30 de junio de 2018

EL OLIMPO DE LOS DIOSES DE ANGKOR

Empezamos nuestro segundo día de ruta por las ruinas de Angkor siguiendo la misma rutina del día previo: despertador a las 07:00 am, desayuno en el buffet del hotel y encuentro con nuestro chófer a las 08:30 hrs. Esta vez no tenemos que pasar por la billetería por lo que llegamos antes a nuestra primera parada: PHNOM BAKENG. Este enclave arqueológico se encuentra en lo alto de una montaña y es muy famoso por sus vistas de Angkor Wat. Tardamos una media hora en llegar a su cima; no es que la ladera sea muy pronunciada, el problema es el sofocante calor que hay cuando apenas son las 09:00 am. Los niños ya empiezan a emitir las primeras quejas aunque suben solos. En la cima las vistas no son tan grandiosas como nos las habían pintado pues Angkor Wat se ve muy lejano; quizá el problema sea que las expectativas estaban muy altas. En todo caso no hay problema que no pueda solucionar una cámara con un buen zoom. Se dice que desde aquí arriba la puesta de sol es muy bonita pero se limita el aforo a 300 personas y se recomienda subir antes de las 04:00 pm. Nosotros para esta tarde tenemos otros planes. Para bajar optamos por llevar a Laura a caballito para no cansarla de entrada demasiado. David va en su línea habitual de "maraton boy"; nunca dejará de sorprendernos su resistencia. Se distrae mucho buscando insectos y animalitos de todo tipo por el camino.



El tuk tuk hace una segunda pero breve parada en BACKSEI CHAMRONG. Este es un pequeño templo piramidal. Como no queremos desgastarnos más Jordi es el único que se baja del tuk tuk para hacer un par de fotos desde la base.

Llega entonces uno de los momentos cumbre de la exploración del complejo de Angkor: la exploración del recinto de ANGKOR THOM, la ciudadela real fortificada. Ocupaba un área de 10 km² y fue la última gran capital del imperio Jemer. Entramos por la puerta sur con el tuk tuk. De ahí visitamos por este orden:

1. TEMPLO BAYON: construido en el siglo XII por Jayavarman VII para ser su templo estatal. Se le conoce como el templo de las "caras" por esos rostros, enormes cabezas, que siempre te observan desde arriba. Consta de 54 torres: en cada una te encuentras 4 rostros (resultan en total 216) orientados a los cuatro puntos cardinales. Iniciamos la visita a las 10:00 am y el calor aprieta de lo lindo. Justo antes de empezar  la visita nos cargamos las pilas con unos plátanos y compramos más agua. Unos turistas recorren el perímetro del templo en elefante..eso no es lo nuestro.


La verdad es que el templo está muy bien conservado. Hay mucha gente a esas horas. Nos abrimos paso entre el gentío cámara en mano. Una vez dentro buscamos una buena zona de sombra para colocar allí a los niños con un adulto y así poder hacer la visita por turnos. Al finalizar nos sentamos en una cafetería que hay enfrente justo delante del ventilador a compartir una coca cola. 







2. TEMPLO BAPHUON: una de las sorpresas del día. Se encuentra a 5 minutitos a pie del de Bayon. Este es un templo de grandes dimensiones. De nuevo tiene estructura piramidal y la cima vuelve a estar dedicada al Monte Meru. Construido alrededor del 1060, está dedicado al Brahmanismo. Decidimos hacer la ascensión por turnos ya que los peques están cansados y el calor aprieta de lo lindo. Entramos por la puerta este que se ve precedida por un puente de 200 metros de largo sujetado por 3 hileras de columnas. Hay muy poca gente: se nota que este templo es menos famoso y que son horas chungas para ponerse a visitarlo. Tienes que subir 3 niveles que están rodeados por galerías concéntricas de arenisca. Originalmente un santuario en la torre central coronaba la cima pero se derrumbó hace mucho tiempo y ahora no se puede subir. No importa en absoluto: las vistas desde lo alto de la tercera plataforma quitan el hipo. Se desciende por una cara lateral opuesta a la de subida y se sale por la cara oeste donde te encuentras la silueta en la misma pared del rostro de un Budda reclinado.








