Salimos a las 09:00 de nuestro hotel en Sigiriya. Toca viaje por carretera hasta Kandy: está previsto que lleguemos después de comer a las afueras de la ciudad para poder dejar las maletas en el hotel y realizar las visitas por la tarde. La primera parte del trayecto no presenta anomalía alguna; carretera con escaso arcén y 2 carriles ( uno para cada sentido de la marcha ) y tu carril atestado de tuc tucs, motocicletas y camiones que Dhanu va sorteando con calma. Por la ventana vemos como el paisaje va cambiando: el camino empieza a hacerse empinado y empezamos a ver montañas cubiertas por un tupido manto de árboles a lado y lado. Cuando nos queda una horita para llegar a Kandy y tras pasar por la ciudad de Matale, empezamos a encontrar los primeros atascos. La verdad es que se puede decir que hasta ahora habíamos tenido bastante suerte. Como Laura suele quedarse dormida el único que se impacienta es David.
Por el camino hacemos 2 paradas técnicas
que lo hacen todo más llevadero: a mitad de recorrido visitamos un Jardín de Especias: allí nos atiende un
señor que habla castellano y chapurrea el catalán ( lo cual no deja de ser un
pequeño respiro pues nos pasamos el día traduciendo ). Vemos que este tipo de
jardines son bastantes típicos en la región pues pasado éste nos encontramos
algunos más por el camino. La parada es consecuencia de viajar de forma
organizada aunque nos viene bien para estirar las piernas sin perder mucho
tiempo y no negaremos que sentimos cierta curiosidad. La visita guiada es como
ir a una herboristería pero en lugar de un local en medio de un jardín. Tienen
todo tipo de árboles y plantas con múltiples propiedades: culinarias,
medicinales y/o estéticas. Durante el pequeño recorrido nos dan todo tipo de
explicaciones y nos hacen pequeñas demostraciones tanto gustativas como
aplicación de cremas o hasta masajes faciales.
Después llega el primer SIÉNTENSE, POR FAVOR del día: nos llevan a una mesa llena de productos para acabarnos de enseñar toda su línea de productos ( te sirve para hacerte una idea de cómo comercializan lo cultivado ). Allí sentados, mientras nos sueltan el rollo, nos ofrecen bebida ( té para los adultos y una excelente taza de chocolate para los niños ) y nos hacen un masaje: a Fani en las piernas y a Jordi en la espalda. Después, como es de esperar ( como pasa en todos los lugares del mundo ) te hacen entrar en la tienda. Hacemos un poco de gasto: perfume de rosas, bálsamo de jengibre y crema corporal. Imposible resistirse: está un poco más barato que en España y todo es natural.
Después llega el primer SIÉNTENSE, POR FAVOR del día: nos llevan a una mesa llena de productos para acabarnos de enseñar toda su línea de productos ( te sirve para hacerte una idea de cómo comercializan lo cultivado ). Allí sentados, mientras nos sueltan el rollo, nos ofrecen bebida ( té para los adultos y una excelente taza de chocolate para los niños ) y nos hacen un masaje: a Fani en las piernas y a Jordi en la espalda. Después, como es de esperar ( como pasa en todos los lugares del mundo ) te hacen entrar en la tienda. Hacemos un poco de gasto: perfume de rosas, bálsamo de jengibre y crema corporal. Imposible resistirse: está un poco más barato que en España y todo es natural.
La segunda parada es en un restaurante de
un pequeño centro comercial a las afueras de Kandy donde comemos bastante bien.
En las plantas inferiores hay un par de tiendas de ropa pero esta vez ni
entramos.
Entonces encaramos la recta final de
nuestro viaje en la furgoneta y resulta ser la peor: el tráfico en el interior
de la ciudad es muy denso y avanzamos muy despacito. Aquí viene el segundo
SIÉNTENSE, POR FAVOR del día. ¡A ser pacientes! No negaré que en nuestro país
también son frecuentes las retenciones de tráfico en las entradas y salidas de
las grandes urbes pero lo que nos llama la atención es el caos reinante. Por
poner un ejemplo: aquí no existen los semáforos. Se puede decir que casi no hay
señales de tráfico ( ¿un ceda el paso? ¿Qué es eso? ). Los coches te vienen por
todos los lados. A las motos, tuc tucs y camiones tienes que añadir autobuses.
