28 de julio de 2014

BERGEN

Estamos en el aparthotel Incity de Bergen; muy céntrico. Perfecto.
Disponemos de una pequeña cocina, lo que pensamos que abaratará un poco nuestra estancia aquí, la ciudad con el IVA y el IRPF más altos de Europa.

vistas des del hotel
El cielo está encapotado, así que cogemos nuestros chubasqueros por si acaso y salimos directos al funicular de Floibanen, inaugurado en 1918, y que sube hasta los 320 metros de altura para tener una de las panorámicas más conocidas de la ciudad.
Desde allí las vistas son impresionantes.


 
 


David está superemocionado!
Empieza a llover a raudales, así que decidimos bajar de nuevo. Cuando llegamos a la entrada del funicular, donde decenas de cruceristas hacen cola para comprar sus entradas, deja de llover.

Paseamos por las calles del centro un rato.
Nos sorprende ver las largas colas del MacDonalds

Finalmente decidimos ir al mercado de pescado ( Fisketorget ), cerca del puerto, en la zona de Bryggen. Lo típico es señalar la pieza que quieres para que te la cocinen y comertela en las mesas de los puestecillos. Nosotros pedimos bacalao y salmón y nos lo llevamos al aparthotel. Con los peques no se come tranquilo en la calle...Nos sorprende ver a españoles y catalanes vendiendo pescado en algunos de los puestos.



También compramos moras,  frambuesas, fresas y arándanos. Todo es sumamente caro!
En algunos puestos venden productos típicos de la zona: caviar de cangrejo, ostras, marisco, fiskekakes ( hamburguesas de pescado ), ballena, embutido de arce o reno...muy curioso. No me hace especial gracia pensar en que pueda ser relativamente fácil comer ballena...




Comemos en el aparthotel. Llueve otra vez, pero no nos desanimamos y aprovechamos el primer claro de la tarde para volver a salir. Vagueamos por el lago artificial que hay cerca. David persigue a las palomas como un loco. No sabemos de dónde saca tantísima energía.


 
 
 
 
 

Más tarde exploramos el puerto con sus famosas casas de madera en Bryggen, declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco.La verdad es que se conservan muy bien. Albergan locales turísticos; restaurantes, tiendas de souvenirs, cafeterías y panaderías. Curioso...

 
 

Y finalmente merendamos bollería típica, la Skillingsbolle: los niños estan encantados!


 

Al final del día repetimos funicular. Aprovechamos que no llueve para darnos un capricho.
Mañana nos espera un largo viaje hasta Kaupanger, nuestro próximo objetivo.


 
 

No hay comentarios: