27 de julio de 2014

ENTRE STAVANGER Y BERGEN: AGUA


Nos toca viajar de Stavanger a Bergen. Es nuestro primer viaje "serio" con nuestro coche de alquiler (un Skoda Octavia ). Consultamos el GPS: 200 kms. Parece sencillo...

De inicio nos encontramos con obras en la E39 por lo que no podemos seguir la ruta indicada por el GPS. Tenemos que improvisar porque la señalización es algo escasa. El primer contratiempo

El gran problema de la travesía es que gran parte de la ruta debe superar uno de los elementos de la naturaleza más poderosos: el AGUA. Y lo hace de 3 formas:

- con puentes (espectaculares).
- con túneles: son largos y descienden bastante bajo el nivel del agua (lo notan nuestos oídos). Para hacerse una idea los hay de más de 8 kms. David disfruta con todos y cada uno de ellos: cuando está dentro de uno nos dice que le dan un poco de miedo pero nada más salir ya nos pide coger el siguiente.
- con Ferry: nos toca coger dos. Son un poco rollo porque te retrasan bastante pero por suerte está bien organizado lo de entrar y subir. Dentro puedes bajar del coche y recorrer el barco: ir al lavabo, tomar un refresco o tentempié o subir a cubierta a tomar el aire.
No se pagan peajes como tal pero subir a ambos Ferrys (se paga antes de entrar) nos cuesta la friolera de 500 NOKS (más de 50 euros así que ojito con el tema...).
Los menores de 4 años van gratis.





Visto lo visto no nos desviamos de la ruta para no demorarnos más y comemos en una estación de servicio por el camino. El tema también es bastante rollo porque aunque te venden comida (nada de menú, sólo bocatas) no tienen mesas dentro y no se suele encontrar mesa libre y sin sol fuera del recinto. Comemos aparcando el coche al lado de una escalera pero aparecen unas abejas muy pesadas que no nos dejan tranquilos ni un instante...y decirle a tu hijo que no se asuste cuando tú corres como una loca no es un buen ejemplo...

Por la tarde, a falta de unos 50 kms va y se pone a llover para acabar de rematar el viaje. Llegamos a Bergen tras unas 6 hrs de recorrido y con los 2 niños dormidos. Aunque estamos en un aparthotel en pleno centro nos encontramos los supermercados cerrados y nos toca cenar fuera (otra vez nos clavan - aquí comer de restaurante es un auténtico lujo - y eso que sólo vamos con agua y sin postres. Eso sí el salmón lo cocinan muy bien y David se estrena con una "fishkekake": hamburguesa de pescado ).

La puesta de sol en el puerto de Bergen lo compensa todo.

 
 

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