LOS CENOTES MÁGICOS DE DZINUP

Hoy es oficialmente nuestro último día en Valladolid. A 3km del pueblo están los cenotes de Dzinup ( X'Keken y Samulá ). Como están relativamente cerca y no queremos pasar calor, decidimos coger un taxi.

El cenote de X'Keken tiene supropia leyenda. Fue descubierto por un campesino, que al salir en busca de si cerdo, lo encontró aquí. X'Keken en maya significa cerdo.

Después de comprar la entrada, nos decidimos por ir primero al de X'Keken. No por nada en especial, pero es que el  nos recomendó el guía del cenote porque en ese momento, no había nadie más. X'Keken es una caverna subterránea. Descendemos por unas escaleras de piedra. Al final nos sorprende una enorme caverna. Las paredes de piedra esconden bajo su superficie cristales de cuarzo. De hecho, en algunos tramos se ve como brilla el mineral garcias a la acción de algunos turistas graciosos que no han sabido respetar el lugar. Al principio no sparece muy oscuro pero a medida que avanza el tiempo esa sensación desaparece. En el techo hay murciélagos. Hay peces en el agua y un par de cuerdas para poder sujetarte cuando nadas. Efectivamente, no hay nadie más. Al cabo de un rato llega una pareja y un par de turistas más. Ya está. El agua está fría y Laura no quiere meterse.

X'Keken

Laura imitando a su hermano; lo hace contínuamente : )

Entrada a X' keken

Nuestro segunda cenote del día está justo al lado de X'Keken. Es el de Samulá. Para acceder a él también se baja por unas escaleras de piedra. Es ente las formaciones rocosas de las paredes no son tan espectaculares. El cenote en sí es impresionante. A cada minuto la luz cambia y también la claridad del agua. Los murciélagos no se asustan y las raíces de un árbol descienden por un agujero desde la superficie.
Las fotos no le hacen justicia en absoluto pero para que os hagáis una idea:

Entrada a Samulá

Samulá

Después de nadar en estos cenotes mágicos nos volvemos a Valladolid. Visitamos por fuera el Monasterio San Bernardino Sisal ( bastante deteriorado ) y comemos genial en el Restaurante el Jardín de los Frailes: filete de pescado con hoja de plátano, zumo de chaya y camarones...mmmmm

Durante la coida cae un chaparrón impresionante que aprovechamos para relajarnos y tomar un café. Cuando para aprovechamos para volver a casa dando un paseo. 

Nos despedimos de Casa del Ángel, en el que a pesar de ser un alojamiento muy modesto nos ha hecho sentir cómodos. Jesús ha sido con nosotros un anfitrión ejemplar. Nos ha gustado especialmente el jardín, donde los peques se lo han pasado genial buscando piedras de color azul, lagartijas y caracoles.