17 de Julio del 2023
Empieza nuestra aventura en la selva. Desayunamos impacientes. Café, leche con colacao, pan caliente con mantequilla, fruta, zumo y croissants. Brutal. Bajamos a recepción en plan turista cohibido, con los calcetines por encima de los pantalones. Al llegar al parque vemos que todos los turistas vamos con el mismo outfit, así que se nos pasa la tontería. Jordi es el único que va con calcetines cortos ( falta de previsión ). Esta vez Andry no nos acompaña. Vamos Joseph, nosotros y el ojeador ( el tipo que encuentra las cosas ). Antes de empezar la ruta, en la oficina del parque nos explican un par de cosas sobre el parque y la mujer que descubrió a la especie Golden Bamboo Lemur. Las fotos del descubrimiento y de su equipo son de película.
Por fin nos adentramos en el parque. La ruta larga se llama Ruta Valohoaka. La ruta es exigente. Pasamos en 600m de altitud a 1500. Joseph, que parece un hombre práctico, la divide en tres partes ( yo los defino más como objetivos ):
- Llegar hasta el mirador.
- Llegar hasta la cascada.
- Llegar hasta el pueblo de Ranomafana ( y no morir en el intento ).
Lo primero parece fácil. Nada más entrar al parque nos señalan es una hoja en un árbol. Nada especial, la verdad, aunque cuando vemos que se mueve y tiene cabeza, patas y cola nos flipamos. A mi tardan en convencerme que es de verdad. Es un reptil.
Golden Bamboo Lemur |
Laura la exploradora |
Blak and White Rufo Lemur |
Tardamos en llegar al mirador 4h. Las vistas de la selva son impresionantes pero estamos tan cansados que nos concentramos más en comernos los bocadillos de tortilla, los plátanos y los cacahuetes.
Laura en plan: qué tardones sois !!!! |
Viendo un bicho |
18 de Julio del 2023
La noche ha sido algo movidita. David no se ha encontrado bien y ha tenido fiebre de hasta 38.9º. Hemos quedado con Joseph a las 11h para que nos acompañe a la plantación de vainilla y llueve a cántaros. Parece que vamos a tener que quedarnos en el hotel pero a medida que se acerca la hora, David mejora y la lluvia afloja. Como la plantación está cerca del hotel decidimos salir. Siempre podemos dar la vuelta cuando queramos.
La visita nos resulta fascinante. No se trata de una turistada más. Emili, el responsable de la plantación, nos cuenta cómo y cuándo se cultiva la vainilla Resulta un proceso muy laborioso. Lo que más nos impresiona es que ahí donde lo ves, este hombre ha conseguido reinventarse tras la pandemia. Enseña a otros a cultivar la vainilla, los colegios consideran la plantación una visita cultural y tiene a 18 hombres contratados para que lo ayuden. Nos explica con pasión cómo ha tirado este proyecto adelante y habla inglés a la perfección, lo cual no debe ser fácil teninedo en cuenta el desarrollo del país en general.
No esperes una gran tienda al salir de la plantación. Sólo una mesa con bolsitas de vainilla y otras especias por si quieres comprar, a muy buen precio.
Al final de la visita, nos soprende con la imagen de un enorme camaleón que vive en la plantación. Es la especie más grande de camaleón que existe y existe en Madagascar. Al principio pensamos que se trata de una broma y que es un muñeco de plástico... hasta que vemos cómo se mueve.
Le deseamos suerte. Es un gran ejemplo de perseverancia, inteligencia, fuerza y dignidad.
Tras la visita volvemos al hotel a comer, descansar e ir al balneario ( más bien piscinita pequeña ). Como ya no llueve nos escapamos a dar una pequeña vuelta por el pueblo de Ranomafana. A pesar de ser nuestros últimas días del viaje, continúa impresionándonos todo lo que nos rodea. Estamos en xoc.
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