El barco de Grimaldi sale a las 22:30h. Hay que estar en el puerto dos horas antes para coger el boarding pass ( hasta aquí fácil ) y subir el coche al barco.
En resumen:
En resumen:
- Podríamos obviar el hecho de que no nos dejan ir a todos juntos en el coche. Bueno, nos encontraremos en la cabina del barco. Parece fácil. Así que después de deliberaciones no demasiado profundas decidimos que Jordi y David embarquen por la puerta de pasajeros, mientras que Laura y yo esperamos en el coche.
- Podríamos obviar las dos largas horas de espera ( Laura tiene dos años y una paciencia que me parece infinita si tenemos en cuenta las circunstancias ).
- Podríamos obviar ( y eso que yo ya se lo advertí al mozo del chaleco amarillo que comprueba los datos del coche ) que el papelito de identificación que enganchan en el parabrisas saliera volando.
- Podemos incluso obviar que cuando por fin estoy a punto de embarcar, deciden que primero pasen los camiones, que no son pocos.
- Lo que no podemos obviar es que un poco más y me mandan a Tánger. Menos mal que soy muy observadora y me doy cuenta de que voy en dirección opuesta a mi barco y me quejo a tiempo.
Al llegar al parking piso cinco, empieza en periplo de encontrar la cabina 8065. Los pasillos me recuerdan un poco a la película de El respalandor pero por lo demás la Suite Junior resulta cómoda y bastante espaciosa. Además incluye el desayuno.
David está superemocionado y Laura no para de decir que es un barco pirata.
Salimos a las 24h, aunque la hora prevista de salida eran las 22.30h. No importa. Ya estoy dentro. Cenamos en el camarote y dormimos como angelitos.
Al día siguiente la cola del desayuno es enorme, así que decidimos pedir cafés en una de las cafeterías y preparamos nosotros nuestro desayuno. No ha sido mala idea llevar una nevera con cuatro cosas por si acaso. El resto de la mañana disfrutamos de un paseo por el barco y de las vistas desde la cubierta.
Encontrar el coche y salir del muelle es bastante fácil y rápido si lo comparamos con la salida desde Barcelona.
Por fin estamos en Cerdeña!
Al llegar al parking piso cinco, empieza en periplo de encontrar la cabina 8065. Los pasillos me recuerdan un poco a la película de El respalandor pero por lo demás la Suite Junior resulta cómoda y bastante espaciosa. Además incluye el desayuno.
David está superemocionado y Laura no para de decir que es un barco pirata.
Salimos a las 24h, aunque la hora prevista de salida eran las 22.30h. No importa. Ya estoy dentro. Cenamos en el camarote y dormimos como angelitos.
Al día siguiente la cola del desayuno es enorme, así que decidimos pedir cafés en una de las cafeterías y preparamos nosotros nuestro desayuno. No ha sido mala idea llevar una nevera con cuatro cosas por si acaso. El resto de la mañana disfrutamos de un paseo por el barco y de las vistas desde la cubierta.
Encontrar el coche y salir del muelle es bastante fácil y rápido si lo comparamos con la salida desde Barcelona.
Por fin estamos en Cerdeña!
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