5 de julio de 2021

DIAS DE SERENGUETI DES DEL CAMPAMENTO MAKOMA

Nos despertamos pronto como de costumbre, y nos encontramos todos en la tienda principal para el desayuno. Comentamos un poco lo que hemos escuchado (o creído escuchar) durante la noche: Michael dice que ha oído rugidos de león. Nosotros no. Pero las hienas sí. Fani está algo mejor, aunque no está recuperada del todo. Como vamos a estar todo el día de safari por el parque, toca escoger la comida. Hay un pequeño buffet donde el cocinero te prepara lo que vamos a llamar la bolsa del picnic: hay pizza, pollo frío, pan, tomate, zanahoria, pepino, cacahuetes, sandía, zumos y yogures. No es nada del otro mundo si tenemos en cuenta el nivel de las comidas del viaje pero es lo que toca. Nos consolamos con la perspectiva del safari y con un amanecer de película. Fani con tomar pan, pepino y zanahoria.

Iniciamos la ruta. Van a ser un porrón de horas. La verdad es que apenas son las 08:00 am y el sol está ya bien alto. Empieza a hacer calor. Nos encontramos algún jeep muy de vez en cuando. Hemos tenido mucha suerte. Michael nos explica que habitualmente hay muchos vehículos por el parque en esta época, pero que con el asunto del COVID el turismo todavía está muy parado.    

Encontramos rápidamente la manada de elefantes del día anterior. Los tenemos justo delante de nosotros. Permanecemos en silencio y nos vemos completamente rodeados por ellos. Van todos juntos en hilera, comiendo y bien tranquilos. Los machos se nos quedan mirando pero reanudan el camino. Hay crías cerca. Son espectaculares. Dan ganas de bajarse a tocarles la piel :)


Fotos de Dani 




La siguiente parada nos tiene reservado nuestro primer felino del día. ¡Un leopardo! Está entre las ramas de un árbol y con el cadáver de una gacela en lo alto. Ya se ha comido una parte y está descansando con la panza llena en una rama.


Después recorremos un largo trayecto sin muchas novedades. Al mediodía, llegamos a una zona más rocosa, con enormes piedras a lo “Rey León”. Allí empezamos a buscar leones, sin mucho éxito inicial. Optamos por hacer un pequeño descanso y paramos a comer a la sombra de una acacia. Llevamos tanto rato de coche y de “masaje africano” que casi todos optamos por comer de pie o sentados en una manta masai des de la que no dejamos de mirar a lo lejos ( por si acaso..). Como la comida no da para mucho, reanudamos la marcha enseguida. La energía de Michael y su entusiasmo nos contagian.


Volvemos a pasar por la zona de las piedras y, esta vez sí, damos con no una, si no varias manadas de leones repartidas por diferentes zonas. La mayor parte de leones (machos y hembras) están tumbados a la sombra dormidos. Los que están despiertos se nos quedan mirando, pero están supertranquilos. 





Seguimos con el safari y nos encontramos con una charca cerca la carretera. Pues resulta que también hay allí una manada de leones. Hay 2 machos y varias hembras. Nos quedamos un buen rato junto a ellos, observándolos. Los machos se mueven algo, lo justo. Un par de leonas se hacen carantoñas. Es todo tan bonito que te sientes tentado de bajarte a acariciarlos. Menos mal que todavía conservamos el sentido común.







La verdad es que, a pesar de lo que ya habíamos visto en la Reserva de Masai Mara, el safari no deja de sorprendernos en ningún momento. Además tenemos compañeros de lujo. Es impossible resistirse al entusiasmo de Michael. Y Cristina y Dani no callan ( sobretodo Dani ). Nos reímos un montón con ellos en los momentos más aburridos (y es que un safari de más de 10 horas tiene momentos para todo). Michael nos enreda para aprendernos una canción en swahili. No resulta fàcil, però entre su empeño, el de Cristina y el aburrimiento, finalmente lo conseguimos:

Jambo”

“Jambo bwana”

“Habari gani”

“Mzuri sana”

“Wageni”

“Wakaribishwa”

“Tanzania yetu”

“Hakuna matata”

Y otras 2 estrofas más con Barcelona y el nombre del alojamiento del día en lugar de Tanzania. Desde ese mismo día, la cantamos cada tarde a nuestra llegada al alojamiento. ¡Flipante!

Pero el safari todavía nos depara algunas sorpresas más para esa misma tarde. Por ejemplo vemos una manada de hienas junto a otra charca. Más manadas de elefantes. Jirafas. Gacelas. Y algun ñú. Ja ja ja



Como plato fuerte vovlemos a la misma acacia de la mañana donde teníamos al leopardo con su presa. ¡Y sigue allí! Solo que ya no está en el árbol. Está descansado cerca, entre la maleza. Cuando nos acercamos con el jeep se nos queda mirando. Michael insiste en que guardemos silencio; de un salto se podria plantar dentro de nuestro vehiculo. ¡Qué miedo! De la gacela queda bien poquito.




Y para cuando estamos de vuelta al campamento nos espera un sorpresón final: ¡otra manada de leones! ¡Y a pie de carretera! ¿Y qué hacen allí? Pues resulta que han cazado una cebra (nos la encontramos a trozitos) y ya han dado buena cuenta de ella. ¡Brutal!

Un día intenso para un safari intenso.

A la llegada al campamento toca canción delante del capataz, ducha por turnos y cena. Fani sigue mejorando pero come con precaución. Las palomitas alrededor de la hoguera ayudan. Dani empieza a negociar cómo ver la semifinal de España de la Eurocopa con Italia del día siguiente . Michael le dice que la cosa está chunga porque cambiamos de alojamiento y seguiremos con escassa cobertura (estaremos en el cràter de Ngorongoro) pero que hará lo que pueda. No hay que poner en duda el compromiso de los tanzanos con el fútbol...

Al día siguiente el plan es similar solo que abandonamos el campamento y toca hacer maletas. Vuelve a tocar el mismo pícnic por el camino. Por la mañana hacemos safari mientras abandonamos el Parque del Serengeti. Después de todo lo que hemos visto, poca cosa queda por ver, SALVO EL RINOCERONTE. Y LO SABEMOS. Y DANI LO SABE (¡A PESADO NO LE GANA NADIE!). Y MICHAEL LO SABE TAMBIÉN. No negaremos que el chaval lo intenta de todas las maneras. Pero no es temporada. La víspera estuvimos más de media hora apostados cerca del campamento en una zona donde pueden ser avistados. De hecho hubo un soplo y otros jeeps esperaban junto al nuestro. Pero no hubo suerte. No lo pudimos ver.

Lo intentamos de nuevo.

-¡PERO QUE VEN MIS OJOS!

-¡PERO SI TENEMOS UNO DELANTE NUESTRO!

-¡PERO PARAD EL COCHE!

-¿COMO PODÉIS ESTAR TAN CIEGOS?

Fani: Jordi... Tranquilo... Es un... ¡CARTEL!

Todos se rien menos yo

Snif

Lo único que nos depara esa mañana son más elefantes y hipopótamos en una laguna. ¡No está nada mal! ¡Y Michael se saca de la chistera una última aventura! Resulta que intenta pasar por tramos algo embarrados. El terreno no está nada fácil. Después de hechar marcha atrás varias veces, y cambiar de ruta, decide arriesgarse en un tramo “dudoso”. Y ...nos quedamos atascados. ¡Vaya faena! No hay manera de salir. Y ya son las 12:00 pm y tenemos que salir del parque antes de las 2:00 pm.  Pues solos no vamos a poder. Descargamos las maletas para aligerar el jeep y Michael intenta de diferentes maneras ( más o menos peligrosas ) sacar el jeep del barro. Nada. Aquí dormimos hoy. 

Y entonces ocurre el milagro; para que luego digan que Fani es gafe en los viajes. Resulta que pasa por allí una camioneta repleta de tanzanos. 

Vamos a ver, si casi no nos hemos encontrado con nadie des de que entramos al parque. 

Pues paran el vehiculo. Pues se bajan todos. Son más de 10. Dani ya se imagina cosas raras (¡demasiado cine español corre por sus venas!) y le pide a Micheal un machete por si acaso vienen a hacernos cosas malas. Pues va a ser que no. Vienen a... a... AYUDARNOS. ¡Flipante! Después de un buen rato colocando piedras debajo de la rueda embarrada y de levantar la parte trasera del coche con el gato, lo consiguen. Todo un golpe de suerte porque la perspectiva inicial no era nada halagüeña. No nos piden propina ni nada aunque nosotros les obsequiamos con botellines de agua fresca y les damos las gracias unes cuantas veces. ¡Todo un aventurón!

Tras reanudar la marcha no tardamos en abandonar el parque a toda pastilla. Literal.




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