (y los papis) estamos encantados de poder cenar así: 4 chuletas de carne, tortilla a la francesa, tomates cherry, fruta y leche. También hemos conseguido pan (normal, como en España) y chocolatinas. Bonito colofón!

13 de julio de 2024

WANGXIAN VALLEY Y EL PUEBLO COLGANTE

Hoy toca viaje matutino en tren. Para evitar problemas, acordamos con Rebeca que a las 06:00 hrs am nos estará en esperando en la puerta del alojamiento un tránsfer. Nos dice que serán 200 yuanes pero coche lujoso y espacioso. Aceptamos. Toca bajar las maletas 4 pisos pero lo conseguimos entre los 4 y con tranquilidad. Junto al chófer está Rebeca esperándonos para despedirse. Fani le da un fuerte abrazo. Se ha portado de 10 con nosotros y estamos encantados con ella. Hasta siempre!

El viaje en coche se pasa volando y llegamos a la estación sin incidencias. En este tren ya nos avisaron de China Train que no habían podido conseguir los billetes de primera clase solicitados (nos devuelven la diferencia) y tampoco asientos juntos. Se disculpan y nos pasan unos mensajes en chino para intentar conseguir que los ocupantes nos cambien sus asientos. Los peques consiguen ir juntos con Fani delante. Jordi no tiene tanta suerte; teníamos el último asiento en otro coche. El viaje hasta Shan Grao dura 6 horas. Hay mucho turn over durante el mismo y la gente es muy ruidosa. David se ha descargado un juego nuevo y se pone en modo gamer. Laura va más tranquila, aunque también juega un buen rato. Jordi alterna blog con lectura. Y Fani se pone a pasar fotos al ordenador y estudia un rato inglés. Llevamos café y algún snack. Los paseos de Jordi entre ambos coches para intercambiar el ordenador con Fani son bastante frecuentes. Comprobamos que hay gente que no tiene asiento asignado; en efecto, el tren va lleno a rebentar en algunos tramos y se podían comprar asientos de pie.

A la llegada la liamos un poco al salir. Como queremos pillar ascensor por el tema de las maletas, nos confundimos y salimos por donde se hacen las llegadas. La azafata que controla el acceso se nos queda mirando y nos deja pasar (suponemos que para ella es más fácil hacer esto que explicarnos que por ahí no se sale y que tenemos que dar media vuelta y salir por el lugar correcto). Después de un par de vueltas, conseguimos salir por una zona que hay entre un par de controles de acceso a la estación. Ya afuera nos recibe un solazo y un calor de aúpa. Como no estamos en las salidas, no hay parada de taxis a la vista ni nadie viene a perseguirnos y a ofrecernos servicio de transporte. Como son las 14:00 hrs optamos por buscar un sitio para comer. Laura descubre un McDonalds; esta vez no nos libramos y acabamos comiendo nuggets, patatas fritas y coca cola. Mientras comemos aparece un abuela china que va buscando restos de comida por las mesas. Cuando pasa por la nuestra se queda mirando una de nuestras bolsas de patatas fritas. Como ya casi hemos acabado, se la damos. Al cabo de un rato sale del local y se mete en otro. Fani decide pasar a la acción y, con la ayuda de los peques y Jordi, compramos una hamburguesa y se la llevamos a la anciana. Esta vuelve con nosotros al McDonalds y se sienta en una mesa a comer. No recordamos cuantas veces nos da las gracias, pero está muy emocionada.

Son más de las 15:00 hrs: toca buscar un taxi para ir a nuestro alojamiento: el hotel Homestay que está dentro del área escénica de la Guanxian Valley. Dentro de la terminal de llegadas vemos como se va formando una larga cola de taxis que suponemos que se dirige hacia la terminal de salidas. No venos ni dicha terminal ni el final de nada. Decidimos ir en esa dirección y ver si podemos llegar por allí. No tarda en aparecer un taxista que interpone su vehículo en nuestro camino. Están claras tanto nuestras intenciones como las suyas. Se baja a toda pastilla, colocamos las maletas como podemos (atrás sólo cabe una de las grandes; la otra va con David) y nos subimos en un periquete. Ya viene corriendo enfadado un trabajador que entendemos que es el que ordena los taxis en las filas. Algunos taxistas también pitan visiblemente cabreados por la maniobra perpetrada de colamiento. Le enseñamos al taxista la dirección del hotel y se pone en marcha. 

En poco más de una hora llegamos al área escénica de la Guan Xian Valley. Justo antes de llegar a la entrada hay cola de coches que intentan acceder. Pero eso no es obstáculo para nuestro aguerrido taxista, que no duda en adelantar donde parece no haber espacio y que se muestra inmune a los pitidos de los demás vehículos. Para acceder al área escénica y al hotel hay que pasar un control de acceso. Le mostramos la reserva del hotel al vigilante y nos abre la barrera. El taxista nos deja justo en la entrada del hotel. Llevaba taxímetro: la carrera nos cuesta 151 yuanes (le damos 160 y se despide tan contento).

El Homestay Hotel es un hotelazo cuyas instalaciones abarcan una gran área de la zona escénica. No tardamos en descubrir que está integrado con los demás edificios y que por ahí se pasean tanto clientes como turistas. No hay barreras. Las habitaciones son enormes y a nosotros nos toca una familiar, cerca de la piscina del hotel. Para llegar hasta ella hay que andar bastante pero tenemos suerte: las hay mucho más alejadas del edificio principal (recepción - restaurante) que la nuestra. Tiene 2 camas enormes, una ducha de ensueño, lavabo separado, aire acondicionado de cine y una ventana con bonitas vistas. Nos instalamos y decidimos ir a la piscina. Son las 17:00 hrs y nos merecemos un buen chapuzón. En el agua hay algunos clientes (especialmente niños). Aquí sí que hay un par de trabajadores que hacen control de acceso. Fani y Jordi no dudan en meterse pero realmente el agua está muy fría. Como puede ser con el calor que hace? Laura consigue meterse pero David desiste rápido. Cada vez hay más turistas observándonos y haciendo fotos. Que no se puedan meter en el agua no significa que no puedan estar por ahí, cámara en mano. Nos sentimos un poco observados. 

A las 19:00 hrs ya empieza a oscurecer y decidimos salir a dar una vuelta y conseguir un lugar para cenar. Se nos antoja que en el restaurante del hotel nos saldrá muy caro. Como era de esperar hay mucha gente y nos recuerda el ambiente de Fenghuang: grupos guiados y familias enteras que han venido a pasar la tarde. Seguimos viendo mucha gente con vestidos tradicionales (especialmente chicas) y equipos de fotógrafos. Como estamos en la misma área escénica enseguida llegamos a los diferentes puntos de interés: el área lo divide en 2 partes un río y hay diversos puentes que te permiten cruzar de un lado a otro. Tienes una amplia zona de tiendas - restaurantes. También hay casas de fotografía, donde te alquilan trajes y te maquillan. Puestos de helados, bebidas frías, fruta. Casas de té. Hay algunos negocios tradicionales. Un templo budista. Casas de lotería. De todo y orientado al turismo. Hechamos de menos casas tradicionales donde vivan de verdad. Pronto nos queda claro que el área escénica es un paraíso exclusivamente orientado al turismo, un poquito cartón-piedra.  Cae la noche rápido y la verdad es en cuanto se ilumina todo es precioso. Tanto los locales que recorremos como los edificios que hay en ambas laderas y los puentes. Vale mucho la pena.




