23 de enero de 2011

MI AMIGA LA CUCHARA I


David tiene 4 meses y medio. Los niños con lactancia materna empiezan con las papillas a partir de los 6 meses, lo que es bastante  lógico si sabemos que la leche materna tiene todo lo necesario para alimentar al bebé en sus 6 primeros meses de vida. No es así con la leche de fórmula. Por éso, si optas por la lactancia artificial, debes empezar con las papillas a los 4 meses. Es lo que llaman diversificación alimentaria, una etapa fundamental tanto para el desarrollo de bebé como para su educación gustativa. Y como nosotros optamos por los biberones ya hemos tenido la primera experiencia con la cuchara, nuestra amiga.
Se empieza con las papillas sin gluten una vez al día. Además de las que puedas encontrar en la farmacia, existen opciones menos convencionales como las papillas ecológicas ( gracias Sandra por la bibliografía que aquí os adjunto ):

    http://www.olokuti.com/catalog/infantil-5/alimentacion-infantil-183/leches-184/
    http://www.nucer.es/index.php?cPath=72_74&osCsid=5d0004c93df57dd1ba0993245a7ff47a
    http://www.biomanantial.com/alimentos-ecologicos-alimentacion-infantil-c-21_37.html
    http://www.hipermercadonatural.com/alimentacion-dietetica-papillas-de-cereales-    c-133_258.html?zenid=s2ht94feg5sb249m6a10n7dp34
http://www.babybio.es/conseils.html

Los distintos sabores deben irse añadiendo de forma progresiva ( primero las papillas sin gluten y después las papillas de frutas menos alergénicas que son la manzana, la pera, el plátano y la naranja, también una vez al día ). ¿ Os acordáis de cuando probasteis una manzana por primera vez ?
El caso es que lo más importante es prepararlas bien; deben quedar lo suficientemente espesas como para poderlas dar con cuchara. Parece lógico, ¿ verdad ?, así que ni caso de lo que diga en la caja sobre cómo hay que prepararlas. 

La evolución no ha tenido en cuenta el detalle de la lactancia artificial. Con 4 meses los niños todavía no se mantienen sentados sin apoyo y no coordinan bien los movimientos de la lengua, de manera que empezar las papillas es todo un reto. Aún así, hay algo que hace que un niño sea capaz de hacer cosas que nosotros tardaríamos meses en aprender. El hambre también ayuda. 

Nos ha costado un poco dar con la cuchara ideal ( de Ikea ), ni demasiado grande ni demasiado pequeña, de plástico y con el mango con cierto grado de inclinación.

La verdad es que lo pasamos muy bien con sus primeras papillas. Es muy divertido ver cómo aprende casi sin darse cuenta y cómo en menos de dos días ( dos tomas en realidad ) ha pasado de succionar la cuchara como si fuera la tetina de un biberón a sorberla. 


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