Playa de Carmen. 9h de la mañana. Hoy es el cumpleaños de David y también es nuestro último día en Yucatán. David está muy emocionado, aunque hecha de menos a los yayos y a su primo Hugo. Espera ansioso su fiesta de cumpleaños en casa. Se despierta contento. Sabe que hoy es el Rey.
Hoy tendrá un regalo: un par de coches de esos metálicos y el poder de hacer lo que él decida ( mandará ir a la piscina, claro ). En cuanto a los coches, no sé cuántos tiene. Muchos. Mogollones. Pero para él todos son diferentes y tienen características que los hacen únicos. Yo no tengo la capacidad de diferenciarlos.
- Mamá, ahora que tengo cinco años soy más alto. Y también correré más que el Pau. Y también he aprendido a bucear como tú y a silvar. Mira cómo silvo mamá: Ssshhhhhhhhhhhiiiiiiiii. No me sale como a ti pero suena diferente. Yuuuujuuuuuuu!!
Ya no es como antes. Antes pactaba con él: -si te comes toda la tortilla, te dejo la tablet. Ahora él negocia conmigo: -mamá, si quieres que me coma toda la tortilla, me dejas la tablet.
En fin, me encanta. Y como dice Sandra, no hace falta viajar por todo el mundo ni llevar a sitios extraordinarios a tus hijos. Lo importante es pasar tiempo con ellos. Da igual lo azul turquesa que sean las aguas de las playas más idílicas. Si les das un cubo y una pala y les llenas un agujero de agua, lo demás les dará igual. Tan pequeños y ya nos dan lecciones.
Estando en Playa del Carmen el día de su cumpleaños no puedo darle lo que quiere: estar con sus amigos y sus yayos. Soñar con sus regalos. Para compensarle se me ha ocurrido decirle que cada día será su cumpleaños hasta el día en que podamos celebrar su fiesta ( que es en una semana y media ). La idea ha colado. Menos mal.
Viajar para mí es importante. Al margen de estar lejos de la familia y los amigos, lo entiendo como una forma de transmitirle a mis hijos que existen realidades diferentes más allá de la comodidad y la seguridad de nuestras casas, trabajos y rutinas. Sé que las rutinas transmiten seguridad y confianza, sobretodo en los niños, pero enfrentarse a cosas nuevas también los prepara para el mundo.
Y aquí estamos, después de tres semanas de viaje, de playas exóticas, cenotes mágicos y ruinas misteriosas, con ganas de volver a casa. Mañana cogemos el avión de vuelta ( de puerta de hotel a puerta de casa la friolera de 20h !!! ).
De México me quedo con:
- La amabilidad de la gente. la voz, el acento
- Los cenotes de Sac Actún y el Gran Cenote
- Las ruinas de Chichén Itzá
- Los tiburones de Holbox
- El cebiche y el agua de Chaya
Me sobran:
- Los tours guiados
- El calor
- Los mosquitos
- Las salsichas esas envasadas
Me faltan: Celestún y Campeche.
No tengo respuesta para: -Mamá, ¿ Por qué los peces pueden abrir los ojos debajo del agua si no llevan gafas de bucear ?
Feliz 5 añitos peque!!!
Hoy tendrá un regalo: un par de coches de esos metálicos y el poder de hacer lo que él decida ( mandará ir a la piscina, claro ). En cuanto a los coches, no sé cuántos tiene. Muchos. Mogollones. Pero para él todos son diferentes y tienen características que los hacen únicos. Yo no tengo la capacidad de diferenciarlos.
- Mamá, ahora que tengo cinco años soy más alto. Y también correré más que el Pau. Y también he aprendido a bucear como tú y a silvar. Mira cómo silvo mamá: Ssshhhhhhhhhhhiiiiiiiii. No me sale como a ti pero suena diferente. Yuuuujuuuuuuu!!
Ya no es como antes. Antes pactaba con él: -si te comes toda la tortilla, te dejo la tablet. Ahora él negocia conmigo: -mamá, si quieres que me coma toda la tortilla, me dejas la tablet.
En fin, me encanta. Y como dice Sandra, no hace falta viajar por todo el mundo ni llevar a sitios extraordinarios a tus hijos. Lo importante es pasar tiempo con ellos. Da igual lo azul turquesa que sean las aguas de las playas más idílicas. Si les das un cubo y una pala y les llenas un agujero de agua, lo demás les dará igual. Tan pequeños y ya nos dan lecciones.
Estando en Playa del Carmen el día de su cumpleaños no puedo darle lo que quiere: estar con sus amigos y sus yayos. Soñar con sus regalos. Para compensarle se me ha ocurrido decirle que cada día será su cumpleaños hasta el día en que podamos celebrar su fiesta ( que es en una semana y media ). La idea ha colado. Menos mal.
Viajar para mí es importante. Al margen de estar lejos de la familia y los amigos, lo entiendo como una forma de transmitirle a mis hijos que existen realidades diferentes más allá de la comodidad y la seguridad de nuestras casas, trabajos y rutinas. Sé que las rutinas transmiten seguridad y confianza, sobretodo en los niños, pero enfrentarse a cosas nuevas también los prepara para el mundo.
Y aquí estamos, después de tres semanas de viaje, de playas exóticas, cenotes mágicos y ruinas misteriosas, con ganas de volver a casa. Mañana cogemos el avión de vuelta ( de puerta de hotel a puerta de casa la friolera de 20h !!! ).
De México me quedo con:
- La amabilidad de la gente. la voz, el acento
- Los cenotes de Sac Actún y el Gran Cenote
- Las ruinas de Chichén Itzá
- Los tiburones de Holbox
- El cebiche y el agua de Chaya
Me sobran:
- Los tours guiados
- El calor
- Los mosquitos
- Las salsichas esas envasadas
Me faltan: Celestún y Campeche.
No tengo respuesta para: -Mamá, ¿ Por qué los peces pueden abrir los ojos debajo del agua si no llevan gafas de bucear ?
Feliz 5 añitos peque!!!
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