De vez en cuando te encuentras algún paso de cebra: cuando hay algún peatón
nadie se para ( no debe ser obligado ); o hay muchos en la acera y se meten de
golpe o de vez en cuando algún conductor se para ( muchas veces obligado por el
denso tráfico ) y entonces empieza a pasar alzando el brazo para indicar al
resto de conductores que van por los demás carriles que se detengan. ¡ Por no
hablar de las rotonas ! Aquí no os puedo decir quien tiene la prioridad: no
consigo entenderlo. Te entran por la derecha, por la izquierda y, de vez en
cuando, cuando vas a acceder a tu carril éste está ocupado por vehículos que
van en dirección contraria. De vez en cuando encuentras policías regulando algo
el tráfico pero imaginaos como está la cosa que he llegado a ver hasta 3 policías
para regular una única rotonda. Es difícil traducir a papel la experiencia (
nos recuerda Lima pero aquella ciudad era enorme en comparación ): lo puedo
resumir en que para conducir por determinados lugares de Sri Lanka hay que
tener mucha destreza pues muchas veces lo que marca la diferencia es du
destreza para asomar el morro sin colisionar y así ganar la posición. Es muy
difícil que te dejen pasar y se aplica la ley del más fuerte ( o mejor dicho,
del vehículo más pesado o grande ). A parte del hecho de que se conduce al
revés de nuestro país ( por la izquierda pero con el volante en la derecha ),
por estos motivos no recomendaríamos a nadie alquilar un vehículo. Por cierto,
una aclaración: aquí no hay taxistas ( si necesitas que te lleven tendrñás que
coger un tuc tuc ).
Pasadas las 15:00 llegamos a nuestro
alojamiento: el hotel Queens, junto al lago cuyos principales reclamos son la
atmósfera y la ubicación. Estás a un corto paseo a pie del Templo del diente de
Buda y la verdad es que es precioso. Cuenta con un vestíbulo enorme, suelos de
madera (tanto en los pasillos como en las propias habitaciones ). Está todo
chapado a la antigua y es como si te alojaras en el interior de un lujoso
edificio colonial. En la recepción nos atiende un simpático recepcionista que
nos explica que está estudiando castellano y que nos pide traducción de algunas
expresiones típica. En este país es típico que en el momento de hace el check in te hagan sentar mientras
esperas un pequeño refrigerio y te entreguen las llaves de la habitación.
Nuestro simpático recepcionista nos indica que nos sentemos pero antes nos hace
una insólita petición: nos pide que escribamos en una hoja de papel la
expresión traducida. Y no nos hacemos de rogar: SIÉNTENSE, POR FAVOR.
Por la tarde nos vamos a visitar el
Templo del Diente de Buda o Sri Maligawa. No os creáis que es entrar en el
templito y ya está. Es un complejo lleno de edificios, que abarca una gran
superficie y hay gente por todas partes ( y no sólo turistas: hay un montón de
feligreses que llegan para rezar ). Entramos por el acceso que hay justo
delante del hotel Queens ( sólo tenemos que cruzar la calle ). Nota importante:
tienes que llevar pantalón largo y los hombros tapados para poder pasar el
control de acceso aunque inicialmente sólo te sirva para llegar al enorme patio
interior. Vemos diversas estatuas, banderas budistas a lado y lado del paseo y,
en la lejanía, algún elefante que ha llegado para el festival del Esala
Perahera que se inicia mañana.
Tras recorrer todo el patio llegamos a la
entrada del templo principal, el Vahahitina Maligawa. Tienes que pasar por taquilla
y descalzarte. Es un edificio rectangular de 2 pisos con un tejado dorado
precioso. El templo es el más importante de todo el país pues alberga en su
interior la reliquia budista más importante de Sri Lanka: el Diente de Buda.