Nos arriesgamos con un restaurante local que encontramos en la ladera contraria a la del hotel. Hay mucha gente por todas partes y tenemos la suerte de encontrar una mesa libre en una terraza. Laura se pone en modo “quiero comer” y resulta clave para “acertar” con el pedido. La carta está exclusivamente en chino y esta vez nos funciona el traductor de texto a lo lens que llevamos. Después de estar un rato traduciendo y escogiendo los platos, nos acercamos a la barra a pedir. Aquí tenemos la suerte de que nos topamos con una camarera muy avispada que también está muy atenta, especialmente al momento en que Laura le salva los muebles a Jordi, recordando que los platos NO lleven nada de picante. Hemos pedido un estafofado de cerdo, sopa de rábano, huevos revueltos, carne de cerdo frita y arroz blanco. La cena es un éxito: sabrosa y rica, ni pica ni lleva vísceras. Nos ponemos las botas y cenamos muy a gusto. David no se encuentra muy fino: está muy irritable. Demasiadas pantallas? También es verdad que hemos dormido poco (demasiado madrugón). Decidimos volver al hotel y dejar los niños descansando. Por el camino caen unos zumos de mandarina y sandía que están buenísimos.

Cuando salimos a dar una última vuelta (ya sin los niños) descubrimos para nuestra sorpresa que mucha gente ya se ha marchado. Son apenas las 21:30 hrs y la verdad es que el ambiente va claramente en declive. Es muy diferente de la experiencia vivida en Fenghuang. Los bares siguen animados con música en directo, pero vemos locales, especialmente las tiendas, que ya van cerrando. La verdad es que con menos gente, pasear por las calles es un lujazo. Lo más chulo es cruzar los puentes y pasear por el templo budista. Hay una pequeña avenida de farolillos iluminados, donde hay chicas vestidas en plena sesión fotográfica, por la que pasamos asombrados. El área escénica no es muy grande pero es bonita y tranquila. Valió la pena el esfuerzo de venir aquí.

El día siguiente no es muy diferente y nos lo tomamos como lo que es: un día de vacaciones en familia. Hemos dormido muy bien y David se encuentra ya recuperado. Desayunamos en el buffet del hotel  y hay de todo. La verdad es que no hay queja ninguna. Superbien.

Salimos a explorar el área escénica con la luz del día. Está todo muy chulo y soleado. Eso sí, son las 09:30 y hace un calor del demonio. Con crema solar y gorras nos ponemos en marcha. Subimos hasta los miradores del edificio que hay sobre la ladera junto al hotel y vemos las vistas de toda el área y del curso de río. Ahora vemos que la zona de edificios que hay en la ladera opuesta está actualmente en construcción y que hay gente trabajando en ella. No podemos ir allí (los accesos están cortados). Damos un amplio recorrido por toda la zona. Hay alguna cascada interesante, poca gente y se está de cine. Vemos chinos haciendo un rafting bastante simple por el río y nos acercamos a ver precios; a Laura le hace gracia pero vemos que hay límite de altura (150 cms) y desistimos.





Son más de las 12:00 hrs y ya no podemos más (con tanto calor). Demasiado pronto para comer aunque hemos visto un sitio más que interesante con pasta y carne. Decidimos ir primero al hotel y darnos un baño en la piscina ahora que no hay casi turistas y estamos lejos de los focos. Nos sienta de maravilla. Nos sirve para abrir el apetito y entonces nos vamos a comer. Conseguimos que la señora del restaurante nos sirva la comida no picante: pedimos un par de platos de pasta y otro de carne que está bien tierna y sabrosa. Somos los únicos clientes. Mientras hacemos la sobremesa, la dependienta se acerca con la factura; son casi las 15:00 hrs y suponemos que tiene que cerrar (aquí a las 17:00 hrs ya empiezan con las cenas). Pagamos y salimos del local.










Les hemos prometido a los niños vuelta al hotel para descansar. Después de hacer un poco de colada y corrección de fotos, los papis deciden dar una vuelta en solitario. Empieza a haber más ambiente; está llegando gente de nuevo (igual que ayer) para pasar la tarde - noche. Los alrededores de la piscina están tomados (menos mal que nadamos por la mañana). Acabamos en un bar tomando un maravilloso café (Fani capuccino y Jordi café helado con toque de vainilla). 

Después vamos a por los peques y a cenar. Repetimos el mismo restaurante que anoche: ya sabemos que pedir y está la misma camarera. Por cierto, no acepta la propina de Jordi. Comemos muy a gusto y esta vez no nos pasamos de cantidad. De salida nos detenemos en un bar con música en directo. A Laura le mola y además hay un lindo gatito ronroneando en la entrada. No podemos resistirnos y como hay sitio en la terraza nos sentamos con un par de cotails sin alcohol. Están ricos pero casi nos cuestan los mismo que la cena. Nunca nos dejará de asombrar la disparidad de precios de este país.

Regresamos al hotel apurando las fotos y las vistas del pueblo iluminado. Estar aquí ha sido un acierto y un regalo. Y es que con tanta gente como nos estamos encontrando en China, encontrar un sitio así es un lujazo y un oasis en medio de nuestra “batalla” turística.

11 de julio de 2024

LAS ESCALERAS DE LA MONTAÑA

Decidimos pasar nuestro último día en Zhang Jia Jie explorando la montaña de Tianmen. Vamos estudiados y decididos a hacerlo sin guía. El gran problema son las largas colas que se forman para tomar el funicular de acceso: son treinta minutos de recorrido y te sube directamente hasta la zona central de la montaña. Es el más largo del mundo. Conversamos con Rebeca y nos explica que, si queremos ir a Tianmen, lo mejor es EVITAR EL FUNICULAR. Y como vamos a subir? Rebeca nos explica que hay un segundo funicular más corto, que te deja al pie de las escaleras de la puerta del cielo y sin grandes esperas. Insiste en que evitemos el largo, que las colas pueden llegar a ser de 3-4 hrs. Decidimos hacerle caso. El día anterior nos compró los billetes: son 278 yuanes por adulto. Hay que pasar por la ticketería (que está junto a la entrada) y enseñar los pasaportes. Entonces nos dan los 2 tickets de los papis. Entonces (y sólo entonces) nos dan los tickets de los niños (entran “gratis”, pagando el precio simbólico de 3 yuanes cada uno). Para llegar a la montaña de Tianmen desde el hotel pillamos un Didi (nos cobra 65 yuanes, en un viaje de unos 40 minutos).

Llegados a este punto conviene aclarar que hay TRES tipos de billetes:

- el A: subida con el funicular LARGO y descenso con el CORTO

- el B: subida con el funicular CORTO y descenso con el LARGO

- el C: subida y descenso con el CORTO.

Nosotros hemos decidido hacer caso a Rebeca y cogemos el billete C.  Es con el que hay que andar más, te pierdes el funicular más largo del mundo y vale lo mismo que A y /o B. Pero NO HAY COLAS. IMPORTANTE. Y damos fe de ello.

Para llegar al funicular corto, hay un pequeño tramo en autobús, de unos 15 minutos. Entra con la entrada del parque y es muy fácil de coger. Está señalizado en inglés; el tramo C. Realmente vamos viendo que es fácil hacerlo por tu cuenta y que no hacía falta guía.

Para subir al funicular hay que andar unos 10 minutos. Como todos los que vamos en el autobús tenemos el mismo destino, basta con seguir a la gente. Se pasa por un edificio con escaleras mecánicas y al lado de un teatro con un enorme zorro autómata que abre los ojos de tanto en tanto. Aquí es donde hacen la función de teatro cada tarde (nosotros pasamos porque ya vimos una en Fenghuang).

Podemos asegurar que no hicimos más de 5 minutos de cola para subir al funicular. La cabina es amplia: caben unas 20 personas y asciende por la montaña cruzándose con el largo (en el que sólo caben 8 personas). Las vistas son igual de espectaculares y se disfruta igual. El recorrido dura unos 10 minutos y es muy tranquilo. Se ve la sinuosa carretera desde arriba: antes se subía por ella en un autobús (ya no). Hace un día soleado y hay algo de niebla que enturbia las vistas.



