20 de agosto de 2015

EL TIBURÓN BALLENA NO ESPERA

19 y 20 DE AGOSTO DEL 2016
Versión de Jordi:

Momento cumbre del viaje. Auténtico “must”. Así es como vemos la visita al Tiburón Ballena. Por dicho motivo nos vinimos con el Tour de nado contratado desde nuestro país (con Internet puedes conseguirlo casi todo) con la compañía Extreme Holbox. Muy sugerente, ¿ verdad ? 

Adelantar que la época de avistamiento del tiburón ballena va del 15 de Mayo al 15 de Septiembre. Por este motivo empezamos el viaje por Holbox: para no apurar con las fechas no fuese que se marchase antes de lo previsto y nos quedáramos con un palmo de narices.

Aclarar en primer lugar que el tiburón no está en Holbox. Y, como es bastante obvio, no lo puedes ir a ver tu sólo por tu cuenta. Se encuentra en un área protegida y el acceso está controlado ( Yum Balam ). Sólo puedes ir en un tour guiado. La entrada al parque cuesta 30MN y te la coran en el muelle. Te llevan a Cabo Catoche: es un golfo cuya profundidad no supera los 20 metros y donde los tiburones se alimentan durante estos 4 meses.

Todos los Tours parten del muelle de la playa de Holbox a las 07:00 am. Nos espera un buen madrugón. Lo hacemos por separado porque no es una actividad que se pueda realizar y menos disfrutar con niños muy pequeños. Jordi lo hace el día 19 y Fani el 20.

Cuando digo que el Tiburón Ballena no espera pues significa eso… Que no espera. Nos dijeron que vendría un taxi a recogernos al hotel. Fatal error esperarlo: a parte de que llega con 10 minutos de retraso, cuando Jordi sube el auto ya no arranca (vaya gafe!). Resulta que con toda la lluvia del día anterior y los abundantes charcos se ha mojado parte del mecanismo que permite arrancar (no somos mecánicos). Tras intentar en vano repararlo in situ, el conductor insta a Jordi a dirigirse al embarcadero. Ya os podéis imaginar al chaval corriendo como un poseso por la playa ante la incredulidad de los paseantes (pocos a esas horas). Consigue llegar a las 07:15, justo a tiempo para embarcar (todo el grupo estaba esperando en el muelle). Sin tiempo para respirar se abonan los 30 pesos que vale la autorización para entrar al parque y la embarcación se pone en marcha. El tiburón ballena no(s) espera

Llegar al Cabo Catoche supone una hora. Durante ese tiempo te dan las gafas de buceo, el tubo de snorkel, las aletas y el desayuno: UNA PERA.  ¿ Mola verdad? Después el guía marino te explica que NO podrás tocas el tiburón, que NO podrás acercarte a menos de 2 metros, que NO podrás sumergirte bajo el agua y que tienes que llevar puesto el chaleco salvavidas. Si no cumples te expulsan (como en Gran Hermano). Tienes 2 únicas opciones de nado (hay 10 turistas en la lancha y bajan de 2 en 2 con guía vigilando). Mola mogollón…

Cuando llegamos al lugar nos sorprenden 2 cosas: la primera es que el lugar conocido como Cabo Catoche es mar. No hay nada más. Solo agua. Lo segundo es que hay un MONTÓN de aletas por encima de la superficie. Aletas… de TIBURÓN BALLENA. La mayoría al cabo de un rato levantan la cabeza por encima del nivel del mar y abren su inmensa boca para comer. Es sencillamente espectacular. Son grandes y se ven muy bien desde la lancha. Entonces llega el momento del nado. 

Hay problemas con la segunda pareja: mientras el capitán hace marcha atrás para acercarse a los nadadores surge del fondo del mar un Tiburón Ballena por la popa y se produce un tremendo choque. La lancha se para en seco y comprobamos que de un aletazo ha saltado la manguera de un motor y se vierte todo el aceite en el agua. 

Un desastre! Afortunadamente al Tiburón Ballena no le ha pasado nada y sigue nadando como si nada. Por un momento viendo el apuro del capitán pienso que la aventura se va al traste. Pero sólo por un momento. El Tiburón ballena no(s) espera.