Este diente al parecer fue sustraída de la pila funeraria de Buda en el año 483
a.C. e introducido en Sri Lanka en el siglo IV d.C. oculto en el interior del
pelo de una princesa. La historia del diente es muy larga de explicar y resulta
toda una odisea. Era símbolo de soberanía y se creía que aquel que lo
custodiara tenía el derecho de gobernar la isla. Para que os hagáis una idea de
la importancia del lugar os diremos que los budistas ceilandeses creen que,
como mínimo una vez en la vida, deben completar una peregrinación hasta el
templo pues rezar aquí mejora enormemente su destino kármico.
Dentro vemos más
feligreses que turistas. Sobretodo se concentran en la segunda planta justo
delante de la puerta donde se halla custodiado el diente dentro de un relicario
de oro en forma de dagoba. La sala sólo se abre un par de veces al día para la
ofrenda u oración ( puja ) y Dhanu nos explica que entonces se forman largas
colas. El diente no se llega a ver en ningún momento; de hecho existen dudas de
que el verdadero – si es que existe – éste realmente aquí. Durante la procesión
del Esala Perahera se pasea el relicario encima de un elefante pero todo el
mundo sabe que el diente no llega a salir nunca del templo. Dhanu nos explica que en el año 1998 hubo un
atentado terrorista con coche bomba justo en la puerta principal donde parte de
la estructura de la pared anterior resultó dañada y fallecieron más de 70
personas. Terrible.
Detrás del templo principal o santuario
hay un segundo edificio más nuevo, el Alut Maligawa. Es una capilla donde te
encuentras una decena de budas sedentes todos donados por otros países. En las
paredes laterales, a lado y lado, te encuentras con más de 20 cuadros que
relatan de forma resumida la historia del diente sagrado de Buda. En el fondo
de la capilla nos encontramos una zona acordonada donde unos hombres se
encargan de preparar los trajes de los elefantes para el festival del Esala
Perahera. Aprovechamos para preguntarle a Dhanu porque no veos mujeres: nos
explica que tienen vetado participar en el festival.
Salimos por otro patio hacia el norte y
exploramos otra zona cerrada ( sólo accesible entrando por el Templo del Diente
Sagrado ). Visitamos la Sala de Audiencias: un patio de columnas al aire libre
precioso. Al lado visitamos el Salón del elefante Maligawa Raja que murió en
1988; se rinde homenaje mediante una exposición de cuadros y de vestidos (
también hay restos embalsamados ) a uno de los elefantes más famosos que llegó
a participar durante más de 50 años en el festival del Esala Perahera portando
la reliquia del Diente de Buda. No hay tiempo para más pues tenemos que irnos.
Aunque hemos tenido tiempo de verlo todo nos vamos con la sensación de que
hemos ido algo deprisa víctimas del horario algo apretado.
En efecto a las 17:30 horas tenemos entradas
para poder asistir a un espectáculo de danza. Son muy famosos en Kandy y se
puede decir que es recomendable asistir a uno al menos. Nosotros asistimos a
uno en el escenario Mahanuwara YMBA: hay 3 locales en Kandy y quizá éste es el
más discreto ( eso dice la Lonely Planet ) pero el nivel de danza está a la
altura de los otros teatros y encontramos menos gente. Asistimos a 10 números
de baile y percusionismo dentro del teatro. Participan mujeres, el vestuario es
imponente, hay acrobacias chulas y los percusionistas molan. Hay un número
final que se hace en el exterior con fuego a modo de colofón.
Después volvemos al hotel. Por la noche
mientras intentamos dormir nos
sorprenden unos cánticos que invitan a la oración en el templo cuyo volumen va
variando aunque sin cesar en ningún momento. Dhanu nos explica al día siguiente
que es algo excepcional pues es la noche previa al inicio del festival del
Esala Perahera. Los niños ni se enteran y duermen como lirones.
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