17 de junio de 2012

UNA INJECCIÓN DE ENERGÍA

David tiene ya 21 meses.
Empieza la tan temida etapa a la que llamamos sociabilización. 
Podría resumir diciendo que es más consciente de él mismo y de lo que le rodea.

Tiene sus cosas buenas; podemos empezar a llegar a acuerdos ( aunque en mi foro más interno sepa que se trata de chantaje ). Interacciona de forma muy activa con todo lo que le rodea. Le asustan los desconocidos y se parte de risa cuando le hacemos cosquillas. Nos provoca. Nos llama. Nos pregunta.
Empieza a decir cosas con sentido ( otro tema es que yo no entienda lo que dice a la primera ).
Pide lo que quiere y rechaza con pasión lo que no le gusta.
Ha empezado sus primeras rabietas/ pataletas; los expertos en niños dicen que son una forma de probar hasta donde pueden llegar para conseguir algo de nosotros, que son una forma de manifestar sus deseos y peticiones. En definitiva, que es una forma de comunicación. 
Es nuestro deber enseñarles a distinguir el bien del mal. Me pregunto si eso implica obligarles a ver las cosas a nuestro modo. No querría caer en la tentación de conformarme con eso. Me gustaría poder transmitir a mi hijo la capacidad , el don,  de ser crítico y constructivo.

Nadie nos ha dado un manual de instrucciones, así que tendremos que optar por utilizar el sentido común. Como dirían los románticos, con amor todo se puede.
Es una experiencia increïble y por primera vez me doy cuenta de que en un futuro lo echaré de menos.
Porque vivir las cosas a través de los ojos de un niño es una injección de enegía.  

Leyendo un cuento

16 MESES
EN EL AQUARIUM DE BARCELONA

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MI SEGUNDA NAVIDAD
18 MESES
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19 MESES
MI PRIMER DÍA EN LA NIEVE
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MI PRIMER DÍA EN LA NIEVE
19 MESES
MI PRIMER DÍA EN LA NIEVE
20 MESES
EN EL JARDÍN DE MI YAYA
20 MESES
SANT LLORENÇ DE MONTGAI
20 MESES
SANT LLORENÇ DE MONTGAI
MI PRIMER CHUPA- CHUPS

21 MESES
21 MESES
21 MESES
EN EL PARQUE CON MIS PAPIS
21 MESES
EN LA PLAYA
21 MESES
21 MESES
 Somos papás primerizos y nos esforzamos para que nuestros peques estén siempre contentos, lo pasen bien y sean felices. Pero a veces nos empeñamos demasiado, y olvidamos que al final, un niño es sólo un niño.

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