7 de julio de 2018

¿ SON DE NUESTRO MUNDO ?

Nuestro segundo día en Hue supone una nueva incursión dentro de nuestro peculiar portal a otros mundos y otros tiempos. Esta vez, aunque los recintos que tenemos que explorar están alejados entre sí y tenemos que ir dando saltos, optamos por suavizar la jornada al máximo después del palizón de ayer. Contratamos un chófer privado para realizar la ruta desde el hotel (nos cuesta 700000 vnd). Los niños están encantados (y los papás también): menos caminar y más aire acondicionado.

Tenemos 4 paradas a lo largo del día. Cuatro saltos temporales hacia mundos antiguos.
La primera parada nos lleva a la PAGODA DE THIEN MU (la visita es gratuita). Para comenzar señalaremos que el emplazamiento es maravilloso: construida sobre una loma con vistas preciosas del río perfume, esta pagoda es un icono de Vietnam y todo un símbolo de Hue. Tras subir un primer tramo de escaleras llegamos a la torre de Thap Phuoc Duyen con sus siete pisos dedicados a Buda. Son sólo las 09:00 am pero el lugar está repleto de gente y hace mucho calor (lo de Hue con el calor no tiene nombre...). A la izquierda de la Torre hay un pabellón hexagonal con una enorme campana de 2052 kg de peso que puede oírse a 10 km de distancia. A la derecha hay otro pabellón que contiene una estela a lomos de una enorma tortuga de mármol, símbolo de longevidad.

- ¿Qué significa longevidad, David? - pregunta Fani.
- Pues... está claro mamá... ALGO LARGO - responde David.








Tras la torre encontramos una entrada de tres puertas con... guardias budistas. No sabíamos que existiesen... Y llevan pelo de barba de verdad...
Llegamos a un patio interior con el templo situado detrás de una estatua sonriente de un Buda de bronce. Nos encontramos con la primera sorpresa del día: resulta que es la hora de las pregarias. Nos sorprende escuchar como los monjes entonan la lectura de los textos de forma melódica y hacen sonar de forma acompasada la música. Vemos que son bastantes jóvenes y llevan la túnica habitual. En una de las últimas filas vemos 2 mujeres rezando junto a ellos pero llevan una túnica azul celeste. Cuando termina la oración se levantan y se marchan a sus dependencias privadas. Terminamos de explorar el recinto: detrás del templo tienen un patio con un precioso jardín de bonsáis y un par de urnas sagradas.



Comentar que el chófer intenta marcarnos un tiempo para realizar cada visita. No es algo que nos haga especial ilusión (vamos con niños y hace mucho calor  pero entendemos de inicio que a modo orientativo puede ayudarnos a que no se nos desmadre el día. No tenemos ni idea de lo que nos espera. 

Volvemos abajo y subimos al coche para las siguientes paradas: nos toca explorar 3 tumbas reales. Optamos por visitar las 3 más destacadas que no son otras que las 3 que nos entran con el ticket combinado de la ciudadela imperial que compramos ayer. Las 3 se encuentran en los alrededores de Hue (al sur).

¿Pero que es una tumba real o mausoleo?
Pues vienen a ser la morada del emperador en la otra vida. Y allí se llevan todo lo que creen que pueden necesitar. Por eso son tan suntuosas. La mayor parte de los mausoleos se compone de cinco elementos fundamentales:
- un patio de honor con figuras de piedra de elefantes, caballos, soldados y mandarines.
- un estanque con flores de loto.
- un pabellón con una estela dedicada a los logros, hazañas y virtudes del difunto (una biografía).
- un templo donde se venera al emperador y la emperatriz.
- un sepulcro cercado.
Estos elementos están presentes en casi todas las tumbas sólo que varía tanto la distribución como el tamaño.

Empezamos visitando la TUMBA DE MINH MANG (reinado: 1820-1840). Se halla en el pueblo de An Bang (a 12 km de Hue). El recinto es impresionante (algo deslucido porque nos encontramos reformas entre el pabellón de la estela y el templo principal) pero lo más espectacular es el emplazamiento, en medio de un frondoso bosque. Nada más entrar nos encontramos el patio de honor, después subes un primer tramo de escaleras al pabellón de la estela, llegas a un patio y de allí al templo. Enfrente, vuelves a bajar un tramo de escaleras, donde te espera un enorme lago con tres puentes de piedra (el puente central era de uso exclusivo para el emperador). El sol es abrasador (son apenas las 11:00 am): lo cruzamos por turnos (¡niños sentaditos y a la sombra) y llegamos a unas escaleras que conducen al sepulcro en lo alto de un pequeño montículo (no se puede visitar: se abre una vez al año con motivo del aniversario de la muerte del emperador). A la salida nos sentamos a tomar un refresco y unos plátanos.










