3 de agosto de 2014

SOGNEFJORD

29 de Julio- 3 de Agosto del 2014

Hemos pasado en Kaupanger ( en Vesterland Fierepark ) 5 días con la intención de explorar el Sognefjord; uno de los fiordos del este de Noruega. Significa Fiordo de los sueños. ¿ Cómo resistirse ? 
Es difícil resumir todo lo que hemos estado haciendo estos días porque hemos visto un montón de cosas. Aún así nos vamos de aquí con la sensación de habernos dejado mucho por ver...
Estas son nuestras excursiones:

1. Lusterfjiorden: viaje en ferry, iglesia de madera de Urnes y Feïgefossen:

Una agradable sorpresa pues la visita al Lusterfjorden no es uno de los "highlights" de la región. Como nos hospedamos muy cerca de Kaupanger la verdad es que nos quedaba muy cerca y decidimos visitarlo. Se trata del ramal del fiordo que queda más al noroeste de Sognefjord. Hay que llegar al pueblo de Solvorn ( tras pasar por Sogndal ) y allí hay que embarcar en el ferry. La travesía en el mismo es de lo más bonito de la excursión porque el fiordo tiene forma de tijera y pasas justo entre ambos ramales. Las vistas hablan por sí solas. Aconsejamos viajar en coche para llegar a la cascada aunque no lo necesitas para llegar a la iglesia.


Puerto de Solvorn





En el Sognefjorden hay 4 iglesias de madera ( en Noruega, de al menos 1000 iglesias originales, todavía perduran 28 ). La de Urnes es la más antigua y más decorada y es la única considerada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Llegar hasta ella ya es una aventura por sí sola: hay que ascender una colina ( intenta evitar el coche porque la carretera es muy estrecha y se supone que pasan vehículos en las 2 direcciones ). Se tarda unos 15-20 minutos según el ritmo pero las vistas del fiordo a medidas que asciendes son espectaculares. Una vez arriba te quedas asombrado con la visita a la iglesia tanto por fuera como por dentro. Insistimos en que es la mejor conservada por dentro de todas. La entrada incluye guía de habla inglesa ( 160 NOKs ). Se  construyó en la 2ª mitad del siglo XI aunque la mayor parte de los elementos interiores son del siglo XVII. Laura hace la visita dormida en su manduca ( como de costumbre con el traqueteo de media mañana ) y David se muestra interesado aunque no puede reprimir ponerse a correr entre las tumbas al finalizar la visita. Ups!



Mientras la gente se queda por Urnes a comer o vuelve en el Ferry a nosotros se nos ocurre ir a ver la cascada de Feïgerfossen. Está a unos 10 kilómetros en dirección norte de Urnes pero la carretera es infernal: bien estrechita, con coches en ambos sentidos y lloviendo.
Cuando llegamos los niños estaban dormidos, así que decidimos que sólo subiera uno de los 2 ( le tocó a Fani ) mientras el otro ( Jordi ) se quedaba vigilando. Sólo tarda una hora en ir, volver y hacer las fotos de la cascada. Y tiene mérito, porque en realidad según el punto de información sobre el itinerario se suele tardar 1,5h. Por cierto, tampoco es que puedas llegar hasta el pie de la misma ( el mirador queda lejitos ).


La excursión termina con el viaje de regreso con el Ferry a Solvorn. Por el camino de vuelta, nos cruzamos con un motorista. Como el paso era muy estrecho paramos para que pudiera pasar a nuestro lado. Acabó derrapando y cayendo a la cuneta. Jordi bajó del coche para ayudarle y se quemó los pantalones con el tubo de escape. Casi no podían levantar la moto entre los dos. Finalmente lo consiguieron.

Aparece el arco iris justo cuando llegabamos al puerto..



