15 de julio de 2018

HANOI: DE LA SABIDURÍA DE CONFUCIO A LA MAGIA DE LAS MARIONETAS

Como estuvo lloviendo todo el sábado y las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas, la verdad es que nos despertamos algo resignados. Nuestro objetivo es salvar el día de la manera más digna posible. No se nos olvida que estamos en Hanoi, la capital de Vietnam. ¡Y aquí hay muchas cosas que ver!
Al salir a la calle comprobamos que no llueve. Nos acercamos al lago HOAN KIEM a echar un vistazo. Está a escasos metros del Hotel. Nos encontramos con la sorpresa de que las vías están cerradas al tráfico  (será porque es domingo…) así que podemos recorrer la zona con total impunidad y sin ningún temor a ser atropellados. Las vistas del lago son muy hermosas y está rodeado de jardines. Son las 09:00 hrs y hay un ambiente de gente impresionante; y no sólo hablo de turistas. Nos encontramos con unos simpáticos niños que están haciendo un trabajo para el colegio: hacen diversas preguntas en inglés a los turistas que pasan por allí y después se hacen una foto con ellos para testimoniar que la encuesta está hecha. Una profesora se va paseando por allí para controlar. Nosotros contestamos un par de encuestas. Nos parece una forma muy ingeniosa de aprender inglés en las escuelas. Y nosotros también aprendemos. De echo, David y Laura escuchan con mucha atención. 

Enseguida vemos el templo de NGOC SON (el más visitado de Hanoi): está situado en una pequeña isla de la parte norte del lago. Para acceder tienes que cruzar un puente rojizo de estilo clásico vietnamita, el puente HUC. Tanto esa misma mañana como en nuestras visitas posteriores (estamos alojados justo al lado), veremos dicho puente atiborrado siempre de gente haciendo fotos. Una vez lo cruzas accedes a la isla: para visitar el templo te cobran 30000 dongs. Se recorre en un momento. Hay mucha gente local que viene a rezar o a hacer ofrendas. También vemos un grupo de budistas reunidos y “haciendo clase”.  Según la leyenda, a mediados del siglo XV, el Cielo envió al emperador Ly Thai To una espada mágica que él empleó para expulsar a los chinos de Vietnam. Después de la guerra, una tortuga dorada gigante tomó la espada y desapareció en las profundidades del lago para devolverla a sus propietarios divinos. De ahí viene el nombre de HO HOAN KIEM o lago de la espada recuperada. Tienen un pequeño templo dentro del recinto para adorar a la tortuga con una estatua a escala. Además, en un islote cerca del extremo meridional del lago, te encuentras la THAP RUA o torre de la tortuga (no se puede visitar pues no hay ningún puente para acceder a ella pero es bastante fotogénica). Intentamos explicar la leyenda de la espada, el emperador Ly Thai y la tortuga a nuestros niños; no demuestran demasiado interés, aunque más adelante algo despertará en ellos un interés desmesurado en la historia.






Después damos un rápido paseo por la zona y decidimos subirnos en un taxi para ir a hacer una de las visitas estrella en Hanoi: el VAN MIEU QUOC TU GIAM o TEMPLO DE LA LITERATURA. Lleva taxímetro: la carrera nos sale por 119000 dongs (¿es caro? ni idea). El tiempo está aguantando, pero ni rastro del sol. Eso sí, hace menos calor y se agradece bastante. La entrada cuesta 30000 dongs. Añadimos 50000 más y nos hacemos con una audioguía en castellano; la verdad es que el recinto bien se lo merece. Es bastante grande y la visita lleva aproximadamente 2 horas si la quieres hacer bien. Al estar amurallado, te aísla de los ruidos de la ciudad y te transporta a otros tiempos (es la misma sensación que cuando exploramos las tumbas reales o la ciudadela imperial en Hue). Fundado en el año 1070 por el emperador Ly Thanh Tong, está consagrado al gran maestro CONFUCIO (Khong Tu). La primera universidad del país se estableció aquí en 1076 y su objetivo principal fue enseñar e instruir en el confucionismo en la época feudal. Al principio el ingreso sólo estaba permitido a gente adinerada (futuros mandarines). Después de 1442 se adoptó un enfoque más igualitario y podían acceder a ella estudiantes de todo el país fuese cual fuese su condición siempre que aprobaran un examen regional de ingreso. La escuela llegó a albergar hasta 6000 estudiantes en su época de mayor esplendor.
El complejo se divide en distintas partes:
-          Sección Nhap Dao: tras atravesar el gran pórtico Van Mieu: una primera zona ajardinada con 2 estanques en los laterales y 3 senderos que discurren paralelos entre sí. Como siempre el central más ancho (por aquí pasaban las personalidades de alto rango cuando venían de visita) y los 2 senderos laterales más estrechos. Caminamos con los niños haciendo fotos (no hay mucha gente) y los niños muestran un gran interés en el funcionamiento de la audioguía.



