21 de julio de 2014

ESTOCOLMO

21 de Julio del 2014

Por fin estamos de vacaciones! Nos espera un viaje emocionante. 
Esta vez nos hemos decidido por Noruega. Pero todavía no os lo podemos contar, porque estamos en Estocolmo, desde donde pensamos volar a Stavanger, nuestra puerta de entrada a Noruega.
Como siempre no hay mucho que contar del  primer día. 
Autopista, aeropuerto de Barcelona, parking de larga estancia ( por cierto; oferta del siglo: 19 días por 64e ), vuelo low cost con vueling y casi 8h después ( cuento desde que salimos de casa ) llegamos a esta curiosa ciudad. La llaman la ciudad de las Islas. ¿ Cómo resistirse a venir ?

A destacar del vuelo: se retrasó 30 minutos. Eso no es ninguna novedad. Lo increíble fue que todos nos quedaramos dormidos ( los 4!!!!) un buen rato. Podría parecer algo normal, pero os aseguro que desde que viajamos con niños no lo es. 

En Estocolmo decidimos coger el bus de la compañía Flygbussana, que en 40 minutos te planta en la estación central. Puedes comprar el ticket en el aeropuerto o en el mismo  bus. Es dos veces más barato que el tren, aunque un poco más lento. 
La verdad es que el Aeropuerto de Arlanda está muy bien comunicado. 

En la Estación nos encontramos con Alex, nuestra amfitriona y casera. Alquilamos su apartamento vía Airbnb. Una web que ofrece muchas posibilidades. Su inconveniente: te cobran al reservar, independientemente de si el inquilino acepta o no la reserva. Si en el plazo de 24h no te contesta o deniega tu solicitud, te devuelven el dinero unos días más tarde...

El apartamento está a las afueras, pero hay una parada de metro muy cerca y, lo mejor de todo, un super que está abierto hasta las 23h ( y para nada es el típico badulaque ). Lástima que aquí no sepan qué son los churros, orque abren a las 7h...

En la estación de tren, maletas, carro y niños a cuesta, decidimos coger un taxi para llegar al apartamento, aunque una vez aquí, nos hemos dado cuenta de que en metro es muy fácil. Nos lo apuntamos para la vuelta, que nos ha costado 40e!!

Entre una cosa y otra, conseguimos cenar a la española: tortilla francesa con jamoncito serrano ( en la maleta cabe de todo si te organizas bien ) y sopa de sobre.

La sensación de estar viviendo en casa de alguien con todas sus pertenencias es muy curiosa. El piso está lleno de cachibaches. Todo un mundo para que Laura explore. Ufff.
Hemos llegado a la conclusión de que Alex y su compañera de piso son unas superfriquis de la guerra de las galaxias. Más que Jordi y  Sebas. Mucho más. Desde una alfombra de Darth Vader, a unos auriculares, figuritas y un puzzle de miles de piezas, y por supuesto, alguna foto que otra enmarcada... esto parece una tienda de souvenirs!!

Son las once y empieza a anochecer...

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