30 de junio de 2021

LA RESERVA MASAI MARA, LOS CINCO GRANDES y las POCIONES MÁGICAS DE EVANS

Nos despertamos pronto ya que Evans y Roberto (nuestros guías de Ratpanat) nos hacen madrugar. Listos a las 07:30 am. Desayunamos antes a lo grande y hacemos nuestra última caminata por la granja. La luz del amanecer está preciosa. Hace frío a esas horas: aquí es invierno y, aunque durante el día hace calor, por la noche la temperatura baja a unos 13-15 grados y hace algo de rasca. Hay que llevar manga larga.

Nos subimos al jeep y abandonamos el Lago Naivasha para dirigirnos a la región del Masai Mara donde nos espera su espectacular Reserva Natural. El viaje lo hacemos en jeep y nos lleva toda la mañana. Vamos directamente a nuestro alojamiento, el Olengotti Safari Camp, a escasos 20 minutos de una de las 7 entradas que hay en la Reserva. Este alojamiento está regentado por un español, Julio, y su esposa, Estela. Julio nos cae fatal. Lo primero que hacec al llegar es hecharle bronca a Evans por no haber avisado con más tiempo de nuestra llegada. Los masai no han podido hacernos el bailecito de bienvenida. Dani y Cristina reaccionan como nosotros. Pasamos de las "turistadas" y que riñan a Evans delante nuestro y faltándole al respeto nos crispa. Eso nos hace pensar que son buena gente y que nos vamos a llevar bien durante el viaje. Ya tenemos tres cosas en común: la cerveza, el barça y que nos cae mal Julio. 

El campamento está formado en su gran mayoría por “Tended Camps”, que son unas tiendas enormes, con el WC dentro y hechas de tal manera por dentro que son del todo impenetrables para los insectos (no hace falta usar tela mosquitera). Son muy cómodas y funcionales y está todo muy limpio. La única pega es que para darte una ducha tienes que avisar al personal para que te vaya llenando de agua caliente la cisterna que hay en el techo. Así que no hay que entretenerse. Y sí, agua caliente, así que nada de quejas...



Las comidas estan genial y las hacemos en varios sitios: tienen un comedor en una "tended camp " con una decoración muy de peli Memorias de África, una especie de "terraza" espectacular con vistas a un río lleno de hipopótamos y otra terracita cubierta de árboles, con farolillos de colores, como de cuento. Como en este alojamiento nos toca estar 3 noches, los vamos alternando. Las comidas están buenísimas: empiezan con una sopa o crema, sigues con el plato combinado principal (con carne o pescado y verduras, patatas o puré) y luego el postre. Nos atiende un camarero keniata que se llama Michael, del que conseguimos con nos traiga las cervezas bien frías. Lo que nos cuesta es arrancarle una sonrisa, aunque Dani no ceja en su empeño, comida tras comida. Michael siempre empieza con la frase: - Bread anb butter on the table-.  Lo más divertido es la solemnidad con que lo dice, como si estubierámos en un estrella Michelín. Este tío esun número uno. 

Los días de safari en la Reserva de Masai Mara son sencillamente espectaculares. Tenemos mucha suerte y conseguimos ver una gran variedad de animales, incluyendo cuatro de los “big five”:


1.       Los leones: al atardecer del primer día nos topamos primero con un macho de melena oscura rugiendo. Después con una manada de leones: contamos un total de 8, incluyendo cachorros. ¡Y a pie de carretera! Muy, muy, muy cerca !!






2.       Los búfalos: se hacen de rogar pero aparecen al atardecer del segundo día justo delante del jeep. Al día siguiente flipamos pues nos topamos con toda una migración cruzado la reserva. Resulta muy curioso ver las distintes aves que se apoyan encima suyo, en perfecta simbiosis.

       

El    El elefante: aunque los hemos ido viendo por todo el parque, nos quedarà el recuerdo del elefante que se alzó (estaba durmiendo), nos miró y se abalanzó sobre nosotros. Hubo que arrancar deprisa y dejar las fotos para otro rato. Cris se acordará mucho de ese elefante. ¿ Verdad ?

 SSi algo hemos aprendido de este momento es que los animales salvajes te atacan por dos únicas razones: cuando se sienten amenazados, cuando protegen a sus crías o cuando están comiendo. Vale, tres. 