La siguiente tumba es la de KHAI DINH, el penúltimo emperador de Vietnam (reinado: 1916-1925). Se encuentra a 10 km de Hue, en el pueblo de Chau Chu. Esta tumba es quizá la más diferente que encontramos. Para empezar ocupa menos espacio que las demás pero presenta un ascenso continuado por un tramo de escaleras muy empinado (es como si realmente subieras al cielo). Nuestros niños se miran el tramo de escaleras bajo un sol de justicia (son casi las 12:00 am): después está previsto parar para comer y descansar y el chófer nos dice que se visita deprisa (en una media horita). La verdad es que a Laura esto de subir y escalar le encanta. David se deja llevar por la inercia del grupo aunque a regañadientes. Como es una tumba relativamente "moderna" (siglo XX) está muy bien conservada. El patio de honor es espectacular y detrás nos resguardamos del sol en el pabellón de la estela.

Nos encontramos unos turistas españoles sentados en el suelo (reponiéndose igual que nosotros).
- ¡Son de nuestro mundo! - exclama Laura sorprendida señalándolos.









Un nuevo ascenso por un tramos de tres grupos de escaleras nos conducen al templo principal (aquí no hay estanque ni frondoso bosque). Dentro está todo techado y hay unos ventiladores salvadores. La decoración interior es muy hermosa con murales con relieve tanto en el techo como en las paredes. Bajo un dosel dorado nos encontramos la estatua de bronce del emperador (sus restos están enterrados 18 m por debajo). La zona de detrás tiene el acceso restringido. Al cabo de un rato vemos unos de los vigilantes del recinto perseguir y reñir a unos turistas (parecen chinos) por saltarse la valla de acceso y pasearse por allí como si nada.

Terminamos la visita y el chófer nos lleva a la ultima tumba, la de TU DUC. El recinto está 5 km al sur de Hue, en la colina de Van Nien, en Duong Xuan Thuong. Justo a la entrada hay varias tiendas de souvenirs y algún que otro restaurante. Paramos a comer antes de hacer la visita. No comemos nada del otro mundo y el aire acondicionado no funciona; optamos por sentarnos en la terraza de afuera junto a 2 ventiladores que pasan a ser solo uno cuando llegan más turistas (aquí son de estos portátiles).

El chófer nos viene a buscar cuando estamos con el café y nos apremia para empezar la visita (¡¡¡what!!!). Nos guía hasta la puerta y nos dice que tenemos 45 minutos. Tenemos que comentar que hasta la fecha sus previsiones habían sido realistas y que nosotros (más o menos) habían conseguido cumplir. Le decimos que intentaremos cumplir el tiempo; en aquel momento no sabemos que esta vez con 45 minutos no tienes ni para recorrer la mitad del recinto. Y es que la tumba de Tu Duc hace honor a los excesos de su vida y es el más popular e impresionante de los mausoleos reales (construido entre 1864 y 1867). Lo diseño el mismo emperador para usarlo antes y después de su muerte. Nada más entrar te topas con un lago enorme (el Luu Khiem) y con una isla (la Tinh Khiem). El templo está dividido tanto por espacio como arquitectura en 2: tienes un primer recinto (el terrenal) con un templo y un teatro. Si sigues la visita por la ladera del lago te encuentras un segundo recinto con el patio de honor, el pabellón de la estela y la tumba rodeada por un muro (aunque en realidad al emperador nunca se le enterró aquí y se guardó con él el secreto (tras decapitar a los 200 sirvientes que lo sepultaron). Más adelante hay un segundo mausoleo también rodeado por un muro.











De salida de repente nos encontramos unos nubarrones en el cielo y al poco rato se pone a llover a cántaros. Nos refugiamos en el pabellón de Xung Khiem, a la izquierda del lago. Es un edificio muy hermoso donde el emperador se sentaba con sus concubinas a componer o recitar poemas. Nos encontramos con la segunda sorpresa del día: ¡unas mujeres vietnamitas están tocando música tradicional! Nos sentamos un rato con los niños y un escaso grupo de turistas a verlas tocar y cantar. Deja de llover.

Cuando volvemos al coche, éste está enfadado. Hemos doblado el tiempo previsto a noventa minutos. ¿Y yo que culpa tengo si esto es inmenso?
Volvemos a pasar el portal esta vez en la otra dirección: nos esperan otra vez el bullicio y el caos circulatorio de la ciudad de Hue.
Volvemos al hotel muy cansados aunque todavía con las imágenes de las tumbas en nuestras retinas.
Les regalamos a nuestro niños una nueva tarde de piscina.

Y decidimos enfocar el último asunto del día: y es que nos rebelamos a considerar que en Hue se come mal. No puede ser que haya tanta diferencia con Hoi An. Esta vez decidimos echar mano de una búsqueda por Internet para encontrar un local "de garantías". Y lo encontramos. ¡Vaya que sí! ¡Y estaba bien cerquita del hotel. El restaurante es el Madam Thu: es un local pequeño pero muy familiar. Está repleto de turistas y sólo queda una mesa libre: ¡la nuestra! ¡Para allá que vamos! El personal es muy amable y te explica cómo comer los platos. La cocina es deliciosa pero la presentación se lleva la palma. Lo mejor: el pancake, los rollitos y el pollo a la barbacoa. Los niños no disfrutan tanto esta vez (sólo tienen productos locales).






Al salir nos encontramos la sorpresa de que al ser sábado hay numerosas calles cerradas al tráfico, las terrazas están llenas de gente y hay música en directo. ¡Otro sorpresón del día que nos permite mejorar la impresión que nos llevamos de Hue! Callejeamos un ratito.


No hay comentarios: