Podríamos decir que tras horas y horas de calurosa travesía a través de la selva, y de incontables peligros, alcanzamos las orillas de un río donde nos topamos con esta manada de elefantes.
En realidad no fue así, ya que tan sólo tuvimos que llegar hasta el orfanato de elefantes de Pinnewalla.
El día empieza con nosotros y Dhanu de
camino a Kegalle, superando el caótico tráfico de Kandy. En el tuc-tuc de
delante podemos ver una pegatina donde se lee: something is better than nothing.
Nos reímos.
Llegamos al orfanato y una inmensa horda
de turistas, sobre todo locales ( es sábado ), nos pone en aviso: hoy va a ser
un día espantoso. El orfanato es gubernamental y se creó con
la intención de proteger a los
paquidermos abandonados o
huérfanos. Pensamos que este sitio, como tantos otros, no será más que un lugar
donde se aprovechan del turismo extranjero y quizás maltraten a los animales.
Nos equivocamos.
Para aprovechar la visita al máximo hay
que tener en cuenta los horarios en que alimentan a los elefantes o los llevan
al río ( literalmente cruzando el pueblo calles a través ) para no
perdértelo.
Lo primero es pasar entre los cientos de personas
que se agolpan nerviosas alrededor de las vallas donde un elefante bebé espera
impaciente a que lo alimenten. Por 350 rupias Jordi vive la experiencia de
darle un biberón ( creo que la botella debe ser como poco de 1,5l ). Hay
tantísima gente que la primera impresión es bastante negativa. Pero al poco
rato, como por arte de magia, la gente se dispersa y la percepción del momento
cambia. Tras este primer contacto, en otra zona del parque, compramos cestas de
fruta para dárselas a otro elefante. Los cuidadores están alerta en todo
momento. David y Laura alucinan ( me remito a las fotos ). Poco después vamos a
ver una manada de hembras. A pesar de haberlos visto en Minneriya, nos sentimos
impresionados.
Y cuando parece que ya lo hemos visto todo,
Dhanu nos hace salir del parque y nos conduce por una calle repleta de
puestecitos y tiendas de souvenirs. Me sorprende la señal: cuidado, paso de
elefantes. Pienso que debe ser una broma pero no, no lo es. Es en serio. Seguimos a la gente
hasta que llegamos a orillas del río. Y lo siguiente se resume en fotos:
En total hemos invertido unas 2h más o
menos. La siguiente parada es el Royal
Garden, en Peradeniya, a las afueras de Kandy. Uno de los jardines mejor
cuidados de Asia. Es imposible aparcar, así que Dhanu nos deja en la entrada,
después de recomendarnos una ruta de 1,5h para ver los top ten del parque. A pesar del esfuerzo, no somos capaces de
completarlo en ese tiempo, así que nos perdemos el jardín de orquídeas. Aún
así, el parque es impresionante. No puedo compararlo con el de Singapur porque
no se le parece pero no se queda atrás. Nos quedamos con ganas de un poquito
más, pero no tenemos tiempo.
El tráfico para entrar en Kandy es brutal, es fin de semana y además empieza el Esala Perahera, con lo que cortarán las calles del centro ( donde está nuestro hotel ). Si tardamos mucho más en irnos del parque, no podremos acceder a nuestro hotel. Por eso decidimos, ir directos y comer allí mismo. Tardamos una hora en llegar ( cuando la previsión era de 15 minutos ) y nos sorprende ver las calles repletas de gente sentada en el suelo, buscando huecos donde sentarse para ver el primer día del Esala Perahera. Incluso nos topamos con un elefante.
No puedo dejar de sentirme un poco mal.
Nosotros hemos pagado asientos para poder verlo des del hotel, mientras que
aquí hay gente para la que significa mucho más que para mí, que pasará horas
bajo el sol, sentada en el suelo, con niños en el regazo, para no perdérselo.
Y es que el Esala Perahera en una fiesta
muy importante para los budistas aquí en Kandy. De hecho, es una fiesta considerada Patrimonio de la Humanidad.
Tenemos suerte de haber coincidido con las
fechas. Es un evento único en el mundo. Se celebra des de 1681! Se
trata de una procesión religiosa que se celebra una vez al año. Coincidiendo
con la luna creciente de los meses de julio- agosto, finalizando con la lluna llena. En esta procesión, el
diente de buda sale del templo donde se guarda con tanto recelo, a lomos de un
elefante en una especie de cofre sagrado. Una procesión con cientos de bailarines, percusionistas y elefantes
galardonados con trajes finamente bordados, música, luces, fuego… es espectacular. Desde
los últimos años, también participan mujeres al final del desfile. A medida que pasan los días, se suman más participantes a la procesión. Dura 10 días.
Es imprescindible reservar sillas, de lo contrario resulta muy difícil verlo. Nosotros las reservamos en el Hotel Queens. No son más que unas sillas de plástico que el hotel ordena en filas sumamente estrechas, aprovechando todos y cada uno de los huecos. Absolutamente todos! No tenemos mucha suerte con los asientos que nos asignan. No se ve muy bien. Además, los peques tienen que ir sentados encima nuestro. Empieza a las 7 de la tarde. A las 8:30h, decidimos volver al hotel para la cena. Los niños ya no pueden más. Nos damos por satisfechos.
Es imprescindible reservar sillas, de lo contrario resulta muy difícil verlo. Nosotros las reservamos en el Hotel Queens. No son más que unas sillas de plástico que el hotel ordena en filas sumamente estrechas, aprovechando todos y cada uno de los huecos. Absolutamente todos! No tenemos mucha suerte con los asientos que nos asignan. No se ve muy bien. Además, los peques tienen que ir sentados encima nuestro. Empieza a las 7 de la tarde. A las 8:30h, decidimos volver al hotel para la cena. Los niños ya no pueden más. Nos damos por satisfechos.
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