Nos despiertan los chillidos, gritos o aullidos de los monos aulladores. Sí, en Laguna Urpiano también tenemos de eso. El problema es la hora. Son entre las 4 i las 5 de la mañana. Algunos deciden ir a ver el amanecer, ya puestos.. Yo, que soy una marmota y no oigo nada mientras duermo, me levanto a las 7:30h.
Bárbara nos prepara el desayuno. Mientras tomamos café, charlamos sobre el proyecto y su futuro. Ayer estábamos en xoc y no le hicimos muchas preguntas. Tras el sueño, nos vienen todas. La verdad es que nos parece flipante. Ella ha dedicado su vida personal y profesional a salvar tortugas. Aquí se enamoró y aquí están creciendo sus hijos, en este mundo de incomodidades, dificultades ( con el gobierno , pactos de honor con los furtivos y serpientes en el cobertizo.
A las 9:30 nos llevan de nuevo en las barcas. Regresamos con Giovanni para ir a Cahuita. La despedida nos la da un cocodrilo que Jonhy nos lleva a ver el la desembocadura del río en el mar. Aunque de lejos es un poco difícil de ver.
Cahuita está en la costa este. Dejamos los trastos en el hotel y nos vamos a comer. Enseguida nos damos cuenta de que hemos llegado al caribe. El hotel ( Cabinas Arrecife ) nos da nuestra primera sorpresa caribeña. Las habitaciones cuádruples son para 4 porque tienen 4 toallas, no porque quepan 4 personas para dormir en ellas. Todas las habitaciones del grupo son iguales. Tienen una cama de 130 y otra de 90cm. Muy lejos de prestarnos ayuda o ofrecernos una solución, el personal del hotel pasa de nosotros y nos suelta que así es el caribe y que bienvenidos. Nos parece poco profesional, la verdad. Menos mal que como vamos en grupo y hay dos familias de dos, nos prestan sus colchones de 90cm, que tiramos al suelo al lado de las camas. No hay prácticamente sitio en la habitación para caminar pero al menos dormiremos menos apretados. No recomendaríamos este hotel a familias de 4 o más. Además no se han molestado en ayudarnos. Y eso es lo que más nos ha dolido, porque caribe o no, ayudar es gratis.
En el restaurante ( Reggae Bar ) tardan una eternidad en servirnos la comida, aunque vale la pena. Nos pedimos nuestros primeros camarones y el zumo de limón con menta y genjibre está increíble.
Justo delante del restaurante, está la Playa Negra, donde nos damos nuestro merecido baño ( aunque nuestro primer baño en el caribe fue en Laguna Urpiano ). No esperaba que la arena fuera negra pero por lo demás, la playa está llena de cocoteros que lanzan sus cocos al mar.
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