4.       El leopardo: uno de los MOMENTAZOS del viaje. Nos estábamos aproximando a un  grupo de búfalos en la mañana del segundo día, cuando los guías reciben el chivatazo de que encima de un árbol cercano tenemos un leopardo. Entre ellos se avisan. Nos apresuramos a llegar a toda pastilla ( jeep rápido = masaje africano ), pero en el árbol no hay nada. Llegamos a ser 4 jeeps buscando con la mirada entre la maleza. ¡Imaginaos nuestra sorpresa cuando vemos aparecer un leopardo macho mirando a una gacela, agazapado entre la maleza! ¡Impresionante! Después de pensárselo un rato desiste y se encamina hacia el árbol... ¡pasando justo por delante de nuestro jeep! ¡Flipante!. Vemos como se sube al árbol y se pone a dormir. Al poco rato aparece una hembra y, después de pensárselo, también se sube al mismo árbol. ¡Espectacular!





De los  “big five” nos queda pendiente el rinoceronte. En dos días hemos visto a los demás. 

Pero nuestra suerte no termina aquí. Conseguimos ver guepardos los 3 días:

1.       El primero: nos recreamos con el espectáculo de ver 2 guepardos comiéndose una gacela. La estampa, con cachales cerca y jirafas curioseando por la zona, es muy bella.

2.       El segundo: nos topamos con dos JUSTO DELANTE DE NUESTRAS NARICES, en plena carretera, mientras seguíamos la pista de una mangosta. Es pronto (acabamos de empezar el safari del día) y se dirigen a una charca a beber agua.

3.       Desde el globo, el tercer día: aunque sea muy de lejos, vemos un total de cinco guepardos durmiendo juntos.








También vemos jirafas, zebras, gacelas de Thompson, antílopes, ñús, pumbas, monos...


El segundo y el tercer día comemos en ruta, a la sombra de una acacia, el pícnic del alojamiento. No está nada mal, especialmente la tortilla de patates de Julio. Aprovechamos para charlar con Evans, que nos cuenta cosas sobre sus dotes de curandero- homeópata o brujo. Nos da a probar  con un té -hibiscus con miel que a mí me gusta. Será anticáncer de verdad ¿? 

La sensación de comer así, bajo un árbol, en mitad de la reserva, a poco de haber visto un leopardo zampándose una gacela en lo alto de una acacia es extraña y excitante, aunque no nos sentimos inseguros. Supongo que Cris y Dani tampoco. 

El tercer día hacemos el safari en globo con el capitán Rizt , todo un personaje. Es el  Indiana Jones africano. No vemos tantos animales como esperábamos, pero las vistas y el amanecer en lo alto hacen que la experiencia valga la pena. Además nos ha aprecido muy seguro. Tras aterrizar nos espera un completo desayuno con copa de champagne incluída. Justo premio para el madrugón del viaje, sin duda: ¡las 04:30 hrs am!







Aprovechamos para conocer mejor a Daniel y Cristina. Tienen historias duras, de esas de superación. Son muy divertidos y enrollados y es muy fácil llevarse bien con ellos. ¡Menos mal! Con tantas horas de conducción se agradecen las conversaciones. Además tenemos muchas cosas en común. El último día se animan a complir con una de las “tareas” que les han asignado sus “amigos” tras la boda para conseguir un premio económico: realizar un pequeño baile  con nosotros y los guías, Evans y Roberto. Nos consiguen enredar a todos y nos queda un baile muy divertido y resultón.



Mi preferida 


¡Prueba superada! A ver si consigo el video y os lo cuelgo ( si prometéis no usarlo en mi contra ..:)

Nuestra última aventura en Masai Mara fue dar un pequeño paseo ( nosotros nos imaginábamos trekking a lo película de Atari, porque nos tienen que acompañar los Rangers del parque armados ).  Al final resulta ser un paseillo por los alrededores del Río Mara. No hay ñus cruzándolo ( la migración está ahora en Serengueti ) pero sí vemos cocodrilos y hipopótamos. Llegamos hasta el puente. Al otro lado hay una garita con 4 normas sobre el parque y un póster enorme sobre los diferentes tipos de serpientes que podríamos encontrarnos, la más peligrosa la mamba negra. 
Dani, que sabe que a Fani le horrorizan, tarda tres segundos en hacernos un listado. Qué tranquilo se vive en la ignorancia. 




Hallazgo casual: este lagarto no sabe que
Dani y Jordi son del Barça



Creíamos que podríamos conseguir un refresco/ cerveza fresquitos en la entrada, porque el calor empieza a sofocarnos, pero no. Así que Dani le propone el negocio del siglo a Evans: un chiringuito. Pero no. En fin, lo ha intentado. 





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