Llegados a este punto son casi las 13:00 pm y tenemos que abreviar la visita pues ya no estamos en condiciones de recrearnos mucho. Priorizamos:
3. TERRAZA DE LOS ELEFANTES: era una muralla del palacio real del rey Jayavarman VII. La fachada es una auténtica pasada: decorada con elefantes y sus jinetes representados en perfil. Se extiende en más de 300 metros desde la entrada del templo Baphuon hacia la terraza del rey leproso. En distintas zonas nos encontramos columnas formadas por 3 elefantes que recolectan flores de loro con sus trompas. Pega una soleada importante: pasamos sin entretenernos mucho.




4. TERRAZA DEL REY LEPROSO: en el extremo norte de la terraza de los elefantes te encuentras esta otra: se sostiene con una base de 25 metros a cada lado y 6 metros de altura. El curioso nombre de esta terraza hace referencia a una figura que hay en el centro de la misma que podría representar a alguna divinidad o al propio Jayavarman VII que fue leproso; nadie tiene una respuesta clara. La figura es una réplica: el original lo vimos en el Museo Nacional de Phnom Penh.




Y aquí damos por finalizada nuestra visita al Angkor Thom. Nos paramos a comer en un restaurante local a pie de "terrazas". Pedimos unos "sandwiches" para los niños y un amok de pescado y verduras para nosotros. La comida está buena pero es al aire libre y sigue haciendo mucha calor. Estamos a la sombra pero no tienen ventiladores. Tampoco queremos esperar más a comer pues son casi las 14:00 pm.


Abandonamos Angkor Thom y decidimos completar el circuito corto visitando el auténtico plato fuerte de las ruinas. El ANGKOR WAT. Hemos optado por dejar la visita para la tarde pues a esas horas el clima es mucho más benévolo y se pueden visitar los templos de otra manera. De nuevo nos comemos unos plátanos y nos proveemos de agua. Esta vez optamos por hacer la visita con un guía local: contratamos los servicios de Tom, que se ve una persona tranquila. Nos pide 18 dólares por una visita de hora y media. Optamos por aceptar dada la importancia del templo. La verdad es que toda palabrería se que corta para describirlo. El emplazamiento es muy hermoso y las dimensiones de la construcción son faraónicas. Fue construido a principios del siglo XII (entre 1113 y 1150) durante el reinado del rey Suryavarman II. Es un templo hindú y está dedicado a Vishnu. Cubre un área rectangular de 200 hectáreas limitada por un foso de 200 metros que lo rodea por completo. Sólo hay un único puente que te permite atraversarlo en la cara sur. Como el original es estrecho y se desea preservarlo, muy cerca del mismo te encuentras uno flotante, donación de los japoneses, que te permite pasar al complejo. Allí te espera la entrada del templo con sus 5 puertas y de distribución simétrica: a ambos lados y en el exterior la de los elefantes (para el servicio y mercaderías), en medio las de los militares y en el centro una única puerta real. A partir de allí te espera un amplia explanada rectangular de 1.5 km (de sur a norte) x 1.3 km (de este a oeste). A medida que te acercas las vistas del palacio central se hacen espectaculares. Lo ideal es ir a buscar el reflejo del mismo sobre las aguas del estanque. Es desde aquí donde la gente hace las famosas fotografías del amanecer (hay que estar a las 05:00 am para eso). Para este recorrido llevamos a Laura a caballito, mientras David sigue aguantando la caminata estoicamente. Y llegamos al palacio central de 65 metros de altura. Tom nos explica que tiene 3 niveles:
- en la base: el infierno. Con sus galerías y pasillos. Aquí es donde te encuentras unos bellísimos bajorrelieves. Son 1200 metros cuadrados de arenisca tallada. De nuevo vemos representadas escenas de la leyenda de Rhama, el rapto de su esposa y la batalla de Lanka.
- en el segundo nivel: la tierra. Con la galería de los 1000 budas y las 4 piscinas. Tom nos explica que encarnan los 4 elementos y te podías bañar en una u otra en función de cual era tu elemento por año de nacimiento. En el centro te encuentras una baldosa: una de las atracciones es colocar una brújula allí y constatar que te marca 0º. Es típico hacerse un selfie allí.
- en el tercer nivel: el cielo. Allí sólo podía acceder el rey. Hay hay un patio central circular que rodea las 5 torres. Al llegar allí lloviznea un poco pero no nos molesta casi y enseguida sale el sol. Como son las 17:00 pm ya hay limitación de acceso y no nos dejan subir a lo alto de la torre central. Nos quedamos en el patio apurando con las últimas fotos. Al poco rato nos empiezan a invitar a salir del templo poquito a poco a todos los turistas y es que cierran a las 17:30 hrs.
Llegamos a la explanada y nos dirigimos a uno de los estanques para las fotos de la puesta de sol. Vemos un precioso arcoiris a la izquierda del templo. Los guardias se nos acercan silbato en mano. No somos los únicos que nos hacemos los remolones. En medio del puente han colocado una barrera para bloquear la entrada: llega un grupo de turistas que se quedan sin poder entrar; más tarde nos los encontramos ahogando sus penas haciéndose los machotes comiendo bichitos de todo tipo en un puestecito local. Unos monos acompañan la oleada final de turistas a la espera de pillar cacho alimentario de última hora. Es una estampa curiosa: puesta de sol y arcoiris a nuestra espalda mientras nos rodea un tumulto de turistas en dirección a la salida.












Los niños se han portado muy bien. Nos subimos al tuk tuk y nos vamos en dirección al hotel para un remojón en la piscina. ¡Se lo han ganado con creces!
Nos alojamos en el Angkor Paradise Hotel: nos ha salido bastante bien de precio, es muy lujoso, con habitaciones muy amplias, un excelente restaurante y una piscina que quita el hipo. La verdad es que son días algo durillos para los peques (no nos engañemos: a ellos las ruinas les interesan bien poco). Un hotel así simplifica bastante las cosas. Nos quedamos a cenar en la terraza del hotel bien fresquitos. Los niños disfrutan con la cena: pescado rebozado con patatas fritas y ketchup. Nuestro menú tampoco se queda corto. Se van a dormir rebentados ( como dice David, con R mayúscula ) pero muy contentos con la promesa que les espera un día más sencillo tal el tute de los 2 primeros días.



29 de junio de 2018

ANGKOR: EL CIELO EN LA TIERRA

¡Llegó el gran día! ¡Hoy empezamos a explorar las ruinas de Angkor!

Nos levantamos a las 07:00 am; no es un gran madrugón pero tampoco vamos a volvernos locos que vamos con niños y no estamos en Sri Lanka ( nos hicieron madrugar mucho para los safaris ).

Tras desayunar y preparar nuestro kit de supervivencia (agua, cámaras, guía de Angkor, gorras, gafas de sol, crema solar, repelente, toallitas, esterilizador de manos, manduca, paraguas, impermeables, uffff... ¡¿de verdad hace falta todo esto?) salimos a la calle. Tal y como nos imaginábamos en menos de un minuto nos abordan 3 conductores de tuk tuk ofreciéndonos sus servicios. Esta vez estamos muy interesados pues hemos planificado explorar las ruinas en este entretenido medio de transporte. ¡Los niños están entusiasmados! 


