16 de julio de 2023

LA RESERVA LOCAL DE ANJA Y LA PIZZERIA DE FIANARANTSOA

Nos despertamos pronto por la mañana. A las 06:30 hrs am ya estamos desayunando. Hace mucho frío, para variar. Nos tomamos un té calentito, una tortilla a la francesa y unos buñuelos dulces caseros. No hay leche y además el agua no es embotellada ( es del grifo y se supone que potabilizada ). No nos hace ni pizca de gracia. 

El objetivo de hoy es llegar al Parque Nacional de Ranomafana, pasando por la Reserva de Anja por el camino.

Nos esperan cerca de 2 horas de conducción malgache hasta Anja. Ya nos lo sabemos, porque hay que desandar la ruta que hicimos hace un par de días. Se nos hace pesada igualmente, toda llena de baches por todas partes. A pesar de ser domingo, hay mucha gente transportando ropa o platos y ollas al río para hacer limpieza. Muchos van descalzos y nos sonríen al pasar. Nos cruzamos con varios rebaños de cebús.



Tras pasar la "ruta malgache", nos plantamos en la carretera nacional. ¡Por fin! ¡Asfalto!

No tardamos en llegar a la Reserva de Anja. Su gran atractivo es que está repleto de lemures de cola rayada. Está gestionado por los propios habitantes del pueblo que hay al lado, aunque tienen que pagar los consabidos impuestos al gobierno. Nada más llegar hay zona de parking y billeteria. Allí contratamos los servicios de nuestro guía para la visita, un cincuentón atento que se llama Daniel. Nos cobran 100000 aryaris. Nos acompaña un ojeador o "spotter" que hace de avanzadilla de cada grupo de turistas para detectar animales. 

La primera sorpresa nos la encontramos en forma de un precioso camaleon que se haya dormitando en una rama. Nuestro ojeador le acerca una ramita con un bicho palo en su extremo. Daniel nos avisa de que preparemos nuestras cámaras. De repente el camaleón abre los ojazos, detecta su presa, hace un pensamiento y empieza a abrir la boca poco a poco. Está como apuntando. El lenguetazo no se hace esperar y es rapidísimo. A la que te das cuenta ya está masticando su presa tan tranquilo. Tenemos que revisarlo todo en el video que ha grabado Jordi, ¡Espectacular!

La segunda parada la hacemos en una zona donde se acaba el bosque y hay una pequeña llanura antes de llegar a un lago. Allí tenemos un montón de lemures de cola rayada paseándose, saltando de rama en rama, comiendo frutos o persiguiéndose entre ellos. Van por grupos de familias y hay unos 10 por cada una. No tienen miedo de los turistas y se acercan un montón, igual que nos pasó en Isalo. No son nada tímidos. Los más graciosos son un par de ellos que se ponen a tomar el sol, de pie. Son poco más de las 10:00 am y es su hora de comer. Después (a partir de las 11:00 hrs) se van ha hechar una siesta. ¡Menos mal que madrugamos!



Recorremos un rato el bosque. No tardamos en llegar a una zona más pedregosa donde tenemos que hacer algún que otro malabarismo. Nos hacen subir una pequeña montaña para llegar a una zona con unas vistas de la zona muy chulas. Hay que ir con cuidado y llevar calzado cerrado; algunas rocas se mueven y cuando llegamos a la cima, el suelo presenta una inclinación importante. Tenemos suerte de encontraranos con unos californianos que nos hacen un montón de fotos familiares. Nos quedamos un rato contemplando las vistas. Si subir fue entretenido, bajar lo es más. Además de tener que bajar con cuidado, hay una zona donde te tienes que deslizar agarrándote a una cuerda, rollo rápel. Aquí se nota quienes son más flexibles y quienes menos.








El resto de la visita nos lleva hasta la zona del parking, pasando primero por una zona con una par de cuevas y después por otra zona de bosquecillo. Aquí nos encontramos unos árboles con unas lianas espectaculares.

Reanudamos la ruta en coche. Nos esperan algo menos de dos horas de conducción hasta llegar a la ciudad de Fianarantsoa. La ruta está completamente asfaltada aunque hay un montón de curvas. La ciudad está situada en un valle y hay muchos edificios y casas a ambos lados de la ladera. Aquí se ve todo más moderno y la gente va mejor vestida que en otras zonas del país que hemos visitado. Como es domingo, hay muchos comercios cerrados y poco tráfico. Circulamos con facilidad. Nos paran a comer en un restaurante que nos encanta: es rollo panadería y hacen unas pizzas y unos pasteles que están buenísimos. Comemos los 4 por 90000 aryaris, incluyendo cafés. Un gustazo.




Después nos quedan otras algo menos de 2 horitas hasta llegar a nuestro alojamiento en Ranomafana, el Hotel Thermal. El camino en su tramo final es muy selvático. De hecho la carretera pasa junto al mismo parque nacional. Hacemos una parada en un mirador donde podemos disfrutar de la impresionante cascada Andriamamokova. Nos damos cuenta que el tiempo ha cambiado de forma drástica: es como si hubiera un microclima. Ahora está todo nublado y húmedo. Jordi lo nota con una buena migraña.

El Hotel Thermal es muy confortable y dispone de todos los servicios que uno necesita. Buena WIFI, ducha de agua caliente y excelente comida en su restaurante. Y las habitaciones con muy espaciosas. 

En el hotel quedamos con Joseph, un guía que trabaja habitualmente con Baba, de Greentours. Nos explica las diferentes rutas que podemos hacer por el Parque de Ranomafana. Es Patrimonio de la Humanidad dee la Unesco, por su bioddiversidad única en el mundo. Aquí se encuentran especies de camaleones, aves y lemures que son endémicas del país, incluso del parque. El guía enseguida nos recuerda que esto es una selva húmeda. Nos recomienda manga larga para evitar rasguños y picaduras cuando nos desviemos de las rutas marcadas, calcetines por fuera de los pantalones para evitar que se nos cuelen sanguijuelas, mucha agua para no deshidratarnos, no perderle de vista en ningún momento y calzado cómodo. Como siga dándonos más recomendaciones nos rajamos. 

Como estaremos aquí dos días, nos venimos arriba. Mañana ruta de 8h, picnic incluído y desnivel de 600 a 1500m, y al día siguiente excursión más tranquila, de 3-4h. Aunque no sabíamos que a veces los planes no salen bien...



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