27 de julio de 2012

EXPLORANDO UN PARAÍSO

25-27 de Julio del 2012

Para el resto de días en Fernando alquilamos un par de buggys, para movernos a razón de 120- 140 R$ por día. La verdad es que es la forma más cómoda e independiente de conocer la Isla. Además, teniendo en cuenta que sólo hay una carretera asfaltada ( la principal ), no te queda más remedio. Lo malo es que consumen muchísimo ( unos 10l x día ). No parece una opción muy ecológica pero es lo que hay.
Hemos recorrido varias pistas de tierra, piedras y barro en busca de las playas más famosas de Fernando. A lo Paris- Dakar !!


En el sur ( primer día ):
- Playa del Suereste: en esta se suponía  que habría tortugas. A la hora que hemos ido nosotros estarían durmiendo. Aún así la playa es preciosa y  curiosamente casi no hemos encontrado turistas. Y eso le da un toque de postal.



 - Playa de Leao: para llegar hasta ella un sendero con preciosas vistas serpentea hasta la arena. Aquí David ha dormido una siesta la mar de tranquilo mientras Jordi y Sebas han jugado con las olas como niños.  Por el camino ( una pista que hemos recorrido con los buggys ), visita a un fuerte ( más bien unos cañones ) desde donde hemos tenido más vistas de la playa del Sureste. Pensábamos que el fuerte sería no sé… un fuerte. Y resulta que sólo había unos cañones muy mal conservados. Resulta que la isla fue,  antaño,  una base militar Americana de avistamiento de misiles. 


 

 

 




 

 
En el Norte ( segundo día ):
- Playa Baía do Sancho: no es accesible con niños porque para llegar hasta ella hay una escalera metálica que nos ha parecido  muy peligrosa. No me veo cargando a mi peque hasta la base. Nos hemos conformado con hacer fotos. No somos tan temerarios.



 - Playa Baía dos Porcos: la de las postales de de Fernando de Noronha.  Hemos tenido que pasar por un sendero de piedras volcánicas con los peques a cuestas para llegar hasta ella y es de todas la que he visto mi preferida. Está justo al lado de la de Cacimba do Padre ( el sendero de piedras las une ). Según las mareas se puede o no pasar, así que seguimos las recomendaciones del calendario de las mareas y nos fuimos antes de que subieran.
No voy a describirla ( mejor veis las fotos ).  




                                    




 - Playa de Cacimba do Padre: llegamos al mediodía, así que aprovechando que es la única en la que hemos encontrado un par de restaurantes a pie de playa, hemos comido aquí. Una vez más nos ha exasperado la lentitud con la que sirven los platos, pero tengo que decir que la espera valió la pena. Comimos un pescado buenísimo ( plato típico de la zona: filé de peixe na folha da bananeira ao molhO de camarao ) presentado sobre una hoja de banano y acompañado de arroz, patatas fritas y ensalada.
David aprovechó la playa para dormir una siesta.


 


  
Para acabar el día puesta de sol desde el Forte do Bodro. Decidimos ir allí de chiripa y al llegar nos encontramos a un montón de turistas con sus cámaras fotográficas listas y un chiringuito de refrescos.
Las vistas desde aquí de la Baía dos Porcos son impresionantes.
 

Nuestro último día en Fernando nos levantamos tarde y fuimos a la playa do Bodró.
Esa noche salimos a a tomar creps de chocolate con coco, banana y café con leche de verdad ( el de la posada de sobre no cuenta ).  El café brasileño no nos ha defraudado.

 
Comimos en un buffet del pueblo ( a 40R$ por kg de peso ) y después de una ducha rápida cargamos los buggys para ir al aeropuerto. Como no todo podía salir bien, nuestro buggy optó por no arrancar ( no sabemos por qué ). Era la segunda vez que se estropeaba. La primera vez nos pasó en el pueblo y pudimos aprovechar una cuesta para arrancarlo. Pero delante de la posada no había cuestas, así que Sebas hizo un primer viaje para llevar al aeropuerto a Sandra y Hugo y después vino a por nosotros. A Sandra la espera se le hizo muy larga…

De las playas de Fernando nos ha gustado que hay poca gente, las aguas claras en tonos azules y verdes por el reflejo de la vegetación, la arena blanca y las rocas volcánicas que la enmarcan. Tardaremos en volver a ver playas como estas aunque cabe decir que el gobierno brasileño está explotando el sueño del paraíso encontrado. 

Nos vamos de Fernando con la certeza de haber gastado mucha pasta ( relación calidad precio no justificada ) pero también con la convicción de haber estado en un paraíso.

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