3 de agosto de 2012

IGUAZÚ Y EL AGUA

1 y 2 de Agosto
LADO ARGENTINO

Estamos en Foz de Iguazú, en el Hostal Natura, un lugar tranquilo y con ambiente mochilero, a pocos km del Parque Natural de Iguazú. Se dice que las cascadas de Iguazú son más impresionantes que las del Niágara y que las Cataratas Victoria juntas. 275 cascadas, 3km de ancho y 80m de alto.
Lo vamos a comprobar. 

Las famosísimas cascadas, Parimonio de la Humanidad, se pueden visitar desde Brasil o desde Argentina. En el lado Argentino están el 75% de las mismas y en el lado Brasileño, el resto. Aquí en  el suroeste de Brasil, a pocos km de las fronteras de Argentina y Paraguay hace más frío, sobretodo al atardecer.

Llegamos desde la ciudad de Salvador al mediodía y no tardamos en organizar nuestras aventuras de los dos siguientes días. Sandra y Sebas fueron a la ciudad de Foz a alquilar un coche ( prescindible aunque muy recomendable ) para tener más libe+rtat y a comprar cuatro cosas mientras nosotros cuidábamos a los peques y explorábamos los alrededores del Hostal. Desde la terraza vemos el río Paraná, que en su discorrer forma las cataratas de Iguazú.





Cenamos tranquilos en el Hostal y al día siguiente nos tocó madrugar. 

Después de pasar el control de inmigración, conseguir el permiso pertinente y cambiar dinero, pasamos al lado Argentino. Tras unos 18km, por fin, llegamos al Parque. 
Este lado del parque está muy bien organizado, con fáciles accesos para las sillas de ruedas y los carritos de bebés ( lo que agradezco inmensamente ), y km de pasarelas que recorren el Parque. Nos cuesta imaginar cómo pudieron construirse estas pasarelas. Hay varios recorridos, el superior y el inferior. Está todo pensado para que el turista gaste su dinero: compras la entrada ( que incluye el transporte en tren ) y después puedes contratar lo qe la entrada no incluye: paseo tranquilo en barca por el río para ver animalitos y plantas, paseo en barca por el río para llegar al pie de las cascadas, caminata por la selva... ). Tienen un restaurante, bares y carísimas tiendas de souvenirs. A pesar de todo, el lugar es tan impresionante, que nada empaña la visita del Parque.Diigamos que han conseguido mantener un justo equilibrio.

Para llegar a el recorrido superior, primero un paseo por el bosque y luego tomamos un pequeño tren ( a lo port Aventura ) que tras un recorrido por la selva subtropical de unos 20 minuos ( 10km) , nos llevó hasta una pasarela de 1100m de distancia que se recorre a pie hasta la Garganta del Diablo.
 
Mientras esperábamos el tren, unos simpáticos Coatíes se acercaron a nosotros husmeando si llevábamos comida en los bolsillos. Me sorprendió que a pesar de ser animalitos aparentemente inofensivos, en realidad, eran agresivos. De hecho, hay carteles repartidos por todo el parque  que advierten de que está prohibido darles de comer y no sólo por ese motivo, sinó porque también alteraríamos el ecosistema que mantienen con el resto del Parque. Y no queremos eso. 





Por el camino por las pasarelas nos encontramos a estos simpáticos pájaros:



La sensación de estar en un lugar privilegiado fue constante. Con los peques íbamos despacio y eso nos ayudó a apreciar todo lo que nos rodeaba. Había mariposas por todas partes y carteles de este tipo:
 



A medida que nos acercábamos a la garganta del diablo acelerábamos el paso...





Después de tomar cientos de fotos ( cuidado: te mojas) volvimos a la estación dando un paseo en barca. La excursión, obviamente, se paga aparte. El paseo fue tranquilo, lento, agradable y caluroso. El guía nos contó cosas muy interesantes sobre la fauna y la flora. Incluso vimos un caimán al que no quisimos molestar. La barca llegó a acercarse a unos 200m de una de las cascadas. Citando textualmente al guía: - Ven allí esa linea en el horizonte donde parece que el mundo se acaba... pues allí se acaba.




Después compramos unos bocatas y empanadillas y las comimos mientras nos dirigíamos al recorrido inferior. Sandra y Sebas, que ya habían estado aquí hace 8 años, nos convencieron para ver las cascadas de cerca, muy cerca. Tan cerca que sientes la fuerza de sus aguas incluso a varios metros de distancia. Deben tener muy estudiado a cuánto podemos acercarnos sin morir ahogados. Impresiona.
Tranqui yayos; nos turnamos entre nosotros para cuidar a los peques. No estamos tan locos. Además, acabas empapado.








El día se nos pasó casi sin darnos cuenta. Ni siquiera nos sentamos a comer ( aunque Jordi y yo sí pudimos comernos el bocadillo a lo express con los peques sentados en una cafetería.
Volvimos a la entrada del parque en tren. 


Contratamos nuestra tercera excursión del día excluída de la entrada normal del parque: paseo a la luz de la luna con cena incluída. Como nos quedaban un par de horas de tiempo libre antes de la cena, decidimos ir a Puerto Iguazú ( no olvidemos que estamos en Argentina ) y tomamos un café calentito. Sebas todavía tenía la ropa mojada.   
Luna llena y cielo despejado. Mejor imposible. David durmió todo el camino. Fue increíble: las estrellas, el sonido imponente del agua, la luz de la luna...



Llegamos al Hostal rebentados y impacientes por ver de nuevo las cascadas, esta vez, desdel lado Brasileño...

3 de Agosto
LADO BRASILEÑO

Nuestro segundo día en Iguazú entramos al parque por el lado Brasileño. En la entrada cogimos un autobús que hace  varias paradas a lo largo del parque. Decidimos ir al grano y nos bajamos en la parada número 3 para conseguir las tan deseadas vistas panorámicas de las cascadas.
Este lado del parque es mucho más pequeño. El trayecto está repleto de escaleras resbaladizas que se alternan con miradores panorámicos. El problema es que todos pasamos por el mismo recorrido a la vez y eso se traduce en un montón de gente en el mismo sitio  a la misma hora haciendo lo mismo: buscar el mejor ángulo para la mejor foto.
En fin, la experiencia no fue tan intensa como desdel lado Argentino. Aún así, continúa siendo un espectáculo sobrecogedor.







Por supuesto, nos topamos con algunos coatíes y también con un macaco !

 

Acabamos volviendo a cruzar la frontera para comer un asado Argentino en toda regla en Puerto Iguazú. Aprovechamos para comprar unos souvenirs y probar alfajores de manteca y dulce de leche.



David se lo ha pasado genial.

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