29 de julio de 2014

EL TÚNEL MÁS LARGO DEL MUNDO

Madrugamos un pelín y emprendemos el viaje hacia las tierras del Sognefjorden

Lo primero que llama la atención es que, al tratarse de un viaje que se aleja de la costa, se sustituye el mar por praderas y montañas. Eso implica menos puentes y más túneles. David no deja de mirar por la ventana entusiasmado: ahora un túnel, ahora una vaca, ahora un tren, ahora otro túnel, ahora un puente, ahora un caballo. Y otro túnel... ¿Y cuántos van?

Es una jornada pesada. Dejamos Bergen y cogemos la E16 pasando por Voss en dirección a Flam. Al mediodía nos encontramos con una agradable sorpresa: Tvindefossen. Se trata de una cascada preciosa que se encuentra prácticamente a pie de carretera: la ves desde el coche y decides parar. Como el resto de coches y autobuses de guiris. Es muy llamativa porque accedes con mucha facilidad, tiene más de 100 metros de caída y es muy ancha. Nos quedamos maravillados con el lugar ( no estaba en nuestra hoja de ruta inicial ) y decidimos quedarnos a comer allí. Muy cerca hay un camping y nos quedamos en la zona de recreo del mismo ( una colchoneta hace las delicias de nuestros niños ) desde donde las vistas de la cascada también son excepcionales y con menos gente.

 
 
 
 
 

 
Proseguimos la ruta después. Pasamos por Gudvangen, Flam y Aurland sin desviarnos de la E16. No nos detenemos a explorar la zona para no perder más tiempo y porque ya tenemos previsto explorar el Sognefjorden los siguientes 6 días de viaje. Eso sí, conduciendo por la E16, es imposible que no desvie tu mirada hacia el impresionante Naerofjorden y sus aguas verdosas. Avistamos ya cruceros de paseo y uno grande de pasajeros anclado en Flam.

Tras atravesar Laerdal llega la segunda sorpresa del día. Se trata del Laerdalstunnelen, un largo túnel de carretera de 24.51 kilómetros. El túnel más largo del mundo.
El último eslabón en la nueva carretera principal que une Oslo y Bergen y sin conexiones de ferry y pasos de montaña difíciles durante el invierno. Se inauguró en Noviembre del 2000. Recorrerlo es toda una experiencia en sí. Ya os podéis imaginar a nuestro David: nos dice que le da un "poquito de miedo" pero no para de mirar a todos lados durante los cerca de veinte minutos que se tarda en atravesarlo ( tienes 80 km como límite de velocidad ). Está muy bien iluminado pero para evitar la sensación de claustrofobia o que te entre un sueño del copón. Están colocadas estratégicamente 3 cavernas o cuevas ( cada 6 km  ) con la intención de romper la rutina. De color azul y con luces amarillas en los bordes te proporcionan una visión refrescante y te ayudan a romper la monotonía del trayecto. 


Tras atravesar el largo túnel nos toca coger el único Ferry de todo el trayecto, el de Mannheller ( cortito y lo cogemos a la primera, por fortuna ). Después llegamos a Kaupanger donde paramos en el supermercado para hacer la compra para cinco días.

Finalmente tras más de 6 horas de viaje nos espera nuestro alojamiento en unas espaciosas y confortables cabañas del Vesterland Fierepark. Nos espera una cena sana ( y económica ) y un sueño reparador. Nos encanta este lugar.

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