2. Gudvangen - Flam: por agua, aire y tierra:

Nos lleva 2 días explorar el Naerofjorden. Este sí es el ramal "top" del Sognefjorden y es considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO

-Por agua: es imprescindible recorrerlo en uno de los muchos barcos que parten de Flam o de Gudvangen. Haces el trayecto una sola vez en una de las dos direciones y haces la otra  dirección en autobús. Es decir, puedes ir en barco y volver en bus o ir en bus y volver en barco  ( te lo incluyen en el precio - 360 NOKs ). Los cruceros son amplios y confortables y con diferentes cubiertas ( con sillas de plástico para sentarte donde quieras menos en proa y mesas para comer ).
Nosotros aparcamos el coche en Flam, cogemos primero el autobús y el barco desde el embarcadero de Gudvangen. Empezar por Gudvangen tiene el "inconveniente" de que empiezas por lo mejor ( el trayecto dura 2 horas ), el Naerofjorden en su vertiente más espectacular. Es difícil de describir ( de nuevo las fotos hablan por sí solas ) pero tienes desfiladero a ambos lados repleto de vegetación y con incontables cascadas de agua ( empiezas a hacer fotos y es un no parar ). David entra en crisis: se acaba de despertar y quiere salir del barco. Y encima estamos rodeados de coreanos que no paran de dar de comer a las gaviotas con lo que no resulta fácil hacer las primeras fotos sin que un mar de aves te la estropee. Luego la cosa se serena: a David se le pasa el enfado y los coreanos entran en los camarotes interiores a comer . La llegada al puerto de Flam también es muy hermosa.











- Por aire: toda una odisea pero otra experiencia igualmente recomendable es conducir hasta Aurland y ascender hasta el mirador Stegastein. Lo de la odisea viene porque de nuevo toca subir por una carreterita de montaña bien estrecha para los 2 sentidos de circulación a lo largo de aproximadamente 6 kilómetros. Lo de la experiencia viene porque las vistas quitan el hipo. En nuestro caso el mal tiempo en el momento de llegar al mirador sí empañó algo el momento ( de nuevo fuimos por turnos al mirador - el parking de coches está al lado - por estar los niños dormidos en el coche




- Por tierra: otro de los considerados "highlights" del Sognefjorden es subirse al tren de Flam, el "Flamsbäna". No se puede decir que sea un tren sólo para guiris porque también transporta pasajeros. Para todos el billete es carísimo ( 400 NOKs trayecto de ida y vuelta ) y son 2 horas de experiencia en total. Los billetes no se pueden reservar con antelación por Internet ( sólo grupos ) pero encontramos poca cola y hay sitio de sobras. El trayecto incluye 20 túneles y el tren logra ascender los 865 metros que lo separan de Myrdal. El ascenso es espectacular en términos de ingeniería ferroviaria pero las vistas no acaban de colmar nuestras expectativas. Quizá teníamos el "hype" demasiado alto por lo leído antes o sea cosa del mal tiempo tal vez. El tren sólo se detiene 2 veces durante el recorrido. La primera parada es sólo técnica ( la única estación con doble vía donde esperas el tren de bajada - o subida - para no toparte con él ) y es en la segunda ( Reinunga ) donde te puedes bajar del tren para admirar la Kjosfossen. Te ponen música y hay bailarines delante de las rocas de la cascada que te hacen una corta pero emocionante coreografía. Pero apenas te dan 5 minutos y ya te tienes que volver al vagón. En Myrdal apenas te dejan 10 minutos pero es una estación de tren. No tiene nada de especial... En todo caso David ( es un tren ) se lo pasa bomba ( y eso que son 2 horas ) y en el viaje de vuelta nos sentamos en una zona con ventana abatible por lo que conseguimos realizar fotos en marcha de gran calidad.