-          Sección Thah Dat: accedes tras pasar el portón de 3 pilares del Dai Trung. Es muy similar a la primera sección con la salvedad que tienes enfrente el PABELLÓN KHUE VAN. Este pabellón es un auténtico símbolo de la ciudad y es una de las imágenes más representativas. El diseño es muy peculiar: una base abierta de 4 pilares con un primer piso rojizo techado con unos relieves imponentes. La base simboliza la tierra con el viento atravesándola. El primer piso es el cielo. Justo delante (siguiente sección) tienes el pozo de la Claridad Celestial: el agua. Como el Yin y el Yan, todo se halla en perfecta armonía.




-          El jardín de las Estelas de los Doctores: en 1484, el emperador Ly Thanh Tong ordenó que se erigiera una estela para registrar los nombres, lugares de nacimiento y logros de los eruditos excepcionales que pasaban por la escuela. A ambos lados del pozo se hallan 82 de las 116 estelas originales. Están techadas y cada una de ellas se alza sobre una tortuga (imagen que ya vimos en la pagoda de Thien Mu en Hue; las tortugas simbolizan la longevidad). Recorremos el recinto escuchando la audioguía por turnos; las explicaciones son muy interesantes. Te explican cómo eran los exámenes, cuáles fueron los alumnos más famosos y qué castigos recibían los que vagueaban o se saltaban las clases. También te explican cómo se decidió enterrar las 82 estelas durante los bombardeos americanos de la guerra para preservarlas. Años después, estas estelas constituyen todo un legado de la cultura y tradición vietnamita y son considerados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
-          Sección Dai Than: se accede a ella tras atravesar el portón Dai Than. Tiene un patio central y justo delante 2 edificios comunicados entre sí: el Bai Duong y el santuario Dai Thanh. Constituyen 2 templos cuya finalidad principal es la de adorar al maestro Confucio. Te encuentras una estatua en el centro del santuario flanqueada por 4 de sus principales pupilos y unas tablas que recuerdan sus principales materias impartidas. Te encuentras unas estatuas muy características de una grulla erguida sobre una tortuga: simbolizan la unión entre lo alto y lo bajo, lo seco y lo mojado, lo celeste y lo terrenal (el Yin y el Yan).







-          Finalmente accedemos a la última sección: la Thai Hoc. También tiene una plaza central y un bellísimo conjunto arquitectónico al fondo en muy buen estado de conservación. Primero te encuentras con el edificio Tien Duong que actualmente se emplea para exposiciones culturales y celebrar diversos actos. Tenemos la suerte de poder asistir a un pequeño concierto de música tradicional. Justo detrás tienes un edificio de 2 plantas, el Hau Duong. Puedes visitar las 2 plantas. La decoración es muy bonita. En el piso inferior tienes una exposición con los objetos personales de los estudiantes confucionistas, una maqueta a escala del complejo y la estatua del profesor Chu Van An, unos de los más famosos de origen vietnamita. En el piso superior tienes 3 estatuas de los emperadores que más influencia tuvieron sobre el recinto (Ly Thanh Tong, Lu Nhan Tong y Le Thanh Tong). Puedes acceder a la terraza exterior por una estrecha pasarela y admirar los techados de los edificios circundantes. Afuera también se visitan dentro de la misma sección la Casa de la Campana y la Casa del Tambor. Durante esta última visita nos sorprende un intenso diluvio que nos tiene retenidos algo más de 20 minutos en el pabelló de Hau Duong. Si os he de ser sinceros he de reconocer que la cosa tuvo su gracia: teníamos los niños tranquilamente sentados escuchando la audioguía mientras nosotros contemplábamos el espectáculo de la lluvia cayendo a través de los tejados. La imagen fue muy bonita y Fani no podía parar de hacer fotos.






No deja de llover, pero como amaina bastante cogemos los paraguas y como son casi las 13:00 pm decidimos ir a comer. Nos decantamos por uno de los restaurantes recomendados de la zona: el Nha Hang Koto Van Mieu. Un restaurante de varias plantas, con vistas al templo de la literatura. Nos atienden muy bien y nos damos un buen atracón; eso sí es bastante caro y nos supone un buen susto pero hay ocasiones que merecen la pena. Tienen un par de menús con primero, segundo y postre. Escogemos uno y nos ponemos las botas. A destacar el pescado aderezado en hojas de platanero y los pastelitos del postre. Los niños disfrutan con un buen plato de espaguetis boloñesa. No dejamos de mirar por la ventana: no diluvia, pero no para de llover.