Se puede explorar las ruinas de muchas maneras: 
- con guía o sin; si lo vas a hacer sin, recomendamos estudiar un poquito los mapas y tener 4 nociones previas. 
- en coche, tuk tuk, moto o bicicleta. Nosotros lo hacemos en tuk tuk pues es un medio más barato que en coche y menos caluroso que en bici. No es muy caro.
- Hay diversos tipos de circuitos. De modo orientativo te recomiendan 2 circuitos diferentes: uno CORTO (pasa por Angkor Watt, Phon Bakheng y el edificio principal o Angkor Tohm) y otro LARGO que recorre los templos situados más al este. Con un tuk tuk tienes todo el día para realizar ambos recorridos y el chófer te espera a la entrada de cada templo el tiempo que tardes en visitarlos. Por el corto te piden 15 dólares y por el largo 17 dólares.
- en un sólo día o en varios días. Te ofrecen 3 tipos de tickets: de un sólo día, de 3 y de una semana. Escogemos el de 3 porque es el número de días que tenemos planificados para explorarlas. Te cuesta 62 dólares. Es importante saber que en el caso en que se prevea una estancia un poco más larga que la nuestra puedes gastar los 3 días en días no consecutivos dentro de una semana natural a la fecha de adquisición. El de 7 días cuesta 72 dólares.

En nuestro caso todo va rodado de un buen principio: nos ponemos rápido de acuerdo con el chófer y no hay cola para comprar el billete. En éste último caso lo tienen muy bien organizado pues hay colas para cada tipo de billete. Además, hace falta una foto de carnet que te hacen ellos mismos al comprarlas. Tanto Laura como David entran gratis. Olé!!

A las 09:00 am ya estamos dentro del complejo iniciando nuestro circuito largo. Escogemos como primera parada el enclave estrella del día: el TA PROHM. Construido en 1186 por Jayavarman VII, es un templo budista dedicado a su madre. Dos cosas llaman poderosamente la atención. La primera es su estado de conservación: aun mantiene su torres, patios cerrados y estrechos pasajes. La segunda es que las ruinas se hallan envueltas por una tupida vegetación y que numerosos árboles sobresalen por encima de las construcciones. Recorres sus pasillos con la boca abierta escuchando los sonidos de la selva y sin poder dejar de disparar la cámara de fotografiar sin descanso. Desgraciadamente (la felicidad total no existe) nos encontramos con 2 pequeños inconvenientes. El primero es que los niños deciden iniciar sus conatos de rebeldía ya en esta primera visita. Que si hace mucha calor ( tienen razón ), que si nos aburrimos, que si estamos muy cansados, ... Los despistamos un poco con la promesa de piscina por la tarde y haciéndoles participes de la visita tomando fotos o grabando vídeos. El segundo inconveniente es la llegada de una turba de turistas orientales muy ruidosos y maleducados. Toman los puntos clave del templo en tropel y no paran de hacerse fotos por doquier importunando a los demás visitantes. Pillamos a un par intentándose hacer una foto con Laura y tenemos que intervenir de inmediato (¡Qué morro! ¡Y sin pedir permiso! -nos dice Laura). Nos tenemos que esperar un ratito a que pasen todos. El guía que los acompaña, avergonzado, nos recompensa con reportaje un fotográfico a los pies de un espectacular árbol ancestral en medio de las ruinas. Terminamos la visita con más tranquilidad de la inicial. ¡Sólo la visita a este templo ya justifica el viaje a Siem Riep!