Te sientas en el borde la lancha con las gafas y las aletas puestas y te esperas a que el piloto se acerque a uno de los escualos. Cuando llega nadando de frente te tiras al agua y nadas como un poseso hacia él. Imaginaos la emoción del momento: sentados en la lancha a la espera mientras lo veis llegar…






Pero como he dicho antes el Tiburón Ballena no espera… Una vez en el agua, nada de ponerse bien las gafas o el tubo, o nada de coger la cámara y prepararse para enfocar… Y una leche! Como no nades a toda pastilla el Tiburón se las pira y se acabó lo que se daba. En la primera bajada de Jordi el compañero de nado golpea al Tiburón con una de sus aletas por error y éste cambia la trayectoria de golpe. Para evitar tocar al animal Jordi se queda como suspendido (y conteniendo la respiración) mientras éste pasa justo por debajo. Brutal. La segunda es más tranquila: el Tiburón se sumerge unos 5 metros y lo puedo seguir un buen rato (calculo que un minutillo) por encima. Verlo nadar es una pasada. Cuando te cansas te quedas viendo como se aleja con su cadencioso y silencioso aleteo de la cola.

Tras esta espectacular aventura (dura alrededor de casi 2 horas), el Tour te propone 3 paradas más:

- En la primera te llevan a snorkelear en Isla Contoy. La profundidad es de 5 metros. Vemos un poco de coral, bancos de peces y hasta un pequeño pulpo. No es nada espectacular pero sirve para refrescarte y quitarte el gusanillo de no haber podido bucear antes. Lo más curioso es que el agua está caliente en la superfície pero a la que te sumerges un poquito está congelada.

- En la segunda te llevan a una zona conocida como Río de Santa Paula: es un paraje espectacular donde el mar  y la costa se entrelazan con ríos de mar salada que se adentran en la tierra. Allí te dejan pasear un rato: vemos pelícanos y peces gato y aguja. Después te obsequian con un delicioso ceviche preparado en el mismo barco. Delicioso. A tener en cuenta: es pescado crudo!






- En la tercera, ya volviendo con la lancha, nos detenemos en Punta Mosquito donde vemos flamencos. Durante el regreso nos damos cuenta de lo extensa que es la isla.



Una vez en el muelle ya desembarcados llega la parte más dura de nuestra aventura: regresar al aparthotel caminando por la playa bajo un sol abrasador del mediodía. Antes pasamos por el supermercado para abastecernos de abundantes líquidos para el trayecto (aproximadamente 20 minutos).

Versión de Fani (la flaca española del grupo):

Yo tuve más suerte. No llegué tarde porque no esperé al taxi y salí caminado tranquilamente hasta el muelle. De desayunar me dieron un sandwich de jamón y queso. Vimos delfines durante el trayecto y una manta gigante que casi me dió más miedo que el tiburón. La primera vez que me tiré al agua nadé con tres tiburones a la vez. El guía de un empujón casi me tira emcima de ellos. La sensación fue absolutamente increíble. No chocamos con ninguno de ellos. La música que nos acompañaba fue la de la peli de tiburón (toque humorístico del capitán ). Y el grupo con el que fui fue muy respetuoso con el animal. 
La verdad es que esperábamos aun montón de lanchas motoras persiguiendo a los pobres tiburones y no fue así. Yo coincidí tan solo con dos más y estaban a una distancia importante. 

Mientras uno hacía el tour,el otro se quedaba con los peques en la piscina del hotel ( que podemos considerar era nuestra piscina privada, ya que no había nadie más en el hotel ).   




Así acaban nuestros días en Holbox. A modo de consejos prácticos ( todo lo demás son filosofadas personales y anécdotas ): 

- Si quieres conocer la Isla alquila un carrito de golf. Los taxis, aunque baratos, no abundan, no tienen prisa, no son puntuales y no siempre contestan al teléfono, aunque puedes intentar que el taxista te de su teléfono personal. No tienen un teléfono de la compañía.

- Crema solar biodegradable: no es imprescindible, pero existe. Cuando te explican que cada año 6 toneladas de productos tóxicos relacionados con las cremas solares van a parar al mar, tomas conciencia de la importancia del asunto.   

- Si quieres hacerte tu propia comida ( especialmente útil si viajas con niños ) pregunta a los lugareños. No hay carne ni pescado en los supermercados. Estás en una isla, no en Marina d’Or. De todas formas se come genial en los bares/ restaurantes por un precio muy asequible. 

- No te dejes el repelente de mosquitos porque te van a acribillar.  

- Si quieres tranquilidad no tengas prisa y dispón de todo tu tiempo. Estás de vacaciones. Y esto es el caribe.

- Llegar a la Islaes fácil. Los ferrys salen con frecuencia desde el muelle de Chiquilá. El pasaje cuesta 100MN ( unos 5e ) y los niños no pagan. El bus desde cancún de la compañía Mayab es de segunda; eso aquí significa que para muchas veces para recoger a la gente, significa que te pueden vender refrescos y frutas, significa que algunos pasajeros pueden viajar de pie y significa que te pueden robar el equipaje, incluso el que subes contigo al autobúa. Así que cuidado.  Si vas a cogerlo intenta comprar el billete en la estación de autobuses de Cancún como mínimo un día antes. 


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