3. La cara norte: el Esefjorden, Balestrand y la Kvinefossen: 

Optamos por "regresar" a la cara norte del fiordo y viajar hasta la ciudad de Balestrand. Llegar allí en coche es simple: coges la 55 ( pasando por Sogndal ) hasta Hella. Allí embarcas en el ferry dirección Dragsvik. Una vez allí sigues la carretera hasta Balestrand. El viaje es espectacular en su última parte porque bordeas el final de un ramal del fiordo, el Esefjorden. La luz era ideal aquel día y el agua parecía reflejarlo todo.





Balestrand es un pueblo muy tranquilo, muy alejado del bullicio de Gudvangen o Flam ( mucho más turísticos ). Allí lo ideal es perderse un rato entre sus calles. En la visita destacan la iglesia de St. Olaf ( construida en 1897 ) y el Hotel de Balholm ( de 1877 y con unas impresionantes vistas del fiordo ). Nos paramos a comer en un restaurante local y podemos degustar por fin las meat balls ( un guiso de albóndigas típicas de la región muy tiernas y gustosas ). Al abandonar el restaurante nos encontramos un crucero atracado en el puerto y sus lanzaderas repletas de turistas abordando el pueblo. Nos da igual porque ya nos ibamos.







En el viaje de vuelta en coche nos recreamos con alguna panorámica y nos paramos a admirar la Kvinnefossen ( tras el ferry y ya pasado el pueblo de Hella ). Es espectacular y con mucha agua. El problema es que el acceso es complicado ya que se encuentra a pie de carretera ( pasan coches ) y no hay un mirador como tal que te permita apreciarlo con tranquilidad. Con los niños dormidos en el coche aparcamos a unos 50 metros y nos acercamos de nuevo por turnos ( esta vez no toca hacer excursión heroica ).




4. Iglesia de Borgund y pueblo de Laerdal:

Para llegar a la iglesia de madera de Borgund tienes que llegar a Laerdal y coger la E16 en dirección ya a Oslo. Data del año 1150. Su interior es muy sencillo: no tiene bancos ni adornos de peso y la iluminación se limita a varias aperturas pequeñas. Pero lo que la hace especial es su espectacular diseño exterior: toda de madera, con diferentes cubiertas y muy bien decorada ( destacan las cabezas de dragón en lo alto de la torre ). Llama la atención que el campanario esté aislado en un edifico aparte. La entrada nos cuesta 160 NOKs (como en Urnes ). En el edificio de acceso hay una exposición muy interesante sobre las iglesias de madera en Noruega ( vale la pena hecharle una ojeada ). David pinta mientras vemos la exposición.
Entraren la Iglesia es toda una experiencia; el olor a madera lo embarga todo. Es muy agradable.







En el viaje de vuelta nos paramos en Laerdal. Otra tranquila población del Sognefiorden que cuenta con bonitos edificios de madera de los siglos XVIII y XIX. Damos un pequeño paseo por la zona antigua. David no para de correr por todas partes pero no nos preocupa ( son calles peatonales, es domingo y el tráfico rodado es casi nulo ).




Reflexiones:
- Sobre el tiempo: no se puede decir que haya sido estupendo. Todos los días ha llovido y todos los días ha salido el sol. No nos ha sobrado la chaqueta. Teníamos la sensación constante de no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy por si mañana llovía más.
- Sobre el alojamiento: Vesterland en Kaupanger. Lo bueno: es un camping de cabañitas idílicas dispuestas en mitad de un frondoso bosque, con vistas a las montañas. El silencio por la noche era muy reparador. Los vecinos haciendo hogueritas para asar nubecitas era demasiado americano... a ver si va a aparecer el malo de scream...
Además tiene piscina y una sala de juegos para los peques enorme!!






Después de la sala de juegos...

Lo malo sin ninguna duda era la localización. Para ir a Flam o Gudvangen teníamos que coger cada día un ferry, además de cruzar el túnel entre Aurland y Laerdal ( 25km; un poco largo...). Y aunque la distancia hasta Flam es corta, perdíamos mucho tiempo. Visto de forma retrospectiva, lo mejor habría sido alojarse en Aurland.

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