9 de agosto de 2011

LAS PISTAS F

9 de Agosto del 2011

Partimos desde Grundarfjördur con la idea de llegar por el Oeste a Reykjavik.
Decidimos escoger el camino largo dando la vuelta por la península de Snaefellsnes y así poder ver el glaciar de Snaefellsjökull.


Lo primero que te dicen en Islandia cuando alquilas un coche es que si no tienes un 4x4 no te metas en las pistas F. Las pistas F son aquellas que te conducen por lugares inhóspitos y poco transitados. En general te recomiendan que antes de meterte en ninguna de ellas te informes bien sobre cómo es y qué te puedes encontrar por el camino.
Nosotros hablamos con unos madrileños que nos explicaron que la pista F que te lleva a los túneles de lava de Surtshellir es bastante accesible. Así que no lo pensamos dos veces y nos pusimos en marcha. Ufffffff! Éstos madrileños tienen un concepto muy exagerado sobre las carreteras Islandesas. Nos quitamos las telarañas de los ojos y tiramos para adelante. Al fin y al cabo, lava de más de 3000 años de antigüedad no se puede ver todos los días.
Sebas y Jordi se aventuraron a entrar en uno de los túneles utilizando como linterna el móvil de Sebas.


La experiencia debió valer la pena porque llegaron emocionados.
Durante más de 20min se adentraron en el interior de uno de los túneles de lava sorteando las piedras  del camino, que no eran pocas.
Se alejaron tanto de la entrada como para quedarse completamente a ciegas.

En cuanto al resto del día, la verdad es que no lo disfrutamos mucho. Todos estábamos cansados y colapsados. Aún así, hizimos una última parada antes de llegar a Reykjavik para visitar las cascadas de Hraunfossar. Y a pesar de haber visto otras cascadas, una vez más, volvimos a sorprendernos. La razón es que el agua emana directamente desde las rocas que filtran el agua subterránea. de los campos de lava. Son impresionantes. El colofón final antes de llegar a la capital.

 

Éso sí; paramos antes de llegar al hostal para lavar la furgoneta. Porque, como podéis ver, era más que necesario.


Llegamos a Reykjavik con ganas de nada. Pero nos consuela saber que tenemos por delante tres días de relax.

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