Al bajar accedes a una amplia zona peatonal y a un sendero que te lleva directamente a los famosos 999 escalones hasta la puerta del cielo. La puerta es una enorme abertura que hay en la montaña, con vistas del cielo azul. Las escaleras parecen infinitas y los niños nos dicen  que no las piensan subir ni en pintura. Optamos por no gastar fuerzas y dejamos el dilema de cruzarlas para la vuelta, que es más fácil. Y como pensamos subir? - pensaréis. Pues como estamos en China, ya podéis imaginar que hay una forma de hacerlo, de paganini. Efectivamente, pagando, accedes a un tramo de escaleras mecánicas que te suben sin esfuerzo. Eso sí, sin vistas. Se trata de un tramo cubierto; como si estuvieras en un metro. Es bastante lento y lleva su tiempo. Para entretener a la gente, en las paredes hay carteles que van cambiando con fotografías de paisajes de Tianmen y de hazañas realizadas (carreras de coches, saltos, caída libre, funambulistas, etc...).

Al llegar arriba, accedemos a una cueva donde hay mogollón de gente, justo delante de la famosa abertura de la pared rocosa. A sus pies hay un pequeño lago donde se refleja la luz. En esta zona Fani encuentra una estatua de Alain Robert, alias Spiderman. Todos lo recordaréis por ser el tipo que se dedicaba a escalar edificios y/o zonas naturales famosas SIN PROTECCIÓN y que era mundialmente perseguido. Pues resulta que aquí hasta tiene una placa conmemorativa de su hazaña: el 18.11.2007 escaló los 200 metros que faltan hasta llegar a la cima de la montaña, con tramos de más de 90º de pendiente, sin protección. China no deja de sorprendernos.

Pasado este tramo, se accede a otra zona de escaleras mecánicas: ahora son gratuitas y Fani cuenta hasta 9 tramos. Es idéntico al que había de pago antes: techado, con exposición fotográfica y lento y tedioso. Finalmente llegamos a la zona escénica de la montaña de Tianmen. Son las 11:00 hrs y hemos tardado cerca de 3 horas (taxi - ticketería - autobús - funicular - sendero - tramos de escaleras mecánicas). Y eso que lo hemos hecho sin colas.. Reto conseguido!

La zona escénica de la montaña Tianmen es amplia aunque da tiempo de recorrerla si uno no se entretiene. Está muy bien señalizada y podemos asegurar que se puede hacer sin necesidad de guía. Abundan los mapas con la ubicación señalizada y es muy fácil orientarse. Aunque hay senderos que discurren por el centro del macizo (con una zona de telesillas) nosotros decidimos hacer el recorrido CIRCULAR que da la vuelta a toda la cima de la montaña. Ayer pasaron por aquí las catalanas del hotel y nos dijeron que son cerca de 8 kms. Tenemos tiempo de sobras. Aunque hay zonas que pasan por el interior (zona de bosque), la mayor parte del recorrido pasa por pasarelas exteriores con unas vistas espectaculares. Al principio hay niebla (cuando hacemos el trazado noroeste) pero a primera hora de la tarde sale al sol (vamos por el sureste) y tenemos el panorama despejado.

Del amplio recorrido circular destacaríamos (por orden de noroeste a sureste):

1.  Templo Lingquan: pequeñito y en medio del bosque

2. Pasarela este: de pago (5 yuanes por persona): una de las 2 que hay. Nosotros sólo pasamos esta. No es nada del otro mundo y no tiene nada que envidiar a las que no son de pago. El suelo es transparente y la gracia está en que parece que estás suspendido en el cielo. En Suiza recorrimos uno más espectacular, la verdad.


3. Zona de restauración Cherry Bay: llegamos a eso de las 12:30 hrs. Uno de sus restaurantes funciona con 3 platos principales y tienes que escoger uno. No mata, pero uno de ellos NO está especiado (arroz o noodles con huevo y tomate), tienen coca cola fría y dispone de una amplia terraza con mesas donde hay sitio para todo el mundo. Muy resultón.

