27 de julio de 2013

EL ATOMIUN: UNA NAVE ESPACIAL PARA DAVID

Nos despertamos otra vez con un chaparrón de agua. Pero es nuestro último día en Bélgica y no estamos dispuestos a perder el tiempo. Decidimos cubrirnos con nuestros chubasqueros y salir a la aventura.

Nos subimos al metro ( ahí no te mojas ) y nos bajamos en la parada de Heysel ( línea 6 ). Ahí nos espera el Atomium con sus 9 mágicas esferas. Le decimos a David que vamos a explorar una nave espacial y nos sigue entusiasmado. Encontramos poca cola ( será por la lluvia ). La entrada cuesta 11 euros por adulto. Los niños y marcianos suben gratis.

 
 
 
 
 
 
Lo primero que hacemos es coger el ascensor central y subir a la esfera más alta. Está organizada como un mirador circular ( similar a la Torre Montparnasse de Paris aunque menos espectacular ). Mientras vas dando la vuelta tienes unas preciosas vistas de Bruselas. Después bajamos y completamos el resto del recorrido: se pueden visitar otras 4 esferas. Las dos que más nos han gustado son:
- la primera: hay una exposición sobre el diseño y construcción del monumento para la Exposición Universal de 1958 con interesantes referencias históricas de la época.
- la tercera: a oscuras y con un bellísimo espectáculo de luz y sonido. A David le ha dado un poco de miedo y me lo he tenido que llevar en brazos ( creía haber visto un marciano… ).
También nos han gustado las escaleras mecánicas entre esferas con una ambientación futurista de lo más chula.

Tras la visita nos ha sorprendido de nuevo la salida del sol. Otra vez el calor!
Despues de la visita al Atomun hemos ido al Bru Park ( justo al lado ) que es un gran centro comercial ( recuerda el Maremagnum o Diagonal Mar en Barcelona ) donde hemos comido bastante bien aunque caro.
Lo interesante del Bru Park nos esperaba tras la comida: el Mini Europe. Una Catalunya en miniatura pero a lo grande. Allí están representados edificios emblemáticos de todos los países de la Unión Europea. Es imposible no sentirte identificado con la gran mayoría de ellos ( especialmente con aquellos que has visitado alguna vez ). Eso sí también de das cuenta de lo mucho que te falta por visitar y lo grande que es Europa.
David se lo ha pasado genial corriendo de una atracción a otra y apretando todos los botones de cada una de ellas: unos hacían sonar el himno del país, otros ponían en marcha una fuente, un molino o un carrera ciclista y no digamos nada de los barcos o trenes que se ponían en marcha!
El recorrido es más largo de lo que nos imaginábamos inicialmente y casi nos hemos pasado toda la tarde ( hemos aprovechado para merendar a media visita ).

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Tras la visita damos un paseo tranquilo por los alrededores del Atomium: hay un parque que pretende emular al de los Campos Eliseos de Paris. Se nota que es un sábado de mes de Julio: nos topamos con un montón de domingueros, una boda y hasta un concierto de verano al aire libre. David no duerme en todo el día ( emocionado y sin parar de mirar a todos lados ). Laura también se porta muy bien: la visita al Mini Europe la hace sentada en la silla de David sin rechistar excepto cuando quiere teta. Mamá Fani encantada.

Una vez más viajamos pensando en nuestros peques, especialmente David. Volvemos al apartamento para cenar tranquilos. Ésta es nuestra última noche.

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