Tras esta intensa visita, hacemos un alto en el camino para refrescarnos tomando unos zumos (mango, limón y piña). Después seguimos con el circuito largo. La segunda parada es el TA KEO. Construido entre finales del siglo X y principios del siglo XII por los reyes Jayavarman V y Suryavarman I, estaba dedicado a Shiva. No se logró terminar pero pretende ser una réplica del Monte Meru. Se levanta 22 metros. No hay mucho que explorar; "sólo" hay que escalarlo. ¿Escalar? ¿Alguien dijo escalar? ¡Pero si tenemos a nuestras fierecillas entre nosotros listas para tomar las riendas del "asunto"! De repente los ánimos del grupo se disparan y empezamos a ver a David dándole consejos a Laura de cómo realizar la ascensión. La subida es progresiva por varios niveles de escalinatas hasta 2 plataformas superiores y la torre final central. A la primera llegamos con facilidad los 4. A partir de allí convencemos a Laura de no seguir (las escaleras son muy estrechas) y subimos por turnos con David en uno de ellos, que se porta como todo un escalador. La subida te quita el hipo en todos los sentidos y no lo digo sólo por las fascinantes vistas.¡El calor empieza a pegar fuerte!



La siguiente visita nos lleva al PREAH KHAN (Espada Sagrada): este templo también fue construido en 1191 por Jayavarman VII y éste lo dedica a su padre. El complejo es sencillamente ENORME: cubre 56 hectáreas. Está dividido en 4 murallas concéntricas. La primera está rodeada por un amplio foso. Al igual que el de Ta Prohm también está envuelto por una extensa selva y no se le queda atrás en espectacularidad todo y que sea menos famoso motivo por el cual tenga menos visitantes. A nosotros la visita nos encanta. Los relieves están muy bien conservados, tiene un sinfín de corredores bajos y estrechos y es uno de los templos más grandes de Angkor. Los niños empiezan a estar cansados aunque se portan muy bien. David se entretiene buscando bichitos. Nos viene a buscar emocionado por encuentra una enorme tela de araña en el altillo de una puerta con su dueño amenazador. Se queda un rato todo emocionado allí alertando a los turistas que pasan por allí de la presencia del peligroso ser arácnido. ¡Muchos se paran a fotografiarlo!


 




Después decidimos hacer un alto para comer. ¡Ya son las 13:30 pm! Nos paramos en uno de los muchos restaurantes para turistas que hay a pie de carretera a lo largo del camino. Limpieza dudosa, gatos y comida mediocre nos esperan. ¡Y no es barato! Pero que se le va a hacer... ¡Estamos explorando el reino milenario de Angkor y no es momento de andarse con remilgos! Además no hay nada que no pueda arreglar nuestro socorrido plato de fruta para los postres y las botellas de agua heladas.

Para la tarde reservamos la visita a 2 templos para completar el recorrido largo:
- primero pasamos por el PREAH NEAK POAN (templo de las nagas entrelazadas). Vuelve a ser obra de Jayavarman VII a finales del siglo XII. Es un templo diferente a los restantes pues las construcciones están diseñadas sobre unos estanques y hay numerosas representaciones animales. Lo más espectacular no es el templo en sí sino el camino para llegar hasta él: una larga pasarela sobre un lago te permite llegar hasta el recinto. ¡Es muy hermoso! Los niños están de muy buen humor y lo recorren delante nuestro "hablando de sus cosas".




- después pasamos por el templo PRE RUP: es muy similar al de Ta Keo. También tiene una estructura piramidal y simula de nuevo el Monte Meru. De nuevo hay que hacer un poco de escalada aunque aquí las escalinatas no son tan estrechas. Los niños vuelven a presentar una auténtico subidón y es que los 2 se lo toman como un reto. Esta vez no vemos mucho peligro y conseguimos subir los 4, Laura incluida ( no hemos podido hace fotos porque nos hemos quedado sin batería, claro).

La visita termina haciendo una breve parada para contemplar las vistas del estanque del SRA SRANG aunque estamos todos ya muy cansados. Son las 16:30 pm y sigue haciendo mucho calor. La buena noticia es que es el primer día que no nos llueve. ¡Y es que estamos en pleno Monzón!

¡La piscina nos espera!
Acabamos cenando en un buffet chino, sí, he dicho chino! Terrible. Ah, y no hemos necesitado ni la manduca, ni los paraguas, ni los chubasqueros!