4. TEMPLO PRINCIPAL DE LA MONTAÑA TIANMEN: sencillamente espectacular, un sorpresón y de los más bonitos de nuestro viaje a China. El conjunto de edificios es ENORME y se respira paz y tranquilidad. Tardamos cerca de una hora en hacer la visita y estamos casi solos. Ojito con los pabellones (restaurados y con multitud de detalles) y el central con una enorme estatua de Buda que llega casi hasta la boveda. Flipamos.




5. PUENTE COLGANTE: aunque el tiempo amenaza lluvia justo cuando pasamos por él, apenas nos caen cuatro gotas. Es largo, ancho y oscila algo al pasar. Hay señales de evitar hacer el burro (saltar o ponerse a bailotear). Hacemos caso y los niños se comportan. De hecho están con el modo “a piñón y sin perder tiempo que queremos volver al hotel lo antes posible”. Es un modo en el que se confabulan y van juntos deprisita. Va muy bien porque no se pelean y van tranquilos. Va mal si quieres entretenerte a hacer fotos porque ellos siempre van delante, con prisa.


6. Zona de pasarelas sureste con la garganta Guigu: larga y con el “regalo” de pasar por una enorme zona de hendidura o fisura en la misma montaña. Como si le hubieran dado un tremendo hachazo, la pasarela entra en el interior de la misma fisura en un ángulo imposible de  > 180º. Brutal.



7. Zona de llegada / salida del funicular LARGO. Se pasa por allí y hay un gentío de miedo. Ni nos acercamos a mirar la cola que hay para bajar de la montaña. Las catalanas ayer bajaron con él y, a pesar de pillar ticket (hay que coger número para saber cuándo te toca hacer cola), tardaron más de 2 hrs en subirse.

8. Corredor “Fairy Land”: son unas pasarelas de madera que nos regalan más vistas del valle. Espectaculares. Hay tramos literalmente suspendidos y mola mucho.

A eso de las 16:00 hrs, llegamos a la zona de llegada / regreso de las escaleras mecánicas. Paramos a descansar un poco (hay cafeterías y restaurantes). Laura no perdona unas patatas fritas de un Burguer King. Las más buenas salidas de una cadena de “fast food”, según ella. Habrá que tener en cuenta su opinión, que ya es una experta en la materia. Una vez llegamos a la cueva y como los niños van en modo “a piñón y sin perder tiempo que queremos volver al hotel lo antes posible”, resulta que se quedan mirando la zona de los 999 escalones, sopesando si bajamos por ellos o tomamos las lentas y tediosas escaleras mecánicas... Pues resulta que deciden bajar por ellas con la condición de que los adultos (nosotros) no les retrasemos ni les hagamos perder el tiempo “con nuestras dichosas fotos”. Aceptamos y empezamos el rápido y espectacular descenso. Hay que bajar con cuidado pues hay zonas de escalones estrechos y altos. La verdad es que tardamos apenas 15 minutos y se disfruta mucho. Queda claro que si hay que escoger (vas con el recorrido C) es MEJOR DE BAJADA QUE DE SUBIDA.




Lo que sigue ya no tiene ningún misterio. Es desandar lo realizado por la mañana: funicular corto, autobús hasta la ticketería y taxi. La parada de taxis está justo a la salida: nos intentan timar (para variar): la taxista nos pide 200 yuanes por una carrera que por la mañana no pasó de 70. Suerte que le pedimos a Rebeca que venga a “dialogar” con ella. La cosa queda finalmente en 200 yuanes y todos felices. No ha colado.

Estamos rebentados: hemos superado otra vez los 23000 pasos (17 kms). La excursión es espectacular, un must de la zona y del viaje y os diríamos que casi nos ha gustado más que explorar las montañas de Avatar aunque son experiencias diferentes. Mejor vivirlas todas.