Decidimos coger un taxi y volver al Barrio Antiguo: esta vez el mismo tipo de taxi y de nuevo con taxímetro nos cuesta sólo 74000 dongs. No acabamos de entender la diferencia en el coste con el primero si nos atenemos a que la distancia es la misma y que cobran por kilometraje (no por tiempo).
Cuando nos bajamos del taxi nos encontramos con la agradable sorpresa de que ha dejado de llover. Decidimos recorrer un poco el Barrio Antiguo de Hanoi. Para comenzar diremos que no tiene ni punto de comparación con el de Hoi An: ni rastro de farolillos, calzadas peatonales o comercios de artesanía. Bienvenidos a la cruda realidad: este barrio es puro comercio. Zapaterías, tiendas de ropa, tiendas de souvenirs, restaurantes y cafeterías, agencias de viajes, masajes y centros de belleza, supermercados. ¡Bienvenidos al Barrio Antiguo! Oleadas de motocicletas se te echan encima entre el laberinto de hoteles baratos, tiendas de artículos de imitación y vendedores ambulantes. ¿Y el romanticismo? ¿Qué es eso?
La mayor parte de edificios son “casas tubo”, así llamadas por sus estrechas fachadas y sus largas habitaciones, que surgieron para evitar los impuestos derivados de la anchura de la fachada. Sin ir más lejos, el hotel en el que nos alojamos presenta esta disposición. Hay una casa antigua que se puede visitar en el número 87 de la calle Ma May. Te cobran 10000 dongs y merece la pena. No es tan bonita como las que visitamos en Hoi An pero te dejan subir a la 2ª planta y así te haces una mayor idea de conjunto. Era una tradicional casa de mercaderes. Aunque austera, está decorada con habitaciones dispuestas en torno a 2 patios y mobiliario antiguo (incluye un altar familiar, una máquina de escribir -Olivetti- y unos braquitos de juguete). La cocina no tiene desperdicio. Pasamos un rato tranquilo con los niños (coincidimos con una familia de gallegos) antes de volver a sumergirnos en la selva exterior.






Descansamos una horita en el hotel y volvemos a salir a pasear por los alrededores del lago Hoan Kiem y sus jardines. Allí nos detenemos a tomar unas fotografías de la puesta de sol sobre el lago y David es animado por un simpático vietnamita a participar a un curioso juego: intentar encestar pelotas de bagminton en una diminuta cesta con un palo de golf. Nos reimos un montón. No deja de sorprendernos el carácter abierto y simpático de los vietnamitas. Y nos sorprende que David no sea tan introvertido como siempre.




Pero son casi las 18:30 hrs y no podemos entretenernos más. ¡Y es que tenemos entradas para asistir al THANG LONG WATER PUPPET THEATER o Teatro de las Marionetas Acuáticas de Thang Long! Hemos comprado las entradas por la mañana: 100000 dongs / adultos y 60000 dongs los de menos de 120 cms. La función es una auténtica pasada. No olvidemos que esta forma de arte tiene al menos 1000 añosde antigüedad. El escenario es una piscina que cubre hasta la cintura, Las marionetas, de colores resplandecientes, miden 50 cms de longitud y pesan 15 kg como mucho. Están atadas a un palo o dispuestas sobre una base flotante, a su vez atada a un palo largo y parece como si caminaran sobre las aguas. En efecto los palos no se ven. A los lados del escenario se sitúan los músicos y los cantantes. La función dura aproximadamente 45 minutos y consta de varias escenas: baile de dragones, siembra de arroz, atrapar ranas (muy divertido), pesca, un muchacho que toca la flauta a lomos de un búfalo, competición de regatas, baile de hadas o niños jugando en el agua. El espectáculo es fascinante por su originalidad y la música tradicional en directo. Nuestros niños se lo pasan en grande y disfrutan de cada escena. Y se ponen a reír y a comentar las marionetas en voz alta. ¡No sabemos dónde meternos! No están muy de acuerdo con el diseño del unicornio (aquí el unicornio chino o Quilín es muy diferente de la imagen que tenemos de él en occidente. Y flipan con la escena del rey Le Loi entregándole la espada mágica a la tortuga tras salir victorioso de la batalla: aquí es donde nos damos cuenta que sí se habían enterado de la leyenda que les habíamos explicado por la mañana durante la visita al templo de Ngoc Son. Hacemos alguna fotografia pero es muy difícil trasladar las sensaciones. ¡Lo mejor es venir y disfrutar del espectáculo!






Salimos del teatro y diuvio universal ¡!! Así que vamos a cenar al Restaurante Old Hanoi, donde ya nos conocen ( es la tercera vez que vamos ). Hoy nos regalan un plato de fruta de postre y nos hacen un descuento en la cuenta. Seguro que volvemos.

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