27 de agosto de 2021

EL CHARCO AZUL: QUÉ SUERTE

Hoy exploramos partel noreste de la isla. Tras una hora de coche por tortuosas carreteras, llegamos al parquing del Área recreativa de Los Tilos. Son casi las 11h y está abarrotado ( tampoco es que sea muy grande ). Tenemos suerte ( y un opel astra pequeño ) y conseguimos aparcar. No queremos hacer como ayer y nos conformaremos con dar un pequeño paseo y llegar hasta la cascada de Los Tilos. Hemos leído que no siempre tiene agua. Depende de si hay o no sequía. Si la hay, se utiliza su agua para regar los plataneros. Pero esta vez sí tiene caudal. La verdad es que más que la cascada en sí lo que impresiona es el entorno. Parece que estás literalmente en Costa Rica, pero con más gente, y a pequña escala, claro. De echo, en el principio del sendero ya te avisan de que es obligatorio llevar mascarilla. El sendero tiene su gracia, porque discurre por pequeños túneles y pasarelas. Después de hacer fotos y malabarismos para que parezca que hay poca gente, nos volvemos. Antes de subir al coche, en un rinconcito apartado, descubrimos un pequeño merendero, donde Laura y David se entretienen con unas galletas y les dan de comer a unos pajaritos que no parecen tener miedo a los turistas. 




Hay senderos para pasear pero no queremos liarnos y nos vamos al pueblo de San Andrés y los Sauces, a callejear un rato. Está muy bien cuidado y hay muchas plantas por todas partes. Lo que más nos gusta son las terrazas de plantaciones de plataneros que se extienden por las laderas y entre las calles. Parece que estás en algún país tropical ( otra vez ). 





Nuestro objetivo es poder comer en alguno de los restaurantes de la plaza, por recomendación del señor José ( nos alojamos en sus apartamentos ). En seguida nos damos cuenta de que en el pueblo ( o calle pueblo, según se mire ) sólo hay dos restaurantes ( en la plaza ) y un bar que da a la carretera. Teniendo en cuenta que no hemos reservado, tenemos suerte, porque queda una mesa. Allá que vamos. 

Nos cuesta bastante que nos traigan la cuenta. Son dos camareros sólo y están al completo. Tras la cuesta que tenemos que subir hasta el coche y el calor del coche en sí, estamos como pollos. De ahí nos vamos directos a las piscinas naturales del El Charco Azul. Volvemos a atener suerte con e parquing ( aparcamos cerca de la entrada, pero calle abajo hay un parquing con bastantes plazas ). 

La verdad es que estas piscinas nos gustan más que las de Hermigua. Son más seguras, no hay riesgo de desprendimientos, tienen socorrista, duchas y cambiadores y un restaurante para los valientes ( porque es exterior y hace un calor horroroso ). Una de las piscinas es artificial ( para los más peques ) y las otras dos son las de verdad. Hay límte de aforo ( ya estamos acostumbrados ) pero volvemos a tener suerte porque en la más pequeña estamos prácticamente solos. Es un gustazo bañarse aquí y David y Laura se lo pasan genial. 






Después del baño toca volver al apartamento. Uno de los inconvenientes de esta isla es que cuesta bastante llegar a cualquier sitio. Todo son curvas, valles y montañas. Muy bonita sí, muy verde también, pero un poco pesado para moverse de un sitio a otro. Por eso decidimos, ya que nos va de paso en la vuelta hacia el alojamiento, parar un momentito en el Centro de visitantes de la Caldera de Taburiente y subir hasta el mirador de la Cumbrecita para ver desde allí parte de la Caldera y el Roque de los Muchachos. Es un mirador al que hay que acceder previa reserva de parquing en el Centro de visitantes ( si son antes de las 16h ). Como son las 18:30 subimos sin reservar. El camino discurre entre un bosque de pinos que asciende lentamente por una carretera asfaltada estrecha y como no, llena de curvas, pero asumible teniendo en cuenta otras por las que hemos circulado. Cuando llegamos arriba ( en unos 15 min ) aparcamos el coche y caminamos por un sendero de 560m hasta el Mirador del Roque de los Muchachos. Hay varias rutas y senderos, uno es circular, de unso 2.5km, pero no nos apetece que se nos haga de noche aquí arriba. La verdad es que aquí podrías pasar todo el día paseando por el bosque. Nuna antes habíamos hecho senderismo a estas horas y la verdad es que la luz está increíble. Nos sorprende que a estas horas haga tanto calor. 




Por hoy ya hemos tenido suficiente suerte, así que nos volvemos previa parada técnica en el super. Mañana más. Cuando miramos el mapa de la Isla y todas las cosas que se pueden hacer nos damos cuenta de que aquí podríamos pasar dos semanas enteras. Para los amantes del senderismo y el trekking es un destino imprescindible. Hay para todos los gustos y niveles. 

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