25 de julio de 2013

LA GINCANA

Hoy nos ha tocado poner el despertador para coger el tren. Nos vamos a Bruselas. La verdad es que no me apetece demasiado, sobre todo después de haber estado tan bien aquí. Hemos estado tranquilos. El hecho de alojarnos en el centro nos ha permitido hacer todas las comidas en casa y también descansar del calor que hace.Y David ( Laura es todavía muy pequeña ) se lo ha pasado genial. 

 

Como no está muy lejos vamos caminando. Cogemos el tren hasta la estación central de Bruselas y desde allí un taxi hasta la plaza de Fernand Coq ( el taxista no sabe llegar a la dirección del apartamento ). Llamamos a una tal Madamme Charlotte que se suponía nos esperaría con las llaves. En lugar de eso, nos dice que está muy ocupada y nos manda un msn con el nombre del super donde nos deja las llaves dentro de un sobre. Finalmente, coseguimos llegar. 
Estamos a unos 20 minutos del metro, bastante lejos del centro ( en google maps nos pareció más cerca ). Apartamentos Ze Agency se llaman. Tenemos un sofá cama y una habitación con una cama de 135cm bastante incómoda, pero nos alegra tener lavadora, cafetera ( más tarde descubrimos que no funcionaba ) y wifi gratis. La entrada es como una película de Indiana Jones. Las escaleras empinadas y estrechas. Un peligro para David y para Jordi, que carga las maletas con esmero.

Comemos en un restaurante de la plaza y cogemos el metro para ir al centro, en concreto a la famosísima Grand Place ( adornada los años pares con una espectacular alfombra de flores ). Está abarrotada de turistas. David duerme en su carrito. Y Laura también.

La plaza es realmente espectacular. Hay gente sentada en el suelo solo contemplándola. Disponemos de un pequeño mapa que nos sirve para encontrar al que es el icono de la ciudad, el Manneken Pis ( que no es más que un niño haciendo pis ). 

 
 
 

 
 

Enseguida nos hemos dado cuenta de que el rollo  de Bruselas es muy diferente al de Brujas. Y aunque llegar hasta aquí ha sido como una gincana nos vamos a dormir con la convicción de que nos iremos sin visitar museos ni parlamentos.

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