11 de julio de 2022

KOUFONISSIA: EL PARAÍSO DE LAS CÍCLADAS

Aprovechamos la mañana para pasear por última vez por las calles del centro y descubrir nuevos rincones. Hoy partimos en ferry desde Naxos a Koufonissia al mediodía. Llegamos al castillo que es en la actualidad un restaurante. Una desilusión, pero las vistas bien valen  la pena. Nuestro anfitrión, que se ha comprometido a llevarnos las maletas al puerto para que podamos aprovechar más las horas que nos quedan en Naxos, llega a tiempo para entregarnos las maletas ( nosotros un poco histéricos al ver que el también se retrasaba ). 

Llegamos a Koufonissia más tarde de lo esperado. Nuestro ferry ( de la compañía seajets ) llega casi 1h tarde al puerto. Subimos al ferry los últimos. No nos parcer que estén muy bien organizados, de echo, cierran las compuertas y antes de que hayamos podido subir ya se ponen en marcha. 

Colocamos las maletas cómo podemos en la popa del barco, donde nos indica la tripulación. Nos parece un sitio algo improvisado pero ya estamos dentro y eso es lo que cuenta. Ya dentro del barco, tenemos que saltar literalmente, por los pasillos, esquivando maletas tiradas por el suelo que se mueven al compás del barco. Ya hemos arrancado y hay gente vomitando en sus bolsas de papel. Fani cae fijo... 

Encontramos nuestros asientos. Estamos separados pero nos acabamos sentando nos como nos parece. 40 min después, estamos en Koufonissia. Al minuto de bajar del barco ya nos hemos enamorado del azul turquesa del mar de esta isla. Nos alojamos en el hotel Atlántico. El Transfer gratis nos lleva al hotel en 6 minutos. El puerto es mucho más pequeño que el de Naxos y el pueblo en sí también. Nos situamos y como es mediodía, nos vamos en busca de un sitio para comer. Nos sorprende lo pequeño que es el pueblo y la poca oferta que tiene. La tarde la pasamos descansando y organizando nuestro único día entero en la isla. Cenamos en el centro. De repente todo está repleto de calles con tiendas y restaurantes, bares y locales de copas. Ya no nos parece que no haya nadie. 





Como el desayuno no está incluido, como viene siendo costumbre en algunos de los hoteles donde nos alojamos, desayunamos en una cafetería cercana al puerto, con los bañadores puestos  las toallas, crema del sol, botellas de agua, esterillas, escarpines, galletas, gorras y gafas de sol, camara de  fotos, móviles y ...y ya. 
En Koufonissia tienen dos compañías de barco que salen desde el puerto de forma regular a lo hop on-hop off. Tienen paradas en Pano, la isla principal, y Kato, otra isla que forma parte de Koufonissia, más pequeña si cabe. Por 7e por adulto, niños gratis, puedes ir de un punto a otro a lo largo de todo el día. La isla es bastante pequeña por lo que en realidad, se puede ir caminando a cualquier parte. Decidimos coger el barco para llegar hasta Pori, en Pano, para llegar caminando hasta Galla ( es la playa más alejada del puerto en dirección norte ). El paseo en barco nos deja conocer la costa de una forma refrescante, divertida y nada cansada. El agua es preciosa.  
Desde la playa de Pori ( el puerto es una roca y nada más ) caminamos por un entero hasta Galla. El paisaje es de he cruzado un portal y estoy en el planeta Marte. Encontramos el famoso Devil's eye, pero el viento y el mar, que hoy está movidito, no nos hace pensar que sea seguro bajar por las rocas saltando como cabras. Decidimos volver a Pori y seguir bajando por la costa en dirección sur, a ver qué nos encontramos. El paisaje es muy chulo. No podemos de dejar de hacer fotos y vigilar que los peques no se nos despeñen por algún precipicio. 






Llegamos a la pisscina, una piscina natural de aguas cristalinas. Tenemos suerte porque hay poca gente. Jordi no se lo piensa y se lanza al agua. Esta un poquito fría hoy y aunque Laura o intenta, acaba solo mojándose los pies. La experiencia es inolvidable. Cuando salimos ya hay bastante gente tirándose desde lo alto para hacerse la foto de Instagram.. jejejeje








Seguimos hasta la siguiente playa donde decidimos coger el barco para volver al puerto. Es fácil reconocer los puntos donde para el barco ( encontrarás un banco donde sentarte a esperar ).
Ya llevamos más de dos horas y el sol aprieta. Es mediodía. Comemos en el puerto y a las 15:30 nos volvemos a subir al barco, esta vez para ir a Taberna, la única parada de la isla de Kato. Esta segunda isla está muy poco habitada, pero en Taberna hay un pequeño restaurante. Por lo demás, destaca por ser un lugar idílico donde hacer acampada al aire libre. 

Caminamos por el único sendero que hay. Mejor llevar un calzado cómodo. En dirección sur, hasta la playa de Afriana. Antes de esta playa hay otra que descartamos, no por no ser increíble, sino por ser de piedra. Esta segunda, que cuesta más de alcanzar, es de arena. Tardamos casi media hora. Hay muy poca gente. Hay varios yates en la pequeña bahía que forma la costa. No hay sombra ni llevamos sombrilla, así que aprovechamos un saliente de la roca para tener algo de cobijo. El agua está cristalina y es de un azul turquesa precioso pero está helada. No se puede tener todo. 






A las 18h cogemos el barco de vuelta. Es el de la otra compañía que sale del puerto, no la nuestra ( que es  Mavros ) pero nos invitan a subir y visto que la nuestra no ha llegado, nos subimos. El trayecto es agradable. De repente nos damos cuenta de que no vamos hacia el puerto. El barco se desvía hacia el norte de Kato y recorre parte de la costa en dirección este. A dónde nos llevará?!?! Ains, seguro que la hemos liado!!! David está muy cansado y se nos duerme en el barco. No nos vemos capaces de arrastrarlo mucho más. Al final resulta que lo que están haciendo en realidad, es darnos un paseo gratis por la costa norte de Kato, que es sencillamente espectacular. 




Finalmente llegamos al puerto. Ha sido un día intenso de sol, agua y viento. Descansamos un rato y salimos a cenar. David no cena nada ( lo cual, para los que lo conocen es muy raro ), Laura pide una crepe de chocolate ( esto nos pasa por decirle que puede pedir lo que quiera simepre que lo haga ella y en inglés ), y nosotros crepe saladas. David acaba durmiendo más de 10h y es que ha sido un día muy intenso. 

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