22 de julio de 2013

LA NOCHE DE BRUJAS

Nos hemos despertado con energías renovadas, así que salimos a hacer la compra para los próximos días. No hay mucho para escoger en el super más cercano pero nos las ingeniamos bien.
Después de desayunar en el apartamento decidimos dar un paseo por el centro. Básicamente la plaza de Markt ( el centro neurálgico de Brujas ), Burg y alrededores. Es fácil vaguear por estas calles sin aburrirse. En las horas punta hay un montón de turistas y puede llegar a agobiar un poco. Digo sólo un poco porque no es nada comparado con ciudades como Roma, Paris, Venecia o la misma Barcelona. De todos modos, el contraste es enorme si te aventuras en horarios no habituales especialmente al atardecer o durante la noche. Es entonces cuando tienes la sensación de que la ciudad es como dicen, un cuento. Mires donde mires encuentras rincones misteriosos y románticos.
El recorrido matutino finaliza con unas patatas fritas en un puestecito de Markt ( están estupendas si te das prisa y no dejas que se enfríen ) y no te digo nada si la acompañas de una cerveza local bien fresquita; que es la bebida nacional de Bélgica ( se calcula que en todo el país se fabrican hasta mil tipos distintos )

David se lo pasó genial viendo los carruajes cargados de turistas y los canales llenos de barcas.  No nos arrepentimos de haber traído el carrito de paseo de David. Hacía meses que ya no lo usábamos porque  ya no lo quería. Nos arriesgamos y finalmente decidimos llevarlo. Suponemos que como hacía tiempo que no lo usaba la novedad le gustó.Éso nos ha permitido hacer salidas más largas. No nos ha pedido ir en brazos y en más de una ocasión se ha dormido mientras paseamos. Y también hemos podido poner a la peque en las comidas. 

Plaza de Markt


Puente de los enamorados






Volvemos a casa para la comida y sestear un rato. Hay que tener en cuenta que viajar a Bélgica en Julio ( que es el mes que nos ocupa ) es una trampa calurosa. Nada de pensar que refrescará más o que el calor será más benévolo. Las horas de sol ( especialmente desde las 12:00 hasta las 18:00 ) son abrasadoras. Imaginaos con niños... Hay que ir con precaución: mucha agua, crema solar ( Fani es especialmente pesada con este tema ) y ropa ligera. La puesta de sol se retrasa a eso de casi las 22:00 horas

Después de un merecido descanso nos ponemos en marcha hacia las afueras de la ciudad hasta encontrar una ruta que discurre al lado de uno de los canales y por donde se puede pasear en bici. Allí nos topamos con  los conocidos Molinos de Santa Ana ( son de viento y hay un total de 4 repartidos por todo el camino ) y la puerta fortificada Kruispoort ( lo único que queda de las antiguas murallas de la ciudad )

La siesta de Laura

El guía
Molinos de Santa Anna


Puerta fortificada Kruispoort

Canal de Brujas al atardecer


David ha dormido durante casi toda la ruta vespertina y eso nos ha dado la oportunidad de pasear después de cenar ( con él ya despierto ) y descubrir la noche de Brujas. Como ya apuntamos antes con menos turistas y más tranquila. Cuidado los que decidáis cenar fuera que los restaurantes cierran a partir de eso de las 22:00 horas!


Plaza de Burg
Plaza de Markt de noche

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